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Detalle de utilidades netas en Latinoamérica,
en millones de dólares
Fuente: Elaboración propia en base a datos del mercado.
El
patrimonio total de la banca en Latinoamérica alcanzó los 378 mil
millones de dólares en 2017. La cifra es un 6,2 por ciento más elevada
respecto del 2016, cuando la banca acumulaba una fortuna de 355 mil
millones de dólares, y un 7,4 por ciento mayor en relación con 2015,
cuando el monto era de 352 mil millones.
La
riqueza de los bancos en América Latina sigue en aumento a pesar de las
carencias de su servicio. En la última década, las entidades duplicaron
la cantidad de tarjetas de crédito y débito en circulación pero no
avanzaron al mismo ritmo en la apertura de nuevas sucursales o en la
incorporación de puestos de trabajo.
Los
datos sobre los niveles de inclusión financiera en la región, es decir,
la cantidad de individuos con cuenta bancaria tradicional, indican que
el 50 por ciento de la población adulta continúa sin tener acceso al
sistema. La banca no tiene interés en incorporar a los individuos de
menores recursos y con elevado riesgo crediticio.
Los activos y las utilidades netas del negocio bancario.
El
patrimonio de las entidades muestra el esplendor de la banca en la
región, pero no es el único dato relevante. La tarea de entender el
poder de los bancos en Latinoamérica requiere mirar en detalle otros
números centrales del sector.
El
volumen de los activos bancarios (sin descontar el pasivo de las
entidades) alcanzó, el año pasado, unos 4 billones de dólares
(4.000.000.000.000 dólares). El otro dato notable es el de las
utilidades netas (ganancias) acumuladas cada año por el conjunto del
sistema financiero. En 2017, la cifra fue de 51 mil millones de dólares
con un incremento del 10,8 por ciento respecto del año anterior. Cinco
países concentraron el año pasado el 90 por ciento de estas ganancias
netas: Brasil (embolsó 29 mil millones de dólares), México (7 mil
millones), Argentina (5 mil millones), Chile (4 mil millones) y Colombia
(3 mil millones).
en millones de dólares
2016 | 2017 | Var i.a. % | |
Brasil | $ 23.538 | $ 28.839 | 23 |
México | $ 5.218 | $ 7.018 | 34 |
Argentina | $ 4.701 | $ 4.578 | -3 |
Chile | $ 2.906 | $ 3.636 | 25 |
Colombia | $ 3.782 | $ 2.545 | -33 |
Panamá | $ 1.240 | $ 1.505 | 21 |
Guatemala | $ 498 | $ 574 | 15 |
República Dominicana | $ 480 | $ 482 | 0 |
Paraguay | $ 373 | $ 435 | 17 |
Ecuador | $ 222 | $ 396 | 78 |
Uruguay | $ 81 | $ 356 | 340 |
Bolivia | $ 304 | $ 298 | -2 |
Costa Rica | $ 434 | $ 297 | -32 |
Honduras | $ 217 | $ 220 | 1 |
Nicaragua | $ 167 | $ 171 | 2 |
El Salvador | $ 140 | $ 152 | 9 |
Total | $ 46.453 | $ 51.502 | 11 |
El gran negocio de las tarjetas de crédito y de débito
El
trabajo de elaborar series estadísticas homogéneas para conocer cuáles
son los principales rubros de beneficio de la banca a nivel regional no
es sencilla, porque los balances contables de los bancos incluyen muchas
particularidades locales. Esto no implica que no puedan encontrarse
fuentes de ganancia similares para los bancos en todos los países, entre
las que se destaca el negocio de las entidades con las tarjetas de
crédito y débito. CELAG realizó la estimación de las ganancias a nivel
regional que genera este segmento.
Tarjeta de crédito y de débito en circulación,
en América Latina
en América Latina
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Felaban.
El
primer dato relevante para estimar los beneficios embolsados por los
bancos en el negocio de las tarjetas es la cantidad de los plásticos en
circulación. Los datos de la Federación Latinoamericana de Bancos
(Felaban) indican que existen cerca de 892 millones de tarjetas emitidas
en la región, de las cuales unas 604 millones son de débito y otras 288
millones de crédito. Solo en Brasil, la economía de mayor peso de la
región, circulan unas 340 millones de tarjetas de débito y otras 173
millones de crédito.
El otro dato
importante es el monto de las operaciones realizadas al año con estas
tarjetas. En promedio, cada tarjeta de débito de la región registra
transacciones por 733 dólares al año, en tanto que cada tarjeta de
crédito registra 1.149 dólares. Esto implica que, al año, el negocio de
las tarjetas mueve pagos totales por 774 mil millones de dólares.
