Entrevista a Aldo Rebelo, militante del PCdoB y cuatro veces ministro en gobiernos del PT
BBC Brasil
Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez |
Mariana Schreiber.- ¿Qué posibilidades de futuro tiene Michel Temer? ¿Cree que es posible que concluya su mandato?
Aldo Rebelo.- Ha
demostrado una extraordinaria capacidad de resistencia al fuerte asedio
que sufre su mandato. Son fuerzas muy poderosas, pero el consigue
resistir. De todas formas, dudo que soporte la presión, puesto que los
votos en la Cámara dependen de muchos factores que le son desfavorables.
Su apoyo político ya no es muy fuerte. El partido que más le
apoyó, el PSDB, prácticamente abandonó el gobierno. La situación
económica es muy delicada, lo mismo que la situación social. El paro es
enorme. Los principales medios de comunicación están en contra del
gobierno, están desarrollando una campaña para destruir el gobierno y la
figura del presidente, empezando por la Rede Globo.
Todo hace
pensar que tiene pocas posibilidades de resistir. Incluso puede que
alcance una victoria momentánea, parcial y pasajera en la Cámara (con el
rechazo de la primera denuncia presentada por el procurador-general de
la República, Rodrigo Janot, por corrupción pasiva, que será votada en
agosto), pero todo hace pensar que eso no será suficiente para
garantizar su supervivencia.
Mariana Schreiber.- Es de
esperar una segunda denuncia de Janot contra Temer, por obstrucción a la
Justicia. ¿Cree que no la resistirá?
Aldo Rebelo.-
Evidentemente la alianza contra Temer gira en torno a un eje formado
por el ministerio público, el poder judicial y los grandes medios de
comunicación, y ese eje no se va a contentar con una simple denuncia.
Las denuncias vendrán en serie, para remover lo que queda de autoridad y
los apoyos de Temer.
Mariana Schreiber.- ¿Considera que existe realmente esa "alianza"? ¿Cree que caerá el gobierno de Temer?
Aldo Rebelo.- Esa
alianza forma parte de la misma alianza que provocó la destitución de
la presidenta Dilma. Y recupera su voluntad de interferir en la
política, de dotar a esas instituciones de un protagonismo que les
permita tutelar el destino de la sociedad, el destino del país, y
substituir la política.
Son instituciones que siempre buscaron
substituir la política. Tanto los medios de comunicación como el poder
judicial y el ministerio público. La policía federal también es parte
integrante de ese grupo.
Obviamente, eso es mezquino. Genera un
proceso de inestabilidad que esas instituciones no tiene modo de
corregir ya que no tienen la legitimidad que les permitiría conducir los
destinos del país. Legitimidad que proviene del voto, de las
elecciones.
Fue lo que hicieron con la presidenta Dilma al
destituirla, provocaron un clima de inestabilidad, que está agravándose
en estos momentos, al querer provocar también la destitución de quien
fuera su vicepresidente, Temer, con el único objetivo de ser ellos
quienes gobiernen el país. Evidentemente no lo van a conseguir, ya que
no tienen la legitimidad del voto. No es ese el papel que le corresponde
a esas instituciones, a esas corporaciones.
Mariana
Schreiber.- Usted dice que parte de la alianza que provocó la
destitución de Dilma quiere hacer caer a Temer. ¿Qué diferencia hay
entre esas dos alianzas?
Aldo Rebelo.- El poder
económico estaba interesado en destituir a Dilma pero no está en contra
de Temer, sobre todo el sector financiero. La prensa de São Paulo no
está interesada en provocar la caída de Temer y sí tenía interés en la
caída de Dilma. Igualmente, un sector importante de la clase media no
tiene ningún interés en que caiga Temer pero sí quería la caída de
Dilma.
Mariana Schreiber.- Usted mantiene un tono crítico con
respeto a esa “alianza”. No obstante, ¿considera necesario que Temer
renuncie, como defiende su partido, y que se forme un nuevo gobierno?
