CELAG
La soja es la gallina
de los huevos de oro de Paraguay. El apuntalamiento del modelo
agroganadero exportador ha hecho de ésta, junto a la carne bovina, el
principal rubro de la escasa canasta exportadora y por tanto el primero
en la generación de divisas. El desarrollo del sector, sin embargo, ha
sido beneficioso para pocos. Si bien se trata de una actividad económica
con participación en el 40% del PIB paraguayo, los ingresos obtenidos
se encuentran tan fuertemente concentrados que a su vez, en lugar de
generar mayor provecho para la economía local, sólo han impulsado el
auge financiero e inmobiliario del país.
El 22 de junio pasado, el
Senado de Paraguay resolvió por 24 votos a favor aprobar el proyecto de
ley que grava la exportación de soja. La medida generó de inmediato el
rechazo en las élites agroexportadoras que buscan aumentar sus
beneficios económicos sin tener que pagar más por ello. La presión
política y el anticipado veto del ejecutivo hicieron posibles cambios al
proyecto, entre los principales: reducir la tasa del tributo del 15% al
10%, así como la exclusión del maíz y del trigo en la aplicación del
impuesto, para dejar solamente a la soja en estado natural.
Algunos datos relevantes a tener en cuenta para entender el peso y la
concentración en pocas manos de los beneficios de este sector:
– El 80% del suelo cultivable de Paraguay está sembrado de soja.
– El 71,3% de esos mismos terrenos están controlados por el 1% de los
terratenientes del país según el informe “Desterrados: Tierra, Poder y
Desigualdad en América Latina”, de OXFAM (2016)
[1], así como ha sido expuesto en los propios censos agrícolas y con
reiteradas denuncias de parte de las centrales campesinas paraguayas.
Se trata de un negocio provechoso para la agricultura empresarial
beneficiada por toda clase de incentivos, exenciones fiscales y la
carencia de controles sobre la normativa ambiental y laboral, pero que
no genera ningún beneficio a los que trabajan la tierra con sus manos.
Consecuencias de este modelo de explotación
Ambientales
La producción desregulada del grano es responsable de la destrucción de
los suelos, el uso de agrotóxicos y de la reducción del espacio para la
siembra de alimentos necesarios para el consumo nacional.
Sociales
Desplazamientos de pequeños y medianos productores. OXFAM reporta que
la falta de tierras y de empleo ha expulsado del campo a más de 900 mil
personas, de las cuales más de la mitad, 585 mil, son menores de 30
años. Otros trabajan a pérdida imposibilitados para competir con los
grandes productores y sus grandes cultivos de soja en su mayoría
repletos de semillas manipuladas genéticamente para dotarla de nuevas
características y obtener beneficios inmediatos como la resistencia a
una plaga, mayor tolerancia a las condiciones climáticas adversas o
resistencia a herbicidas. Hoy día los cultivos transgénicos de soja
superan los 3,5 millones de hectáreas.
Económicas
No es
rentable para la economía nacional, sí para los bolsillos privados que
acumulan el gran negocio de la soja. Pese a ser la primera actividad
económica de Paraguay, la siembra del grano apenas genera el 15% de los
empleos, pero además es utilizada por grandes transnacionales como
fuente recurrente para eludir responsabilidades fiscales. El ingreso
nacional bruto convertido a dólares, es decir, el PIB per cápita
paraguayo, es de poco más de US$ 4 mil, pero la mayor tajada del pastel
se queda en los sectores que más crecen, como el agroproductor y
agroexportador, que a pesar de representar hasta el 25% del PIB, el
porcentaje de participación en los ingresos fiscales es tan solo del 2%.
En Paraguay se acentúa un modelo de desarrollo excluyente donde
las élites acaparan y se lucran de la tierra, obteniendo además un
importante poder político. Las consecuencias son notorias: muchas
familias campesinas sin terrenos, muchas propiedades en pocas manos y
miles de hectáreas sembradas de un grano que no satisface la demanda
nacional de alimentos. El agronegocio de la soja es altamente
susceptible de los cambios climáticos, no es capaz de generar
suficientes plazas de trabajo, ha acentuado la economía primaria
dependiente y es responsable de una desforestación acelerada y del
desplazamiento de la agricultura familiar. Entonces, ¿quién obtiene los
grandes beneficios del agronegocio de la soja?
Nota:
[1] OXFAM (2016). Desterrados: Tierra, Poder y Desigualdad en América Latina. Visto en https://www.oxfam.org/es/ informes/desterrados-tierra- poder-y-desigualdad-en- america-latina
Crismar Lujano / Investigadora CELAG
Artículo publicado en: http://www.celag.org/el- negocio-de-la-soja-en- paraguay/
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