Con escaso margen
Brecha
Uruguay enfrenta una de
las situaciones más difíciles a nivel diplomático. Una realidad dada
por un nuevo episodio de la crisis del Mercosur. Al funcionamiento
tortuoso del pacto regional se ha sumado una ofensiva política, que
tiene como norte la exclusión de Venezuela, con el argumento de que no
ha internalizado todas las normas mercosurianas. Sin embargo, la falta
de incorporación de algunos aspectos de esos instrumentos a la
legislación venezolana, la padecen también los miembros fundadores.
Ninguno de los que firmaron el acuerdo inicial, hace 25 años, ha
incorporado toda la normativa. Incluso una carta de la canciller del
país caribeño, Delcy Rodríguez, del 28 de noviembre de este año,
comunica a los socios que su país “se encuentra en condiciones de
adherirse al Acuerdo de Complementación Económica (Ace 18)”, señalado
por los gobiernos de Brasil, Paraguay y Argentina como el principal
incumplimiento de Venezuela.
Y los hechos son complicados para el
gobierno uruguayo, porque, fiel a su concepción de que lo “jurídico
prima sobre lo político”, sabe que la sanción no tiene asidero legal. La
diplomacia uruguaya se basó históricamente en el respeto de la letra de
los tratados internacionales, única forma de que un país chico no fuera
avasallado por los de mayores dimensiones. Es más, el protocolo de Ouro
Preto, establece en su artículo 37 que las decisiones en el Mercosur
deben ser tomadas por consenso y con la presencia de todos sus miembros,
también una forma de evitar que Brasil y Argentina se llevaran por
delante a Paraguay y a Uruguay. En el gobierno uruguayo se es consciente
de que se está frente a una arremetida política contra Venezuela, pero
también se percibe que no tiene mucho margen de maniobra y por eso su
tarea parece ser la de acotar las decisiones tomadas por Argentina,
Brasil y Paraguay. “Uruguay ha hecho y hace los máximos esfuerzos para
que Venezuela siga en el Mercosur. Lo que ha cambiado es el contexto
político de los gobiernos. Si no se hace más es porque no se puede”,
comentó a Brecha el diputado de Asamblea Uruguay y vicepresidente del
Frente Amplio, José Carlos Mahía.
El presidente venezolano,
Nicolás Maduro, pidió una reu-nión con Tabaré Vázquez, a la que el
presidente uruguayo accedió. Según declaraciones de Rodríguez, la
conversación podría realizarse sobre fines de esta semana o inicios de
la siguiente, aunque la canciller no especificó si el diálogo se
concretaría mediante un encuentro de ambos mandatarios o por vía
telefónica. Maduro señaló en su momento que estaba dispuesto a viajar a
Europa si era necesario. Vázquez regresó ayer a Uruguay.
Los hechos y las implicancias
El pasado 2 de diciembre, los cancilleres de Argentina (Susana
Malcorra), de Brasil (José Serra), de Paraguay (Eladio Loizaga) y de
Uruguay (Rodolfo Nin Novoa) emitieron una declaración en la que se
sostiene que, una vez constatado el incumplimiento de las obligaciones
del protocolo de adhesión, se comunica a “la República Bolivariana de
Venezuela el cese del ejercicio de los derechos inherentes a su
condición de Estado-parte del Mercosur a partir de la fecha”. Y aunque
el texto está firmado por Uruguay, no existe consenso entre los
distintos países sobre el significado del “cese”. El vicecanciller
uruguayo, José Luis Cancela (hasta ayer en funciones de ministro), dijo
en reiteradas oportunidades (lo mismo sostuvo el presidente Vázquez en
declaraciones públicas realizadas durante su gira europea) que Venezuela
ha perdido el voto, pero no la voz y, por ende, tampoco su
participación en las distintas instancias orgánicas del pacto regional.
Los otros tres países sostienen que la resolución implica la marginación
de Venezuela del Mercosur. Nin Novoa señaló a Brecha que en la reunión
del próximo 14 de diciembre en Buenos Aires –oportunidad en la que
Argentina asumirá la presidencia pro témpore del bloque regional–
sostendrá la postura de que puede seguir integrando el pacto, aunque sin
voto. A este encuentro no está invitada Venezuela.
