Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Barack Obama y Vladimir Putin, respectivamente, captados en días recientesFoto Ap
El
megaespeculador George Soros, presunto títere de los banqueros
esclavistas Rothschild, advirtió sobre una inminente tercera guerra
mundial entre Estados Unidos y China (http://goo.gl/qZuZqL).
Toda la plantilla de propaganda global vinculada a los Rothschild
–que según la leyenda realizaron su enorme fortuna en Waterloo–propende
a amenazar en forma permanente con la inminencia e inmanencia de una
nueva guerra mundial, como la revista Commentary, portavoz de los neoconservadores straussianos (https://goo.gl/BbVdVw).
¿Desencajó a los Rothschild, quienes han pervivido de las guerras,
la aparente reconciliación de Obama con el anatemizado presidente ruso
Putin (http://goo.gl/yYwFUl)?
Durante la conferencia Bretton Woods en el Banco Mundial, Soros comentó que
suguerra depende de la salud de la economía de China ya que, si su transición de una economía de exportaciones a una de consumo interno falla, existe una probabilidad de que sus dirigentes alienten un conflicto externo para mantener unido al país y permanecer en el poder.
Soros repite uno de los consabidos axiomas de El príncipe de Nicolás Maquiavelo, 483 años más tarde, y sentencia que
si existe un conflicto entre China y un aliado militar de Estados Unidos como Japón, no es ninguna exageración (sic) decir que nos encontramos en el umbral de una tercera guerra mundial.
Este aserto temerario sería desechado ipso facto por el
geoestratega Zbigniew Brzezinski, ex asesor de Seguridad Nacional de
James Carter e íntimo de Obama, quien ha enunciado que Estados Unidos
no debe ir a una guerra con China por Japón, que considera desechable.
¿Las élites financieristas occidentales amedrentan a China, tres meses antes de la trascendental visita del mandarín Xi a la Casa Blanca, sobre todo después de la asociación estratégica, que no militar, de China con Rusia (http://goo.gl/VCmHR6)?
Soros desinforma y abulta el gasto militar creciente de China (129
mil 400 millones de dólares) y Rusia (70 mil millones de dólares) que
juntos, según el think tank británico International Institute
for Strategic Studies, representan 34.32 por ciento del de Estados
Unidos (581 mil millones de dólares). Un dato curioso: Arabia Saudita,
a quien Estados Unidos y Gran Bretaña (GB) colman de juguetes bélicos,
gasta más que Rusia: 80 mil 800 millones de dólares.
Soros –quien con los Rothschild sufrió una paliza en Ucrania– llega muy tarde a recomendar que Estados Unidos realice una
concesión mayorpara permitir el ingreso del yuan chino a la caduca canasta cuatripartita del FMI (dólar, euro, libra esterlina y yen nipón), que constituyen sus derechos especiales de giro (DEG), su moneda virtual, ya que se trata de una vieja noticia que es imparable, con o sin los Rothschild, y que puede ser oficial en octubre (http://goo.gl/4ASJiq).
A cambio de la incrustación del yuan a los DEG del FMI, Soros juzga
que China deberá realizar similares concesiones mayores para reformar
(¡supersic) su economía y admitir el
imperio de la leyal estilo anglosajón.
Los decadentes banqueros Rothschild –a imagen y semejanza de la cada
vez más irrelevante GB–, mediante su pugnaz y locuaz portavoz Soros,
tienden una trampa financiero-legal a China, que no tiene por qué
aceptar ninguna condicionante bajo el esquema israelí-anglosajón de
dictar el destino y/o engranaje de su economía interna y global, amén
de hipotecarla
legalmentebajo la espada de Damocles del
imperio de la leyy los muy trillados cuan fariseos derechos humanos que no practica en su propio suelo la alianza israelí-anglosajona.