Los
analistas del sector aseguran que la banca embolsa, en un escenario
moderado, en torno al 1 por ciento de este volumen de transacciones a
través de distintos mecanismos (comisiones directas sobre las
transacciones negociadas con los procesadores de pagos, cobro por
emisión y renovación de los plásticos, costo de resumen de cuentas,
entre otros). El resultado es que el negocio de las tarjetas de crédito
genera más de 7 mil millones de dólares al año para la banca regional,
una cifra cercana al 15 por ciento de las utilidades netas del sector.
Estimación de montos operados con tarjetas
en América Latina
en América Latina
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Felaban.
Los bancos que más ganan
La
banca privada en Latinoamérica es la que consigue apropiarse de los
mayores beneficios en el sistema financiero. Las consultoras del mercado
realizan estimaciones año a año para ver cuáles son las entidades que
reportaron mayor utilidad, incluyendo bancos públicos, privados locales y
privados extranjeros.
En la región
la banca que opera en el mercado de Brasil presenta los montos más
elevados de ganancias, en una lista en la que le siguen México y Chile.
Los primeros dos países son las economías más grandes de Latinoamérica,
en tanto que Chile se destaca por su elevado nivel de profundidad
financiera, lo cual permite a los bancos apuntalar sus balances
contables.
En el listado que sigue se
enumeran los 20 bancos con más activos de la región en función del
mercado en el que operan y su propiedad: Banco do Brasil (opera en el
mercado brasileño y es de propiedad estatal), Banco Itaú (brasileño y
privado local), Caixa Económica Federal (brasileño y estatal), Bradesco
(brasileño y privado local), Santander Brasil (brasileño y privado
extranjero), BBVA Bancomer (mexicano y privado extranjero), Santander
México (mexicano y privado extranjero), Banamex (mexicano y privado
extranjero), Banorte (mexicano y privado local), Estado (chileno y
estatal), Santander Chile (chileno y privado extranjero), De Chile
(chileno y privado local), BCI (chileno y privado local), Bancolombia
(colombiano y privado local), Safra (brasileño y privado local), Itaú
Corporación Banca (chileno y privado extranjero), BTG Pactual (brasileño
y privado local), Crédito (peruano y privado local), Nación Argentina
(argentino y estatal) y HSBC México (mexicano y privado extranjero).
Gran parte de estas entidades son privadas locales y extranjeras. El
Estado debería recuperar un rol activo en el sistema financiero regional
con bancos de desarrollo y entidades estatales que apuesten por las
nuevas tecnologías.
Poca inversión, menos empleo y muchos desafíos para la banca
El
sistema financiero incrementó en forma notable sus negocios en los
últimos años pero no acompañó estos beneficios con inversiones de peso
ni generación de puestos de trabajo. La comparación entre 2009 y 2016
muestra que, en la mayoría de los países de la región, la cantidad de
empleados del sector respecto a la cantidad de adultos de la economía se
mantuvo en niveles muy similares. Una de las excepciones fue Panamá,
país que después de la crisis de 2008 retomó su impulso como paraíso
fiscal.
Empleados del sector bancario cada 100 mil adultos,
en 16 países de la región
en 16 países de la región
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Felaban.
En
términos agregados puede detallarse que en 2016 se registraron 385
empleos en los bancos por cada 100.000 latinoamericanos adultos. Esto
equivale a 1.450.000 personas trabajando en el sistema financiero en
2016. Se trató de una caída del 0,8 por ciento del empleo respecto del
2015. La tendencia sobre los niveles de empleo en el sector quedará más
clara cuando se informen los datos agregados para 2017. Pero entre los
documentos de investigación sectorial elaborados por los propios bancos
ya se defienden por la caída de los puestos de trabajo asegurando que la
tendencia global en todas las actividades es que la tecnología
reemplace a las tareas manuales.
Estos
análisis resultan poco relevantes si se tiene en cuenta que los bancos
en Latinoamérica siguen sin alcanzar con cuentas bancarias a más de la
mitad de la población. ¿Cómo puede ser que la banca no genere nuevo
empleo si todavía le falta la mitad de su trabajo por hacer?
Los
bancos tienen una enorme deuda pendiente con los sectores vulnerables
debido a la falta de inclusión financiera. El 50 por ciento de los
adultos mayores que no tienen una cuenta bancaria deben recurrir a
préstamos de financieras con tasas de usurarias para acceder al crédito.
Los Estados deberían potenciar el compromiso para revertir esta
situación y conseguir que la banca reinvierta parte de sus beneficios
extraordinarios para atender las necesidades de los segmentos de menores
recursos.
La innovación en el sector
avanza a pasos acelerados y ya existen tecnologías suficientes para que
el conjunto de la población tenga la posibilidad de hacer pagos
digitales, refinanciar sus créditos con tasas de mercado (y no con los
costos de usura de las financieras) y acceder a nuevos canales de
ahorro. El monopolio de la banca no debería limitar su masificación.
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