Hace uno días el tres veces candidato presidencial de México,
Andres Manuel López Obrador (AMLO) estuvo de gira por sudamérica,
específicamente Chile y Ecuador. AMLO representa al partido de centro
izquierda Movimiento de Regeneración Nacional MORENA, de cara a los
comicios presidenciales del 2018.
Después de
dos intentos de hacerse a la presidencia de México, tras el fraude
electoral del 2006 que llevó a la presidencia al derechista Felipe
Calderón, y la cerrada elección del 2012 donde fue derrotado con un sin
fin de artimañas por el priista Enrique Peña Nieto, actual Presidente.
A
un año de las elecciones presidenciables nuevamente AMLO está como
favorito para ganar las elecciones del próximo 2018, los grandes
fracasos de los anteriores gobiernos por aumento desmedido de la pobreza
y la violencia, así como los escándalos de fraudes, desvíos de
recursos, enriquecimientos inexplicables, compra de votos, uso de
programas sociales para fines electorales, ha dado como resultado que no
exista hoy algún contrincante con fuerza definido por alguno de los
principales partidos PRI, PAN, PRD.
La
contienda aún no comienza pero si la llamada guerra sucia que constiste
en reiteradas descalificaciones y ataques contra AMLO tales como que es
un peligro para México, utililzada por el derechista Felipe Calderón, el
hombre que decidió declarale la guerra al Narcotráfico sin estrategia
alguna y que ha llevado al país a un número indeterminado de asesinatos,
desapariciones y violaciones a los derechos humanos de la población,
una de las tácticas es repetir el eslogan de “AMLO es un peligro para
México” utilizada en el 2006 en la cual lo comparaban con Fidel Castro y
Hugo Chávez.
Hoy nuevamente esa sucia
estrategia está en marcha aprovechando la coyuntura política de
Venezuela ahora comparándolo con el presidente Nicolas Maduro. Lo cierto
es que ni en el pasado ni en el presente AMLO ha dado señales de tener
un interés o simpatía ni con Cuba ni Venezuela sino que por el contrario
dio más señales de tener afinidad con el ex presidente Lula de Brasil.
AMLO
no se identifica como marxista, anarquista, socialista, más bien como
un liberal enarbolando los principios de Benito Juárez y Lázaro
Cárdenas. Por eso de seguir insistiendo que AMLO es de izquierda es un
disparate.
AMLO hace ahora un viaje a
sudamérica y lo hace en el momento preciso para desmarcarse de esas
acusaciones que lo relacionan con Venezuela y Nicolas Maduro. AMLO en su
visita a sudamérica envía un claro mensaje de que “no tienen porque
temer”, su plan de gobierno se asemeja al del gobierno de la chilena
Michelle Bachelet que encabeza la coalición “nueva mayoría” una
coalición de partidos de la mal llamada “izquierda latinoamericana” una
"izquierda" más capitalista y derechizada.
Haciendo
un alto en Chile y tomando en cuenta a los acompañantes de AMLO,
empresarios que en el pasado apoyaron a los gobiernos de los partidos de
derecha como el PAN Y PRI, nos da una idea de cuál será el gobierno de
AMLO, un gobierno en el que puedan convivir la oligarquía y el pueblo,
sin tocar los intereses de la clase dominante que a su vez le permitirá
implementar programas sociales que alivien la tensión social.
El
empresario Alfonso Romo, quien es coordinador del proyecto de Nación de
López Obrador, subrayó que la gira en Sudamérica tiene la intención de
analizar cuál será el papel de México en el futuro, por eso el viaje de
AMLO sirve para garantizar que un eventual gobierno de MORENA continuará
con la “alianza del pacífico” que la integran gobiernos de derecha,
Colombia, Perú, Chile y México en contra peso al ALBA alianza
progresista que la integran países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y
Bolivia entre otros.
Mientras tanto en Ecuador
AMLO encuentra a un presidente muy afín a sus características, un Lenin
Moreno, que en sus primeros meses de gobierno ha demostrado ser un
intolerante a la crítica incluyendo las críticas de su propio partido al
punto de quitarle sus funciones como vicepresidente a Jorge Glas, quien
al igual que el ex presidente Rafael Correa y la base del movimiento
PAIS han criticado ese amasiato que quiere tener con la vieja y corrupta
clase política ecuatoriana.
AMLO y Lenin
tienen mucho en común, aires de redentores, que el amor debe prevalecer
sobre el odio, haciendo alianzas con la vieja y podrida clase dominante
sin importarles lo que estos hicieron en el pasado. AMLO espero que
Rafael Correa se marchara para poder viajar a Ecuador y evitar que lo
tildaran de radical igual que a Correa.
Por eso
es una locura pensar que AMLO es un peligro para México, pueden dormir
tranquilos que todo seguirá tal como está, no habrá expropiaciones, ni
nacionalizaciones, al contrario habrá mucho amor y perdón para
reconciliara al opresor con el oprimido.
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