CELAG
Tras la culminación
de las elecciones parlamentarias, de alcaldías y Concejos Municipales
las fuerzas políticas y el electorado salvadoreño se preparan para lo
que será la disputa presidencial en febrero del 2019. La Alianza
Republicana Nacionalista (ARENA), revitalizada y victoriosa después del 4
de marzo, eligió el pasado 22 de abril al empresario español Carlos
Calleja como su candidato presidencial. El Frente Farabundo Martí para
la Liberación Nacional (FMLN) aún debilitado electoralmente, se prepara
para el sufragio interno en medio de un proceso de profunda crítica y
reflexión en sus filas. Todo esto sucede en un contexto en el que la
desconfianza a los partidos y la “clase política” es creciente, cuestión
que resulta evidente en una baja movilización electoral.
I
El
pasado 4 de marzo el electorado salvadoreño eligió la nueva
conformación del aparato legislativo y la dirección de las alcaldías[1].
ARENA se impuso como ganadora al acaparar un 40,23% de los votos,
logrando un total de 37 diputados y diputadas, mientras que el FMLN
apenas consiguió 23 escaños con un 20,61% de electores.[2]. Las demás
curules fueron repartidas entre: Gran Alianza por la Unidad Nacional
(GANA), con 10 escaños; el Partido Concertación Nacional (PCN), que se
llevó 9 diputaciones; el Partido Demócrata Cristiano, con 3 curules; el
Partido Cambio Democrático (PCD) que ganó un diputado y; un candidato
independiente que obtuvo una curul de diputado. [3]. La participación
general fue del 45,6% del padrón electoral. Junto a esa baja
participación se impuso un aumento importante del voto nulo al pasar de
48.822 en 2015 a 178.538 en 2018[4]. Por otro lado, en lo que refiere a
las alcaldías, la gran mayoría fueron alcanzadas por ARENA, incluída San
Salvador[5].
Dicha pugna electoral significó la más grande
derrota para el FMLN desde su abandono de las armas. Ésta sucede cuando
el Frente cuenta con el Ejecutivo y, a la vez, con importantes
resistencias en el Poder Judicial y la Asamblea Legislativa, la cual
sancionó reformas económicas que lo debilitaron[6]. Según el politólogo
Álvaro Artiga, de la Universidad Centroamericana (UCA), los resultados
demuestran que el voto duro por ARENA es más grande que el del FMLN,
mientras que otras perspectivas señalan que las personas simpatizantes
del Frente castigaron a su partido no asistiendo a las urnas. Todas
estas condiciones complejizan el panorama para el partido de izquierda,
no sólo de cara a las elecciones de 2019 sino también a la
gobernabilidad en el último año del presidente Sánchez Cerén. La
Asamblea está controlada por la derecha.
II
Son
diversas las problemáticas en el Frente. Entre las más importantes se
encuentra la inseguridad creciente e insostenible. El FMLN continuó con
la mano dura y declaró a las maras como terroristas, cuestión que, lejos
de disminuir la delincuencia, contribuyó a la militarización de la vida
cotidiana en detrimento de la comunidad. Además, distintos casos de
corrupción, irrespeto al principio de idoneidad, así como fuertes
críticas a la Comisión Política, han originado apatía entre sus
simpatizantes[7]. Sobre ello, la organización de izquierda, Alianza
Social para la Gobernabilidad y Justicia (ASGOJU) exige una
reestructuración del gabinete, especialmente en las carteras de
Hacienda, Economía y Comunicaciones[8].
En esa misma línea, una
crítica reiterada se concentra en la necesidad de cambio en la
dirigencia del Partido. La Comisión Política[9] se encuentra conformada
por ex comandantes del proceso guerrillero que cada vez se aleja más de
las realidades de los movimientos sociales, de un pueblo aún
empobrecido[10] y una juventud con mínimas opciones[11]. Dicho reclamo
no es nuevo: durante la mitad de la década de los 90 se llevó a cabo un
enfrentamiento entre las ramas “ortodoxa” y “renovadora” del Partido; la
primera resultó vencedora al obtener la Secretaría General a través de
Medardo González. Al respecto, a inicios del mes de abril,
organizaciones de veteranos del FMLN hicieron público un comunicado en
el que desconocían al Frente como opción política dado que no habría
realizado rupturas con el modelo neoliberal, y exigieron la renuncia de
la Comisión Política para eliminar la concentración de la toma de
decisiones[12]. En este sentido, una de las grandes conclusiones de la
jornada electoral es que las personas simpatizantes del FMLN no votaron
por la bandera sino por candidatos específicos; cuestión que podría dar
pistas del nivel de desconfianza hacia el cuadro político del Partido
como tal[13].
Antes de la derrota electoral, la Comisión
Política del FMLN respaldó la candidatura de uno de sus miembros, Gerson
Martínez[14]. Posteriormente, el 18 de abril, Hugo Martínez, ex
Canciller de la República salvadoreña, anunció su interés en participar
en las elecciones internas del FMLN[15]. “La ciudadanía envió un mensaje
en las elecciones del 4 de marzo a los partidos políticos y quiere
partidos más democráticos” fueron las palabras mencionadas por Hugo en
compañía del vicepresidente, Óscar Ortiz. La postulación de dos
candidatos es una oportunidad para obtener una figura presidenciable que
no sea elegida desde la dirección partidaria –la cual, tomó distancia
de la candidatura de Gerson-. Además, esta disputa interna despierta la
fractura que a mediados de los 90 afectó al FMLN; tanto Óscar como Hugo
fueron reconocidos miembros de la rama renovadora[16].
