Una
señora se sube a uno de los ficus recortados de una plaza en Tabasco y
baila alegre asomando medio cuerpo en el mitin que recibió a Andrés
Manuel en su tierra.
Para los señores del poder y el
dinero la amenaza que más temen es la que representa el 40% de
preferencias de voto a favor de AMLO, que le pueden arrojar, si esto se
mantiene, su meta de 17. 5 millones de votos para el día de la elección.
Desataron ya, según ellos, la tormenta perfecta para hundir su cayuco.
¿Van
a tratar de erosionar a ese voto duro que ahora llena plazas, canta y
grita al único político mexicano vivo que ha recorrido varias veces al
país? No. Sus objetivos son las poblaciones que no habían simpatizado
antes, o que votan por primera vez. Uno de los frentes de esta tormenta
es una lluvia cerrada de mensajes, spots, noticias, redes en Facebook,
la serie de National Geographic sobre el populismo. Traza líneas
cortafuego para contener el contagio. Se orienta hacia madres de
familia, jóvenes, estudiantes, empleados, pequeños y medianos
empresarios. Para este propósito se suman a los recursos legales
partidarios, los fondos ilegales empresariales. Tienen dos meses para
lograrlo. Quitarle los puntos que lo meten a la competencia con paso
ganador y dejarlo con su tercera parte, insuficiente e histórica.
La
ambición del poder: que mis miedos sean los tuyos. Amenaza a tu
patrimonio (que no tienes). Va a expropiar empresas. Se acabarán los
empleos (que por cierto a ti te faltan). Es un autoritario que no
escucha a nadie, sólo a su ambición de poder. No quiere que pienses,
quiere que votes enojado.
Primero de abril: en una plaza
abarrotada en Ciudad Juárez y a pleno sol Andrés Manuel planta
propuestas de gran calado: acabar con la corrupción y la impunidad,
reorientar los dineros públicos para cerrarle la llave a los negocios de
los compadres, meterlos al desarrollo de las regiones y sus pueblos,
medidas concretas al Norte para detonar su crecimiento, respeto pleno de
Trump a nuestro país y a los mexicanos: “Ni México ni su pueblo van a
ser piñata de ningún gobierno extranjero”. La plaza se llena de
entusiasmo, de voces que gritan Presidente, Presidente, de gente que
entona su aprobación a cada frase o propuesta acertada. La palabra se
carga de razón entusiasta.
El otro frente de su tormenta
perfecta es poner a punto al voto duro del PRIAN: la compra y la
inducción del voto que logran con los dineros públicos orientados a los
más pobres. La presión de los patrones a sus obreros y empleados. El
voto corporativo de los grandes sindicatos como la CTM, el Petrolero, y
parte del SNTE. Van a tratar mediante la coerción y el pago de recuperar
sus tercios del electorado ahora en peligro por la avalancha de AMLO, y
no cerrar el expediente de una posible unificación marca PRIAN que les
coloque en condiciones de entablar una competencia reñida pues cada uno
por su lado no gana ni yendo a bailar a Chalma.
En el Tec
de Monterrey un público juvenil, bien vestido y mejor alimentado,
escucha atento a Andrés Manuel. Aplaude sus razones y en momentos se
escucha un Presidente, Presidente, como en las plazas callejeras. A la
salida un oleaje humano le acompaña hasta su camioneta donde le espera
Beatriz su esposa, sube al estribo y saluda a esa masa juvenil que
vuelve a estallar con gritos de Es un honor estar con Obrador,
Presidente, Presidente. En una mesa redonda promovida por El Financiero –
Bloomberg, se advierte con preocupación que los millenials, los jóvenes
crecidos con el celular y el internet en la mano, prefieren a AMLO.
¿Tendrá que ver con el derrumbe del empleo, los contratos de trabajo sin
garantías laborales o los salarios miserables? La fuerza de AMLO no es
clasista, es plural, diversa, del norte y del sur, de jóvenes y viejos,
de hombres y mujeres, de ricos, clases medias y pobres.
