Nuestra mirada está impregnada de
prejuicios. Una de las miopías habituales es considerar a los niños como
ignorantes. Nosotros, los adultos, sabemos; los niños no saben.
El educador y científico Glenn Doman se planteó la pregunta: ¿En qué
fase de la vida aprendemos las cosas más importantes que sabemos? Las
cosas más importantes que sabemos todos son: hablar, andar, moverse ,
distinguir olores, colores, factores que representan peligro, diferentes
sabores, etc. ¿Cuándo aprendemos todo eso? Un 90% de todo cuanto es
importante para hacer de nosotros seres humanos lo aprendemos entre 0 y 6
años, período que Doman considera “la edad del genio”.
Sucede que la educación fundamental se realiza en esa edad. Nacemos
con 86.000 millones de neuronas en nuestro cerebro. Las sinapsis, las
conexiones cerebrales, se dan de manera acelerada en los primeros años
de la vida.
Glenn Doman trató a niños con deformaciones esqueléticas
incorregibles, incluso con cerebro dañado. Hoy son adultos que hablan
diversos idiomas, dominan la música, la computación, etc. Son personas
felices, con una buena autoestima. Al conocer en Japón a un profesor que
adoptó su método, fue recibido por una orquesta de niños; todos tocaban
el violín. La más vieja tenía 4 años.
Doman enseña en sus libros cómo se enseña a un niño, de 3 o 4 años, a
aprender un instrumento musical o a autoalfabetizarse sin asistir a
ningún curso específico de alfabetización. Eso también sucedió en mi
familia. Tengo un sobrino–nieto alfabetizado mediante fichas. Su madre
le leía historias infantiles y luego él hacía fichas de palabras y las
repetía; y de repente el niño comenzó a leer antes de ir a la escuela.
Si me preguntasen: ¿para mejorar al Brasil, qué reformas se
nescesitaría hacer?Yo diría: una objetiva y otra subjetiba. La objetiva
es la reforma agraria. Brasil y Argentina son los únicos países de las
tres Américas que nunca conocieron una reforma agraria. Lo curioso es
que somos el único país de las Américas con una superficie cultivable de
600 millones de hectáreas y con un enorme potencial de producción
extractiva, como es el caso de la Amazonía. Ningún otro país del
continente iguala al nuestro en posibilidad productiva.
La reforma subjetiva sería la de la educación. Todo el potencial de
nuestra vida depende de la educación recibida. La educación en el Brasil
nunca fue suficientemente valorada. Y sufrió un trauma durante la
dictadura militar, al adoptar el método usamericano de no calificar los
contenidos sino la cantidad.
Sobretodo suprimió del currículo disciplinas que nos ayudan a pensar,
como filosofía y sociología, reintroducidas ahora en algunas escuelas
de enseñanza media. Durante décadas estuvieron prohibidas, tanto así que
en Belo Horizonte un profesor, los sábados, decidió por su propia
cuenta dar clase de filiosofía a los aumnos interesados. Fue tal el
éxito, que la escuela tuvo que introducirla en el currículo.
Frei Betto es escritor, autor de “Alfabeto. Autobiografía escolar”, entre otros libros.
Traducción de J.L.Burguet
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