La
derrota en marzo deja un panorama con pocas opciones para que el FMLN
evite una nueva pérdida. La alianza con el actual alcalde de San
Salvador -expulsado del Frente-, Nayib Bukele, es una remota posibilidad
que ya ha sido desechada por varios dirigentes –entre ellos, Lorena
Peña[17] y Medardo González- pero, ambos precandidatos se han referido a
la necesidad de establecer alianzas con Bukele y otros sectores sin ser
muy claros al respecto[18]. Esta alianza podría ser una oportunidad
para atraer nuevos electores, como jóvenes de clase media y del espacio
urbano[19].Mientras tanto, el FMLN sobrevive en instituciones heredadas
por ARENA, con un margen complejo de acción al chocar con el Poder
Judicial y lidiar con una economía débil. Las deudas estructurales del
Frente también tienen que ver con una oposición “arenera” sin cuartel.
III
El
partido ARENA eligió internamente entre tres grandes empresarios:
Carlos Calleja, Javier Simán y Gustavo López[20]. La división también
estuvo presente en el partido tricolor y las simpatías hacia Calleja y
Simán incidieron en su fractura. El pasado 22 de abril el español y
vicepresidente de la más grande cadena de supermercados en territorio
salvadoreño, Carlos Calleja, fue elegido candidato presidencial con el
61% de la base electoral del partido. Calleja es apoyado por la cúpula
de ARENA y por grandes familias criollas pertenecientes a la élite
político-económica salvadoreña[21], como los Regalado, los Dueñas y los
Kriete.
Por otro lado, las personas simpatizantes de Simán
denuncian fraude debido a que la campaña del precandidato Calleja inició
mucho meses atrás –solapadamente desde 2015- y generó grandes apatías
en las bases hacia Javier Simán. El año pasado, el Grupo Calleja, al
donar $871,780, se convirtió en el principal financista de ARENA. La
sigla también cuenta con fondos provenientes de la compañía azucarera de
la familia Regalado. En ese sentido, Simán menciona que el peligro de
Carlos Calleja corresponde a la visualización de El Salvador como una
finca de unas cuantas familias, mientras él se autodenomina como la
opción que quiere un cambio a través de ARENA.
El cambio resulta
confuso al provenir de un importante empresario salvadoreño. Sin duda
alguna, la discusión es interna a las élites y, ante la derrota, Simán
menciona regresar a sus empresas y no colaborar con Calleja. Mauricio
Interiano, presidente de ARENA, insiste en la unidad del Partido y en la
responsabilidad de las personas salvadoreñas para sacar adelante el
país[22].
IV
Sin lugar a dudas, el 2018
será un año crucial para ambas agrupaciones. Mientras tanto, se
fortalecen posturas que muestran un recelo al sistema partidario y el
fortalecimiento de la postura de la no existencia de alternativas u
opciones. Un diputado independiente con propuestas como el aumento de
presupuesto a la educación y el respaldo al aborto terapeútico[23] logró
canalizar 18.000 votos y, con ello, llegar a la Asamblea. Si bien la
derecha salvadoreña salió muy fortalecida del proceso electoral, aún
queda mucho por reflexionar sobre el mensaje transmitido en las urnas
por parte del electorado. Probablemente, entre los mensajes se encuentre
una creciente apatía al sistema o, más bien, una crisis o agotamiento
de la opción partidaria como motor de cambio.
ARENA ya dio su
primer mensaje el 1 mayo. Su alianza con el PCN -partido que respaldó la
dictadura militar- y, en menor medida, el PDC, marcó la ruta para la
conformación de la Junta Directiva. GANA está a la expectativa de ser
integrada en la alianza y el FMLN pudo negociar dos espacios frente
Interiano[24]. Así inicia una arenosa Asamblea Legislativa, en medio de
un largo camino de reflexión para la izquierda salvadoreña.
Notas:
[2] La bancada del FMLN es la segunda más baja después de las elecciones en el año 1994.
[3] El diputado Leonardo Bonilla no se encuentra afiliado a ningún Partido Político.
[10]
Entre ellas se destacan los impuestos a la telefonía, la reforma al
sistema de pensiones, una deficiencia en los servicios públicos básicos,
como el agua, y la necesidad de reforma estructural del sistema
educativo. Ver: http://escuelas.elfaro.net/#
[11] https://elfaro.net/es/ 201804/columnas/21815/Que- cese-la-política-del-ver-oír- y-callar.htm y https://semanariouniversidad. com/destacadas/la-joven- centroamerica-que-suena-con- huir/
[17] Lorena Peña es una lideresa reconocida en el FMLN. Actualmente es la presidenta de la Asamblea Legislativa.
[19] Sectores en el que el FMLN perdió simpatizantes.
[23]
Considerando el debate sobre el aborto en el Salvador, la postura del
diputado electo, Leonardo Bonilla es necesaria para el avance de los
derechos de las mujeres y la libertad de muchas mujeres que hoy se
encuentran en la cárcel. Claro está que una voz disonante en un órgano
acaparado por la derecha demuestra un mínimo margen de acción.
Nery Chaves García (@NeryChavesG) es investigadora del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)
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