Aldo Rebelo.- Sólo
hay una forma de restablecer plenamente la autoridad en el país: las
elecciones. Ahora bien, para llegar a las elecciones hay dos caminos:
2018, el calendario previsto, o elecciones anticipadas, que no va a ser
posible, pues quien está en posesión de un mandato no va a tener la
generosidad de renunciar a parte del mandato para convocar elecciones.
¿Comprende
el alcance de esa contradicción? En Brasil sufrimos una situación
similar en el siglo XIX, el momento en que Brasil fue un Imperio sin
emperador (1831 a 1840), cuando Dom Pedro I abdicó dejando aquí a un
niño de 5 años, provocando que el país estuviese dirigido por una
sucesión de regencias.
Esas regencias no tenían legitimidad, no
tenían autoridad. La única solución posible era la anticipación de la
mayoría de edad del niño, por lo que entregaron el país a un niño de 14
años de edad (Dom Pedro II). Fue la única solución, ya que el país
estaba inmerso en varias guerras civiles simultáneas, en Rio Grande do
Sul, en Pára, en Maranhão y en Bahia.
Ahora bien, como no somos
un Imperio, la autoridad recae en el presidente de la República, que la
obtiene mediante el voto popular. Así, en la medida en que Temer no fue
elegido, su naturaleza es frágil.
Aldo Rebelo.- Porque son
instituciones que compiten por el poder. Es el enfrentamiento por el
poder, por el destino del país. O el poder permanece en la esfera de lo
político, en manos de los electores, o queda en manos de esas
corporaciones, que se consideran detentoras de ese derecho por
meritocracia. Se consideran superiores porque los políticos son elegidos
mediante el voto popular, mientras que ellos son seleccionados mediante
un concurso.
Así, el ministerio público, el poder judicial, la
policía federal y los medios de comunicación, debido a no sé qué
derecho, quizás por derecho divino, se creen en posesión de la
prerrogativa de dirigir el destino de la sociedad. Así pues, es un
enfrentamiento por el control del poder mismo.
Mariana
Schreiber.- Pero, ¿y la responsabilidad de la clase política en ese
proceso? Porque usted está diciendo que ese grupo de alguna manera está
interfiriendo en la conducción de la política, pero ¿el hecho de que la
corrupción haya ganado, de forma generalizada, semejante dimensión en
los gobiernos, en los partidos y en la financiación de las campañas, no
erosionó la legitimidad de la clase política?
Aldo Rebelo.- Combatir
la corrupción política es una atribución constitucional y legal de esos
organismos. Substituir la política no es su atribución, no es
competencia de esas instituciones. Son dos cosas completamente
diferentes.
El hecho de que las instituciones políticas estén
inmersas en casos de corrupción, no justifica la usurpación de sus
prerrogativas. Así pues, que hagan su trabajo, pero como decía el dicho
popular, “zapatero, a tus zapatos”.
Mariana Schreiber.- Entonces, ¿usted propone que deberían hacer su trabajo de otra forma?
Aldo Rebelo.- No
estoy discutiendo la forma. Esas instituciones tienen que combatir la
corrupción, pero no pueden substituir la política, porque eso provocará
inestabilidad.
Mariana Schreiber.- Usted dijo que las
elecciones serían el remedio ideal para intentar salir de la crisis; no
obstante, todo parece indicar que unas elecciones directas anticipadas
son inviables. ¿Qué piensa usted?
Aldo Rebelo.- Ciertamente
considero que son inviables. El proceso electoral es lento. La propia
Constitución creó mecanismos de protección del mandato presidencial. De
la misma manera que no se puede destituir al presidente de la República
intempestivamente, su elección es un proceso lento, a no ser que
renuncie.
Mariana Schreiber.- De todos modos, sería una elección indirecta.
Aldo Rebelo.- En caso de que renunciase, sí, serían una elección indirecta.
