Por Gastón Fiorda
Buenos
Aires, 16 may (PL) Pese a los anuncios de recuperación económica que
azuza el gobierno de Mauricio Macri, los datos económicos publicados en
la última semana demuestran la crisis social que atraviesa el país.
Más de 1,5 millones de argentinos cayeron en las fauces de la pobreza, con una inflación interanual superior al 40 por ciento.
Además, la desocupación creció 0,9 por ciento, sólo en la fuerza del
trabajo registrado, y los especialistas aseguran que la caída es mucho
más grave en el ámbito laboral informal, con un promedio de mil 200
despidos diarios, sin contar las suspensiones o los retiros voluntarios.
En ese contexto, el Gobierno nacional pudo impulsar una ley en el
Congreso que pusiese fin al problema de los despidos, pero prefirió
mostrarse con los empresarios más poderosos del país; muchos de ellos
responsables de las masivas olas de cesantías de las últimas semanas.
En la Cámara de Diputados, la oposición convocó a una sesión especial
para promulgar una norma que prohíbe los despidos por 180 días y
contempla la doble indemnización en caso de que al trabajador lo echen
sin causa.
La aprobación de esta iniciativa, al tener media
sanción del Senado, hubiese significado un cambio en el contexto
político y en el ámbito laboral.
Pero no pudo ser. Una jugada
del oficialismo con un sector aliado de la oposición -el bloque del
Frente Renovador- evitó que los impulsores del anteproyecto lograran el
quórum suficiente para abrir la sesión especial y convalidar el debate.
Esto derivó en un triunfo inesperado para Macri, quien desde el primer
momento se pronunció en contra de esta norma que vetaría en caso de
aprobarse.
La cámara baja volverá a sesionar esta semana con una
agenda ampliada de temas, muchos de ellos consensuados con todo el arco
opositor como la quita del 15 por ciento del IVA a los productos de la
canasta básica.
La norma apunta a favorecer a los sectores más
vulnerables como los jubilados y los beneficiarios de la asignación
universal por hijo.
También se discutirá un proyecto que
habilita el acceso a la información de los distintos organismos
estatales. Una iniciativa impulsada por el Ejecutivo Nacional y
refrendada bajo el argumento de mostrar una gestión transparente.
Y finalmente aparece, casi como un apéndice en la agenda parlamentaria,
la ley antidespidos. Esta vez, el debate se dará en el marco de una
sesión que tendrá quórum garantizado. Eso implica su tratamiento.
Ahora bien, ¿cuál será la estrategia? Quizás aprobar un proyecto con
modificaciones, lo que obligará su regreso al Senado. Con ello se
seguirá dilatando en el tiempo su sanción y continuarán los despidos.
Empresarios agradecidos.
Por estas horas se esperan definiciones
por parte de las centrales obreras, que convocaron multitudes hacia
fines de abril a causa de los despidos pero que los momentos cruciales
se ausentaron de los debates.
Algunas versiones indican que marcharán el próximo miércoles al Congreso para presionar a los legisladores.
El Frente Renovador, liderado por Sergio Massa, tendrá poco margen para
negociar una nueva dilación con el oficialismo. Si eso sucede, el
bloque sufrirá la salida de algunos diputados, quienes ya no ocultan su
malestar por los reiterados favores a la administración Macri.
Será una semana de definiciones sin espacio para los tibios.
*El autor es periodista argentino quien colabora con Prensa Latina.
lam/mh/gf
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