Entrevista a Jorge Majfud
Siempre!
1) ¿Cómo interpretas la actitud de Donald Trump ante quienes han sido considerados grandes aliados de Estados Unidos?
JM: Primero, como una actitud personal con implicaciones nacionales.
Trump, movido por su propio super-Ego, y los de su misma especie, los
super ricos en su etapa post-democracia-liberal, prefieren regímenes más
personalistas donde el resto de los seres humanos son piezas de
recambio, sin derechos (como la naturaleza misma desde el Renacimiento) y
los capitales gozan de toda la libertad para hacer y deshacer, para
construir y destruir. En esta etapa, el capitalismo se siente mucho más
cómodo con los regímenes comunistas (oops!) que con las
democracias liberales. En realidad, el “capitalismo de elite” (no me
refiero a sus fanáticos defensores, aquellos que tienen un pequeño
negocio y apenas pueden pagar el seguro de salud de sus hijos) siempre
se sintió más cómodo con diferentes formas de autoritarismo, porque todo
gerente de una transnacional es un pequeño (o gran) dictador, pero en
el pasado debió afinar sus estrategias para adaptarse al consenso de las
democracias liberales, resultado de la Segunda Guerra mundial en 1945,
primero, y de la Guerra Fría en 1990, después. Sospecho que el modelo
actual lo aportaron las dictaduras militares latinoamericanas, apoyadas
también por las grandes transnacionales durante el siglo XX, sólo que en
lugar de ser regímenes comunistas eran regímenes conservadores, de
derecha.
Trump haría lo que fuese necesario para mantenerse en
las noticias y, a largo plazo, en la historia. Es un juego peligroso,
porque puede dejarlo bocabajo. Por ahora la clásica arrogancia del
matón, del bully del barrio, tiene el crédito de una economía que
venía de una década sostenida de recuperación, sobre todo para los más
ricos, y se encuentra con vientos positivos de los mercados mundiales.
Las desregulaciones bancarias y la reforma impositiva le van a dar más
oxigeno aún a los inversores (no a los de abajo sino a los de arriba,
que son quienes pesan más en los promedios del PIB), pero al mismo
tiempo pondrá a las economías, incluida la de Estados Unidos, en una
vulnerabilidad peligrosa para dentro de pocos años. Una recesión es lo
menos dramático que debemos esperar, pero suficiente para que el rey
caiga de su trono. El bolsillo, no la moral ni la justicia, es el órgano
más sensible de un votante.
2) ¿Qué repercusiones puede tener esto en el contexto mundial?
JM: A corto plazo muy poco, pero a largo plazo forzará a muchos países,
como México, Canadá y los europeos, a acostumbrarse a mirar para otro
lado. Tarde o temprano descubrirán alternativas que no le servirán a la
hegemonía de Estados Unidos. Recordemos que hoy esas alternativas (de
mercados, pero también militares) son mucho mayores que hace diez o
veinte años. Trump está jugando con fuego. Pero, como dice el dicho,
“quien a hierro mata…”
Si un mérito tiene Trump ha sido el de
mostrar la caricatura de lo que siempre fue el mundo gobernado desde el
poder del dinero y las armas. Si algo ha demostrado Kim Jong-un es que,
si no tienes dinero y si no respetas los derechos humanos, debes tener
al menos una bomba atómica y presumir de tener diez. Sólo esto vale mil
veces más que los otros dos elementos. Sospecho que a Kim Jong-un algo
le salió mal en su proyecto atómico, tal vez un accidente que sepultó
una buena parte de sus proyectos, o simplemente considera que llegó el
momento de cobrar en efectivo la deuda psicológica generada por años de
amenazas bélicas. La lección debería ser clara. Kim Jong-un es el
ganador en este juego. Para Trump, es un reality show global y el mundo le sirve como adulación y alimento para su megalomanía.
La vieja excusa de los Derechos Humanos por parte de los líderes más
poderosos del mundo se ha terminado por revelar en toda su falsedad,
aunque ni aun así es titular de ningún medio.
3) ¿Qué es lo
que intenta obtener Trump con estas acciones que ha desestabilizado a
sus contrapartes y prácticamente lo consideran como una falta de
seriedad?
JM: Creo que en principio Trump juega con las
reglas que conoce, las del hombre de negocios, y la presión, el regateo y
la venta de ilusiones a propios y ajenos están en su naturaleza. ¿Por
qué destroza un acuerdo nuclear con Irán y crea uno con Corea del Norte,
supuestamente una dictadura comunista que viola los derechos humanos?
Porque el primero fue obra de Obama y el segundo será Su obra. Así de
simple y trágico. No hay que subestimar la estupidez humana. Claro que
luego podemos ver las necesidades y los intereses económicos y
estratégicos que pueden o no coincidir con los caprichos del emperador.
4)
¿Podríamos decir que el término “aliados”, usado desde el fin de la
Segunda Guerra Mundial, será cambiado por alguna otra instancia?
JM: Es muy temprano para decirlo. Se atribuye a Churchill la confesión
de que “el Reino Unido no tiene amigos sino intereses”. Esa sinceridad
revela muchas hipocresías y la obviedad de que los enemigos de hoy
pueden ser los amigos de mañana. Bastaría con considerar los casos de
Japón y Alemania para Estados Unidos. Por otra parte, por sus culturas,
por su historia y por su proximidad geográfica, Estados Unidos y Europa
están obligados a relacionarse más o menos de forma estrecha. Cuando
Estados Unidos intentaba invadir Irak en el 2002 y durante la invasión
en el 2003, muchos estadounidenses no comían papas fritas (lo cual fue
un sacrificio mayor), porque, como sabes, aquí se llaman “french fries”.
El odio a Francia había alcanzado niveles tan irracionales somos esa
absurda guerra cuyas consecuencias todo el mundo está sufriendo hoy.
Cuando hace diez años dije en una charla que la guerra en Irak había
sido lanzada en base a mentiras, estudiantes activistas del partido
republicano se levantaron y se fueron de la sala. Hace un par de años,
en plena campaña electoral, Trump dijo lo mismo (motivado por su
enemistad tribal con la familia Bush) y los republicanos lo aplaudieron
de forma histérica. La gente tiene mucha memoria temporal pero poca
memoria histórica. Trump lo sabe o lo siente, como buen hombre de
negocios: para los dueños del mundo, la verdad, la realidad es lo que
uno cree o imagina y todo lo demás sólo importa a un grupo pequeño de
críticos, académicos o “perdedores” (de ahí tanto odio a las ciencias,
la que sólo da un paso cuando consigue las pruebas, no cuando se cansa
de repetir un sermón). En pocos años Trump caerá y Europa tendrá otros
líderes. Los enemigos de hoy serán amantes mañana y así todo. Claro que
algunas cosas no son tan fluctuantes. La decadencia relativa de
Occidente se segará confirmando. Esto es, una buena y una mala noticia
al mismo tiempo.
Publicado originalmente en la revista Siempre!, Presencia de México: http://www.siempre.mx/2018/06/los-caprichos-de-trump-en-el-g-7-2/
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