Aldo Rebelo.- Es lo que hay. Si renuncia, es la única alternativa que queda.
Mariana
Schreiber.- Si Temer cae, el sucesor más probable sería el presidente
de la Cámara, Rodrigo Maia, ya que asumiría el cargo interinamente y, en
caso de elección indirecta, tendría el suficiente apoyo parlamentario.
¿Sería un buen presidente? ¿Mejor que Temer?
Aldo Rebelo.- La
situación del país exige mucho más que la discusión de cuál debe ser el
nombre de quién ocupe la presidencia de la República. No hay un nombre
bueno y un nombre malo, separado de la misión, del proyecto que va a
desarrollar, de lo que va a hacer. ¿Qué va a hacer por el país? Así
pues, a priori, no es el nombre lo que se tiene que discutir. Más bien,
hay que preguntarse cuál es el objetivo, la misión que debe asumir el
presidente de Brasil en las circunstancias que atraviesa el país.
El
país está golpeado, marcado por los traumas. Imagínese que el país
puede llegar a tener dos presidentes sucesivamente destituidos. La
destitución de la presidenta supuso un primer trauma, ahora la
destitución de su sucesor… ¿cuál es la situación que se puede crear?
Mariana Schreiber.- Entonces, ¿sería preferible que Temer terminase su mandato?
Aldo Rebelo.- Todo
está relacionado con el precio que usted quiera pagar por las cosas.
¿En qué condiciones va a continuar el presidente Temer? ¿Con qué apoyos,
con qué agenda, administrando una base de apoyo económica, social y
política completamente fragmentada? Las condiciones para que continúe
van a ser cada vez más frágiles, difíciles y casi inviables. El país
está en una situación sin salida.
Mariana Schreiber.- En ese
difícil contexto, ¿cree que Maia estaría en condiciones de articular un
gobierno mejor que el de Temer? ¿Con más diálogo? Habitualmente es
considerado un hombre que dialoga con diferentes grupos políticos,
incluso con el PCdoB, pero por otro lado es un hombre que defiende con
convicción las reformas económicas del gobierno de Temer, que no son del
agrado de la izquierda.
Aldo Rebelo.- El presidente
de la Cámara es un buen político, es una persona a quien respecto y con
quien mantengo amistad. No obstante, la sucesión del gobierno de Brasil
no obedece a eses criterios. No llega con ser buena persona y tener
buenos amigos. Lo decisivo es qué hacer en las circunstancias en las que
vive actualmente el país.
Brasil está dividido, marcado por
antagonismos, por disputas mezquinas, por desconfianzas profundas entre
los diversos segmentos de la sociedad, por una dosis elevada de
intolerancia. Así pues, va a resultar difícil conferir a una persona la
autoridad necesaria para dirigir el país en este momento si no tiene la
autoridad de las urnas, del voto.
Otro mecanismo sería un gobierno
de conciliación, de transición hacia futuras elecciones. Pero, ¿cómo se
puede hacer una transición y una conciliación en torno a una agenda
común en ese ambiente de enfrentamiento, dónde el mercado tiene la
ilusión de que va a poder conseguir todo y algunas instituciones no
están dispuestas a ceder nada? En este sentido, esa vía es muy difícil
que se materialice.
Mariana Schreiber.- En el supuesto de que
Maia asumiese la presidencia interinamente, sería coherente con su
trayectoria mantener las reformas económicas de Temer. En ese sentido,
¿su gobierno no representaría ese período de conciliación?
Aldo Rebelo.- Personalmente,
pienso que el presidente Rodrigo Maia se encuentra en una encrucijada
difícil. ¿Por qué? Porque si se adhiere a la agenda, al programa máximo
del mercado, va a encontrarse en una situación de aislamiento social muy
grande. No obstante, si rechaza esa agenda, padecerá un proceso de
desestabilización.
