Sábado 1º de agosto de 2020, p. 25
La Paz., El gobierno golpista de Bolivia advirtió ayer que de nada va a servir
el esfuerzo sanitario que se haga si continúan las marchas alentadas por el Movimiento al Socialismo (MAS) del ex presidente Evo Morales contra el cambio de fecha de las elecciones generales.
De nada va a servir que ampliemos la capacidad instalada, si la población sigue en marchas y huelgas no respetando las normas y restricciones que se tienen que cumplir para evitar que la propagación sea masiva
, sostuvo el jefe de Epidemiología del Ministerio de Sanidad, Virgilio Prieto, en una entrevista a Red Uno.
Prieto se refirió a las movilizaciones de organizaciones afines al MAS contra la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de retrasar las elecciones presidenciales y parlamentarias del 6 de septiembre al 18 de octubre.
El MAS de Morales y el gobierno de facto de Jeanine Áñez mantienen un pulso por la cita con las urnas, ya que la oposición aboga por celebrarla cuanto antes y el gobierno golpista prefiere postergarla.
Los simpatizantes de Morales, encabezados por la Central Obrera Boliviana (COB), accedieron a dialogar, pero mantienen la convocatoria a marchas tras la reunión del jueves con el TSE.
Ayer se sumó la organización campesina de la Gran Chiquitania, que anunció que el lunes se unirá a las manifestaciones. Estamos pidiendo que el órgano electoral se retracte y las elecciones se lleven a cabo el 6 de septiembre
, indicó su secretario ejecutivo, Roberto Carlos Arias.
El pico
de la pandemia
La actual crisis política en Bolivia estalló con las pasadas elecciones del 20 de octubre. La oposición denunció un fraude electoral por parte de Morales, que vino a ser confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA) al detectar irregularidades
.
Morales dimitió y se exilió –primero a México y luego a Argentina–, dando lugar a una ola de disturbios que se saldó con más de 30 muertos en enfrentamientos entre partidarios y detractores suyos y con las fuerzas de seguridad.
Los partidos acordaron repetir las elecciones el 3 de mayo, pero tuvieron que ser aplazadas por el coronavirus. Ante la imposibilidad de fijar una nueva fecha, el Congreso –controlado por el MAS– señaló el 6 de septiembre, algo aceptado por el TSE, aunque no tanto por Áñez, que insistía en aplazar aún más los comicios.
Tanto el TSE como el gobierno de Áñez temen que la votación coincida con el pico
de la pandemia en Bolivia, que se espera en los próximos meses, sin embargo, el MAS denuncia una táctica del nuevo oficialismo para impedir que su candidato, Luis Arce, favorito en las encuestas antes de la crisis sanitaria, gane las elecciones presidenciales.
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