La
declaración de los cancilleres no fue realizada en ningún ámbito del
pacto regional, surgió de reuniones informales al margen de su orgánica,
recordó el diputado y vicepresidente del Parlasur, Daniel Caggiani
(Mpp), a este semanario. “No se convocó al Consejo Mercado Común (Cmc),
no se abrió la instancia de un diálogo con Venezuela, a pesar de que la
canciller Rodríguez solicitó la reunión del Tribunal de Controversias”,
afirmó Caggiani.
Para el diputado socialista y presidente de la
Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes,
Roberto Chiazzaro, resulta evidente que se está ante una ilegalidad, por
lo que claramente “ha habido móviles políticos para expulsar a
Venezuela. Es obvio que en la región se han producido cambios de signo
político. Y de haber una mayoría de gobiernos de características
progresistas, se ha pasado tanto en Brasil como en Argentina y Paraguay a
administraciones de derecha”. Todos son conscientes, añadió, que en ese
país, a pesar de las disputas entre el parlamento venezolano y el
ejecutivo de Maduro, no ha existido quiebre institucional. Chiazzaro
recordó que se quiso aplicar la cláusula democrática y esta no fue
aprobada por los miembros de la Oea, pese a los ingentes esfuerzos de su
secretario general, Luis Almagro. “Entonces se apela a este último
esfuerzo del Mercosur de expulsar a Venezuela, como forma de debilitar a
su gobierno, apelando a la creación de un organismo que no existe en
los estatutos del pacto regional y decide”, concluyó.
En la
misma sintonía, Caggiani agregó que se quiere incidir en la situación
interna venezolana, justo cuando se procesa una negociación con
intervención del Vaticano y la Unasur. Por tanto, la consecuencia
inmediata y buscada es enfriar el diálogo entre la oposición y el
gobierno de Maduro. Para el diputado emepepista está primando la tesis
aislacionista del canciller Serra, similar a la aplicada por Estados
Unidos contra Cuba en los años sesenta del pasado siglo. Por eso, “la
intención ahora es aislar a Venezuela y en algún momento aplicar la
carta democrática de la Oea. Por otro lado y desde el punto de vista
ideológico, Serra no es un tipo que crea en el Mercosur. Lo cierto es
que se complica la situación de Uruguay en el Mercosur”. No obstante el
reconocimiento de las dificultades que enfrenta la diplomacia uruguaya,
Caggiani observó que “hubiera esperado de la cancillería una mayor
firmeza para enfrentar esta pequeña crisis del Mercosur, y sobre todo
tener un posicionamiento más claro de Uruguay con respecto a la defensa
del derecho internacional. Por lo menos hubiera esperado la misma
firmeza con la que enfrentó y salió a discutir públicamente la necesidad
de establecer acuerdos de libre comercio entre Uruguay y diferentes
países”.
Y las dificultades son importantes para el gobierno
uruguayo, porque además de enfrentar a los impulsos restauradores de la
derecha regional, tendientes a dejar de lado una línea de integración
latinoamericana, Maduro no ayuda mucho, confesaron a Brecha, en privado,
fuentes de la Torre Ejecutiva. En especial por una prédica que parece
más dirigida a galvanizar sus fuerzas que a tender puentes hacia el
pacto regional. Su continua mención a la Triple Alianza, e incluso lo
expresado en el pedido de reunión a Vázquez, cuando sostuvo que el
mandatario uruguayo seguramente corregirá los errores de su cancillería
en el caso (la firma de la expulsión), es más parecido a una intromisión
que a un pedido. Un miembro del gobierno dijo a Brecha que, a
diferencia del gobierno cubano, que frente al bloqueo y a las agresiones
siempre se ubicó como la víctima de Estados Unidos y sus aliados, el de
Venezuela tiene un discurso agresivo hacia sus pares del sur y poco
seductor a la hora de generar comprensión entre sus pares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario