Crisis sociopolítica en Nicaragua
El presidente aún no decide si acepta la hoja de ruta de la OEA
Discurso optimista con un fondo de rostros de circunstancias. Así fue
la comparecencia de prensa que ayer por la tarde dieron los integrantes
de la Alianza Cívica opositora, luego de conocerse el diagnóstico de la
Organización de Estados Americanos (OEA). Comprensible porque el guion
en estos casos así lo establece, pero hay un regusto de fondo porque
finalmente Daniel Ortega seguirá en el poder como mínimo hasta marzo del
año próximo. A menos que la oposición tenga recursos para mantenerse
sin quebrarse.
El respiro lo da cierta certeza en la salida, tarde o temprano, del
presidente Ortega. Pero la verdad es que el gobernante todavía no ha
aceptado el organigrama de la OEA, que fija en marzo el punto final de
esta pesadilla, la cual, en dos meses, ha cobrado más de 200 muertos,
poco más de mil 500 heridos y casi 600 detenidos.
Como siempre sucede en casos como el nicaragüense, la CIDH lanza un
informe demoledor sobre el país sentado en el banquillo de los acusados y
acto seguido los cancilleres de la OEA se encargan de enfriar los
ánimos poniendo en liza su jabonoso lenguaje.
Eso pasó hoy en Washington una vez más, pero la oposición
nicaragüense hace una lectura positiva porque así lo cree, aunque en el
fondo no lo crea. Daniel Ortega, dicen los escépticos, necesitaba ganar
tiempo, y lo consiguió ayer en Washington. El informe de la CIDH fue
demoledor, basado en multitud de testimonios y averiguaciones sobre el
terreno. Impecable su trabajo sobre lo sucedido en este país desde el 19
de abril pasado.
Pero la historia cambia cuando cae en los pasillos de la diplomacia y
de los trapos sucios que cada país debe esconder para no ser
balconeado.
Campesinos, estudiantes y empresarios comparecieron en Managua horas
después de finalizada la sesión ordinaria de la OEA. No estuvo la
representación de la jerarquía eclesiástica. Voces unánimes en todos los
sectores, pero la procesión va por dentro. El presidente Daniel Ortega
nada ha dicho respecto de si acepta o no la hoja de ruta de la OEA, que lo obliga a convocar a elecciones a finales de marzo de 2019.
El problema de mantener la resistencia
La corriente imperante en la oposición es mantener la
resistencia pacífica a través de barricadas y desobediencia civil. La
pregunta es: ¿Quién financiará esa resistencia?
El jueves pasado la idea de los estudiantes era bloquear todos los
accesos a Managua, pero un día después nadie volvió a mencionar esa
propuesta. Los campesinos, tal vez el sector más recio y claro, aseguran
que ellos se comprometen a abastecer lo que sea necesario.
Enfrente da la impresión de que los empresarios ya echan cuentas,
porque las pérdidas son mayores cada día y negocio que se pierde casi
nunca se recupera. Ayer, sin ir más lejos, el empresario más fuerte de
Nicaragua, Carlos Pellas –el Carlos Slim local–, anunció el cierre de su
ambicioso proyecto turístico Mukul, ubicado en el paradisiaco
Guacalito, playa cercana al importante municipio de Rivas, en el sur del
país camino a Costa Rica.
Así las cosas, el diálogo nacional sigue en el limbo, aunque no todo
fueron ayer malas noticias. El comisionado nacional de policía, Ramón
Avellán, empezó a cumplir la palabra dada el jueves al cardenal Leopoldo
Bremes y por la mañana comenzaron a ser liberadas las personas que
permanecían detenidas en Masaya. Tampoco hubo hostilidades.
Josetxo Zaldua
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 23 de junio de 2018, p. 23
Managua, Nicaragua
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