Guatemala
La nota pública de
condolencia y solidaridad enviada por la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca (URNG) a los familiares del difunto ex Presidente Álvaro
Arzú, firmante de los incumplidos Acuerdos de Paz (1996), evidencia que
no existió enemistad alguna entre la opulenta oligarquía y la cúpula de
los grupos guerrilleros que capitularon ante Arzú.
La URNG articuló a
los cuatro grupos guerrilleros existentes en Guatemala en 1982. En 1996
firmó los Acuerdos de Paz con Arzú y su ejército, luego de 36 años de
guerra interna que segó más de 200 mil vidas. En 1999 se constituye
legalmente en partido político bajo el mismo nombre. Desde entonces,
jamás dejó de tener diputados en el Congreso de la República, y en
algunas ventanillas del Estado que lo derrotó.
Este partido
político que monopolizó el discurso y privilegios “de izquierda”
nacional por casi dos décadas, jamás se opuso a la implantación del
sistema neoliberal en Guatemala. Más por el contrario, sus diputados en
el Congreso de la República apoyaron, con sus votos y/o abstenciones,
diferentes políticas de privatización y/o endeudamiento del país. Hasta
ganarse el apelativo popular de izquierda neoliberal, junto a las otras
representaciones de izquierda.
En una entrevista, en 2013, el
único Diputado Carlos Mejía, de la URNG, ante mi pregunta de por qué no
apoyaban a los movimientos indígenas que exigían el debate y revisión de
los contratos de privatización, me respondió tajante: “ese asunto ya
está definido en el país. Como partido no lo vamos a tocar”.
Álvaro
Arzú, fue el gobierno que inició la implementación de las políticas
neoliberales del Consenso de Washington (privatizaciones) en Guatemala,
incluso antes de firmar los incumplidos Acuerdos de Paz.
Ya en
2012, en la última asamblea nacional de la URNG, sus militantes
exigieron y aprobaron la democratización interna del partido y el
apoyo/alianza con los movimientos sociales beligerantes del país. Meses
después el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN) dio por trasto dicho mandato
y siguió respaldando al sistema neoliberal corrupto, y censurando a
cuantas voces disidentes en su interior.
Frente a esta
situación, movimientos sociales como el Comité de Desarrollo Campesino
(CODECA) decidieron apartarse de la URNG y proseguir con sus propuestas
de nacionalización de los bienes y empresas públicas privatizadas y el
proceso constituyente plurinacional. Pero, sorpresivamente el actual
Diputado, Walter Félix, de la URNG, mediante sus operadores, atacó y
desacreditó a CODECA en las comunidades y municipios acusándolo de
“delincuentes”. Igual cómo lo hacían y hacen los empresarios y políticos
prohijados por Álvaro Arzú.
La URNG jamás se opuso a la
implantación del sistema neoliberal, mediante privatizaciones, en
Guatemala. Los contenidos de los Acuerdos de Paz en ninguna medida son
anti neoliberales. Esta organización política, que monopolizó el
discurso y la representación nacional de izquierda chapina por casi dos
décadas, jamás incorporó, ni en su discurso, ni en su praxis, contenidos
de los procesos cambio emergentes desde el Sur. Aunque siempre fueron
adulones con Chávez, Maduro, Ortega, Castro, etc.
Lejos de
acuerpar o acercarse a los movimientos sociales anti neoliberales y con
propuestas de cambios estructurales, los dividen y/o denigran. Más, sin
embargo, muere el portentoso que los “obligó” a claudicar y expresan su
duelo y condolencias. Mientras, las y los sobrevivientes del conflicto
armado interno, repudian al fallecido ex Presidente que firmó la paz
para implantar el sistema neoliberal que convirtió a Guatemala en uno de
los países más desiguales del mundo actual.
Entonces, ¿quién y
con qué intereses crearon la URNG? ¿Con qué objetivos fue creada esta
organización política que operó con cierta eficacia para la
desmovilización de conciencias y voluntades populares en Guatemala? ¿Por
qué los ex comandantes, y los perpetuos dirigentes nacionales, una vez
que se pusieron traje y corbata, jamás denunciaron con vehemencia el
intervencionismo y saqueo violento en Guatemala?
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