Gustavo Gordillo/ II
Decía en mi artículo anterior que
la operación espalda mojada a partir de una agresiva política de
hostigamiento que incluía redadas, bloqueos de carreteras y expulsiones
masivas –sobre todo en los estados de sureste estadunidense– empezó en
los años 40 y 1954 debe verse como la culminación de esa campaña. Pero
la operación de 1954 también es la culminación de una cooperación
binacional, es decir, con la participación del gobierno mexicano. El
procurador de Justicia de Estados Unidos podía ufanarse de haber
expulsado a un millón de mexicanos en 1953 cosa notoriamente inexacta
pero para su éxito contó con el apoyo explícito de las autoridades
mexicanas. ¿Por qué? Porque comenzaba el ciclo de auge del algodón en el
noreste, norte y noroeste de México y faltaba mano de obra.
Obama. En los ocho años del presidente Obama fueron deportados más de
2 millones de mexicanos, en su primer periodo de 2008 a 2012, y más de
un millón en su segundo periodo. El argumento fue como lo hace ahora
Trump expulsar a indocumentados con antecedentes criminales. Dentro de
esos llamados criminales hay gran cantidad de personas que han cometido
faltas menores, como pasarse un alto manejando. Obama hizo lo anterior
además de incrementar la seguridad fronteriza y construir partes del
famoso muro –antes de que Trump lo usara como señuelo de campaña– con la
intención de ganarse el apoyo de algunos republicanos para poder pasar
una ley de inmigración que protegiera, entre otros, a los dreamers. Cosa que no ocurrió.
El resultado ha sido catastrófico desde el punto de vista de los
derechos humanos y de los intereses estratégicos del propio Estados
Unidos y de toda la región de América del Norte.
La dimensión del problema. El perfil estadístico elaborado por el Pew
Center a partir de la encuesta sobre la comunidad estadunidense
elaborado por el Centro de Censos de Estados Unidos señala que hay un
estimado de 34 millones de latinos de origen mexicano. En el censo estas
personas se identifican como hispanos de origen mexicano sea porque son
migrantes mexicanos o porque sus antecesores eran mexicanos. Así
definidos constituyen 64 por ciento de la población hispana en Estados
Unidos en 2013. En realidad desde 1980 la población de origen mexicana
viviendo en Estados Unidos se ha cuadruplicado y la población nacida en
el extranjero y residente en Estados Unidos de origen mexicana ha
aumentado en 400 por ciento. Se trata, además, de una población que
tiene un manejo adecuado del inglés y predominantemente joven. De hecho
la media de la población de origen mexicano es de 26 años en tanto que
la de toda la población estadunidense es de 37 años. Sus ingresos medios
oscilan entre 20 mil y 25 mil dólares anuales.
Implicaciones para Estados Unidos. Dos consecuencias saltan a
la vista. La población hispana y sobre todo hispana de origen mexicano
tiende a constituir un porcentaje cada vez más importante de los
ciudadanos en Estados Unidos. Su peso crecerá junto con el de hispanos
de origen centroamericano y caribeño. Mientras entre la población de
origen cubano y los portoriqueños hay mayor inclinación hacia los
republicanos, los de origen mexicano se inclinan más por los demócratas.
Por su nivel de ingreso contribuyen con su trabajo y sus impuestos al
desarrollo de Estados Unidos. En el caso de los indocumentados es lo
mejor de la sociedad mexicana en términos de iniciativa,
emprendedurismo, asume riesgos y tiene gran creatividad.
México debería aprovechar esta ola anti mexicana promovida por muchos
fanáticos antes de Trump, pero fuertemente impulsada por este personaje
para hacer de un programa de reincorporación de migrantes mexicanos la
más fuerte declaración de repudio a la política anti mexicana.
Se requiere dinero, un gran programa de obra pública, una reforma
agraria de tercera generación y un programa serio de apoyo a la
microempresa.
Twitter: gusto47
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