Según Soros, permitir que el yuan sea una divisa de mercado creará
una conexión vinculante entre los dos sistemas. ¿A qué precio aceptará Obama la incorporación inevitable del yuan a la canasta de los DEG del FMI? ¿El yuan incorporado a los DEG por Rusia? ¡Es muy barato!
GB
ya se adelantó a Estados Unidos mediante su desleal incorporación al
fulgurante banco chino de desarrollo (AIIB, por sus siglas en inglés),
pese al anatema de Estados Unidos, mientras el megabanco británico HSBC
regresa su matriz a sus orígenes primigenios en Hong Kong.
La rama británica de los banqueros Rothschild, mucho más pérfidos
que los banqueros Rockefeller al otro lado del Atlántico, juegan ya
bajo la mesa con China, en detrimento de los intereses de Estados
Unidos.
Mientras las tratativas de los Rothschild/Soros con China suelen ser
clandestinas, los dos geoestrategas útiles que quedan en Estados
Unidos, Kissinger (vinculado a los intereses de los Rockefeller) y
Zbigniew Brzezinski, coquetean con China para alejarla de Rusia
mediante el engaño de un G-2 (Estados Unidos/China) para repartirse el
mundo.
Pese a todos sus pecados capitales, Kissinger, a sus 91 años, lleva
mayores ventajas que el rusófobo Zbigniew Brzezinski (de 86 años), al
no haber golpeado de frente a Rusia, como este último que viene de
sufrir una humillante derrota geoestratégica desde Debaltsevo hasta
Sochi.
Soros juzga que sin el arreglo de Estados Unidos con China para incorporar el yuan a los DEG
existe un verdadero peligro de que China se alinee con Rusia política y militarmente, y entonces (sic) la amenaza de una tercera guerra mundial sería real.
Los chinos no se chupan el dedo y están preparados ante cualquier
eventualidad, cuando Rusia y Estados Unidos estuvieron a punto de
librar una guerra nuclear con la escenografía del contencioso ucranio,
como explayó hace ocho meses Han Xudong, profesor de la Universidad de
Defensa Nacional del Ejército de Liberación del Pueblo de China (https://goo.gl/rGDiSO).
En esa ocasión Han Xudong comentó que
conforme la crisis ucrania se profundiza, los observadores internacionales están cada vez más preocupados sobre un choque militar directo (¡supersic!) entre Estados Unidos y Rusia, ya que
una vez que una rivalidad armada emerge, es probable (¡supersic!) que se extienda a todo el globo. Y no es imposible que se escenifique una guerra mundial (¡supersic!).
Hoy el profesor militar Han Xudong –que toma en cuenta las
enseñanzas geopolíticas del almirante estadunidense Alfred Thayer Mahan
y su concepto del
poder marítimo– ha de estar más convencido de una conflagración global debido a la reciente escalada entre Estados Unidos y China en las disputadas islas del Mar del Sur de China.
Han Xudong sentencia que la
confrontación del espacio marítimo global (¡supersic!), así como en el océano Ártico y los océanos Índico y Pacífico, ha visto la más feroz rivalidad, por lo que
es probable que ahí se libre la tercera guerra mundial, por el combate por los derechos marítimos.
Comenta que
los intereses extramarítimos de China se han visto cada vez más amenazados por Estados Unidosy aconseja que
China no debe ser empujada a una posición pasiva, donde es vulnerable a los ataques, por lo que
debe tener en mente una tercera guerra mundial al desarrollar sus fuerzas militares.
Global Times ha advertido que si Washington no cesa sus
demandas de que Pekín frene la construcción de islas artificiales en el
Mar del Sur de China, una guerra de Estados Unidos y China será
inevitable(http://goo.gl/4tyXVW) , mientras Rusia considera que la “presencia de barcos estadunidenses en el Mar del Sur de China puede desembocar en una guerra entre Estados Unidos y China (http://goo.gl/fgtpOU)”.
Lo trágico sería que Rusia, China y Estados Unidos sucumban a la
trampa financierista de los Rothschild y su nuevo Waterloo 200 años más
tarde.
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