El
tercer frente de los poderosos es la creación de un “escenario” de
competencia reñida entre sólo dos. En el año del 2006 en un marzo
fatídico para la credibilidad de los encuestadores, Gea-ISA anunció que
un Calderón a la baja empezaba a reducir su margen de distancia con
respecto a Andrés Manuel. Un amplio coro de opinadores en radio,
televisión y prensa se hicieron eco del milagro. Coordinación perfecta. Y
en tres meses de un bombardeo mediático contra el “peligro para
México”, se creó el escenario de la competencia cerrada entre sólo dos.
Se coronó con la trapacería electoral el día de las elecciones para
controlar casillas y el recuento de votos sobre todo en los lugares sin
representantes del PRD de entonces. Y al final entró el IFE y resolvió
con el famoso margen del .56% y la negativa de la autoridad jurídica
para proceder al conteo de votos de esa cuestionada elección. Fue un
camino en contra de la legalidad y la verdad.
Ahora el
detonador de este cambio fabricado en las tendencias del voto son los
tres debates en el terreno de la cultura institucional del INE y de la
televisión. Un acto de magia donde se borra la diferencia porcentual de
los candidatos para colocar al “ganador” según los opinadores
profesionales anti peje. No importa la preferencia del ciudadano
encuestado. Importa el reality show. El primer debate ya dio el primer
paso. Que la tendencia expansiva AMLO se frene y se reduzca la distancia
entre él y Anaya. El Universal, en su encuesta del lunes 30 de abril,
lo muestra. Y les faltan dos debates. Las mañas del poder casi no se
renuevan. Se repiten como si nadie se diera cuenta. Es probable que al
terminar el tercer debate una maquinaria que ahora se concentra en
volver a AMLO un peligro para México, amplíe sus desvelos para machacar y
crear el escenario de la “competencia reñida” entre solo dos. Algunas
casas encuestadoras volverán a hacer el trabajo sucio. Y entonces se
hará posible otra decisión: ¿Quién se baja, Meade o Anaya?
Una
foto compuesta con los rostros de Meade y Anaya arrasa en las redes, el
rostro del PRIAN. Wapayasa Heidi Infante hace a ritmo de cumbia la
reseña del debate: se altera Anaya, el Mid se pierde y el peje,
(relajado, relajado, relajado) y el peje (relajado, relajado, relajado).
Es la elección donde las redes sociales se activan como nunca. Aparecen
servicios de verificación de noticias, de análisis crítico de
tendencias en Sin embargo. Canciones y memes memorables. El humor que
permite la distancia crítica, que frena la calumnia y se carcajea en el
ciberespacio. El sábado 28 de abril el PRIAN aprueba una nueva
legislación que permitirá bajar y encausar esa fiebre. ¿Podrán?
Los
sesenta días que nos separan del momento de la elección se convierten
en el tiempo de un combate intenso pero muy desigual. La tormenta (casi)
perfecta cuenta con una masa de recursos formidable. Con tres frentes
que convergen. Con actores institucionales, comunicativos y
corporativos. Y con la desinformación, el prejuicio y la pasividad de
muchos.
Pero al tratar de inducir las conciencias de los
ciudadanos penetran y politizan muchos espacios: desde las familias, las
escuelas, los vecinos, los lugares de trabajo. Y se topan con una
peculiar construcción realizada por el trabajo político de AMLO: el
renacer de una esperanza cargada de razones entusiastas. Es un combate
desigual pero con dos grandes fallas: expandir el espacio público, la
información y el debate, penetrando en el micro células de la sociedad. Y
un corredor de razones y entusiasmos por donde se puede evadir a la
tormenta perfecta.
A la fuerza desmesurada del poder duro y
blando, la señora que baila trepada en una copa de árbol, los mítines
que se convierten en fiesta, el debate en todas las células de la
sociedad: casa, vecinos, iglesia, trabajo; la risa de los memes, la
música que contagia los estados de ánimo. Por eso, ante la soberbia del
poder, la construcción expansiva y alegre del entusiasmo, ese “dios
interior” del que hablaban los griegos y que nos lanza hacia lo que
momentos antes nos parecía fuera de nuestro alcance.
Editor de la Revista Contemporánea
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