Así pues, la conciliación es un camino muy
difícil debido al grado de conflicto y desconfianza que hay en la
sociedad, que está traumatizada por esos enfrentamientos. No es una
situación fácil.
Mariana Schreiber.- Algunas noticias aluden a
una negociación entre usted y Maia, con quien acudiría en una fórmula
electoral como vicepresidente en caso de una elección indirecta.
¿Confirma que existen conversaciones en ese sentido? ¿Qué piensa al
respecto?
Aldo Rebelo.- No, no mantuve ninguna conversación en ese sentido. Eso es “conversa de botequim”
[1]. Es un ejercicio de especulación propio del momento en que vivimos y
propio de la política. La política, en el buen sentido de la palabra,
vive de especulaciones, de imaginar hipótesis.
Yo tengo mis propias convicciones, acabo de publicar con un grupo de amigos un manifiesto
sobre la situación del país y transito con respeto y con capacidad de
convivencia con todos los partidos y corrientes políticas. Es eso quizás
lo que hace que mi nombre sea recordado en este momento difícil; no
obstante, considero muy remota, muy difícil, esa posibilidad. El momento
que vive el país no indica que vayamos hacía un período de transición,
de conciliación.
Creo que es improbable.
Mariana
Schreiber.- ¿Para usted una fórmula presidencial con Rodrigo Maia sólo
sería posible bajo la forma de gobierno de conciliación, de transición,
que no asumiese como propias las reformas del gobierno de Temer?
Aldo Rebelo.- No lo pensé, no consideré esa posibilidad.
Mariana
Schreiber.- Entonces, ¿descarta completamente participar de cualquier
forma, sea como vice o como cabeza de fórmula presidencial, en una
elección indirecta?
Aldo Rebelo.- A ver, ¡si ni siquiera existe la elección como una posibilidad real!
Mariana Schreiber.- Usted es amigo de Maia. ¿Ha hablado con él?
Aldo Rebelo.-
No, no, hace unos días que no hablo con el presidente Rodrigo Maia. Le
envié una copia del manifiesto que escribí e le pedí que lo leyese. Me
dijo que lo iba a leer, pero si lo hizo no me dijo nada.
Aldo Rebelo.- Es una decisión
política, es una maniobra para apartar a Lula de la vida pública, de la
contienda política. Suponía que eso acabaría por suceder, ya que Lula
fue el objetivo a alcanzar de toda esa operación jurídica y mediática.
No obstante, ahora se encuentran en una encrucijada ya que si dejan que
Lula pueda contender electoralmente, es un candidato muy fuerte, pero si
le prohíben participar en las elecciones estarían creando un agente de
apoyo al candidato muy fuerte.
Todo el mundo sabe que Lula no es
el dueño del apartamento. Está siendo condenado por una propiedad que no
es suya, lo que de alguna manera define el carácter político de la
sentencia.
Mariana Schreiber.- ¿Puede darse el caso de que las
elecciones de 2018 no sean suficientes para resolver esta crisis y que
el país permanezca en la inestabilidad?
Aldo Rebelo.-
Efectivamente hay un cierto riesgo. La política es el camino para
encontrar soluciones a esos momentos de impasse, aunque en ocasiones no
los encuentra. Entre la abdicación de Dom Pedro I y el golpe de la
mayoría de edad, los brasileños vivimos diez años de crisis.
Lo
esperable es que Brasil encuentre ese camino en 2018, pero eso va a
exigir el esfuerzo de los líderes políticos en busca de una solución en
torno a una plataforma que una el país. Si no se consigue eso, el grado
de radicalización puede aumentar y el sufrimiento del país puede
prolongarse.
Nota del traductor:
[1] “Conversa
de botequim” es una canción de samba de Noel Rosa y Vadico compuesta en
1935 cuya letra describe una serie de peticiones que un cliente hace a
un camarero sumiso, resultando que a cada nueva petición el cliente se
muestra cada vez más indolente y abusivo.
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