“El gobierno de Temer
se acabó”, sostiene el secretario de Relaciones Internacionales de la
Central Única de los Trabajadores, Antonio Lisboa, entrevistado por el
diario argentina Página 12. El dirigente gremial agregó que “La derecha
está fragmentada y busca un líder, porque Temer perdió la poca autoridad
que tenía y ahora cada uno juega su propio juego. Las protestas van a
seguir ya que la población está percibiendo que esta gente vino a
robar.”
–Si se acabó Temer, ¿quién gobierna?
–Temer asumió después del golpe contra Dilma sin popularidad y
teniendo el respaldo condicionado de sus socios, y ahora ese apoyo se
desintegró porque la derecha está fragmentada. Está buscando un líder
porque Temer perdió la poca autoridad que tenía y ahora cada uno juega
su propio juego. El PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña)
figura como partido de la coalición pero está con un pie afuera del
gobierno, y lo mismo pasa con otros partidos que apoyaron a Temer sólo
para sacar al PT del gobierno. ¿Quién va a apoyar a un presidente sin
votos que tiene el 63 por ciento de la opinión pública pidiendo que
renuncie y llame a elecciones como dice una encuesta del domingo pasado?
¿Quién va a acompañar a un presidente que en siete meses de gobierno,
con todo el apoyo mediático, ya tiene peor imagen que Dilma antes de
caer y cuando ella era masacrada por los medios?. Y esa impopularidad de
Temer seguramente es más alta porque la encuesta de Datafolha se hizo
antes de que se sepa que recibió 10 millones de reales (2,9 millones de
dólares) de dinero sucio en 2014.
–¿Si Temer no termina el mandato, quién lo sucederá?
– Comenzaría por decir que estamos frente a un cuadro de descalabro
general, que este gobierno se hundió mucho antes de lo que nosotros, en
la CUT, esperábamos, y lo que esperaban las fuerzas de izquierda y los
movimientos sociales. Creo que las protestas va a seguir creciendo
porque la población está percibiendo que esta gente vino para robar y
para obedecer a los banqueros. Y como estamos viendo a más protestas
más represión, y están aplicando la ley de seguridad nacional contra los
manifestantes. Nosotros como CUT exigimos elecciones directas y la
convocatoria a una asamblea constituyente que tenga como punto principal
la reforma política, pero la verdad es que no creo que logremos las
directas porque para que eso pase la ley establece que Temer tendría que
renunciar hasta el 31 de diciembre, y eso no sucederá. Lo probable es
que haya elecciones indirectas a lo largo de 2017 y en ese escenario el
candidato favorito es Fernando Henrique Cardoso (del PSDB), un político
muy bien visto en las elites locales y por Washington, él es el nombre
más confiable para el capital transnacional.
–Ningún golpe es nacional.
–Por su puesto, este golpe tiene una motivación estratégica desde el
punto de vista global porque Brasil es un actor de peso en la región y
Estados Unidos estuvo involucrado en la caída de Dilma.
Acá hubo temas que pesaron mucho como el petróleo, las reservas
gigantes que quedaron en manos de Petrobras durante los gobiernos de
Lula y Dilma, contrariando a las multinacionales. Y por supuesto hubo
un apoyo decisivo de las elites brasileñas que quieren conservar sus
intereses, y sus privilegios. Mientras hubo crecimiento las cosas
estaban relativamente tranquilas. En 2010, el último año del gobierno de
Lula se creció más del 7 %, luego y luego se siguió creciendo pero a
tasas mucho más bajas hasta 2012. Pero en la medida en que la crisis se
agravó se acabó la tolerancia de las elites con la distribución y las
políticas sociales. Este año la economía va a caer cerca del 3,5 % y el
año pasado cayó el 3,8%. Cuando hay recesión el capital no acepta perder
su tasa de ganancia y lo primero que hace es echar al trabajador, y si
ahora tentemos 12 millones de desocupados ese número va a seguir
creciendo con la complicidad de este gobierno que ya avisó que sus
prioridades son las reformas previsional y laboral. Este es el golpe de
la concentración de riqueza y para garantizar que este país siga siendo
injusto como siempre lo fue. La reforma laboral viene para retirar los
mínimos derechos que tiene la clase trabajadora brasileña.
Golpe dentro del golpe.
El bloque de diputados del PT deploró ayer por la noche a la
“dictadura judicial” encarnada en los fiscales que, horas antes,
presentaron una nueva denuncia contra Luiz Inácio Lula da Silva en la
causa sobre el Petrolao.
“Estos fiscales y juez Sergio Moro (a cargo del proceso) perdieron el
sentido de lo razonable con acusaciones inverosímiles, ellos utilizan
las denuncias y las sentencias selectivamente para hacer política contra
Lula y el PT” denunciaron los legisladores.
Antonio Lisboa comparte el cuestionamiento formulado por el PT a lo
que añade “este golpe tuvo una componente judicial muy evidente, hay un
grupo de fiscales y jueces que participaron de manera militante contra
el gobierno democrático, y especialmente contra Lula, que es el mayor
líder popular que tuvo este país. En una encuesta que hicimos hace unos
meses Lula fue considerado el mejor presidente de la historia por el 50 %
y Fernando Henrique Cardoso fue elegido por el 9 %”.
“El golpe no terminó con la caída de Dilma, tenemos ese grupo de
fiscales y el juez Moro que se dedican a perseguir a Lula a partir de
cargos irrisorios como el de acusarlo de el dueño de un departamento
donde los mismos fiscales reconocen que él nunca estuvo”.
“Esa persecución no es inocente, ellos tienen una demostrada
intención de impedirle a Lula que sea candidato en las elecciones de
2018, y este empecinamiento contribuye a aumentar el descalabro
político porque ya hay sectores de la propia derecha que se distanciaron
de Moro, que algunos piensan que quiere ser candidato presidencial”,
sostiene Lisboa.
El dirigente de la mayor entidad sindical latinoamericana vuelve a la
idea del “descalabro” para referir a las peleas públicas entre
políticos oficialistas y jueces, a los que les reprochan una fiebre
justiciera que alimenta la desestabilización. Son disputas que alimentan
“intentos de golpe dentro del golpe”, plantea.
–¿Hasta donde pueden llegar esos golpes intestinos, tienen
algún peso aquellos grupos extremistas que insinúan una salida militar?
–Para el capital transnacional, que es sobre todo el capital
financiero, no es muy conveniente tener a los militares gobernando. Hoy
los militares son vistos como factor de inseguridad para los inversores
extranjeros. El problema es que en Brasil todo está volviéndose muy
imprevisible y este fin de semana el comandante del Ejército, general
Villas Boas, declaró al diario Estado de San Pablo que las
posibilidades de intervención militar son cero. Ahora es preciso
entender por que un diario entrevistó al general justo cuando la crisis
está en su peor momento. Una posible respuesta es que el diario Estado
representa a los sectores de las elites que desde hace algún tiempo está
señalando que la salida militar no está totalmente descartada. Pero en
definitiva me parece que estamos hablando de una posibilidad remota
porque los propios militares saben que ellos quedaron muy
desprestigiados después del golpe y los 21 años de dictadura
(1964-1985).
(Tomado de Página 12)
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