Mesa redonda
La Revista Contexto latinoamericano de la editorial Ocean Sur
vuelve al escenario del debate político y el rescate de la memoria
histórica del continente. Editada por primera vez en 2006, tiene como
objetivo promover las ideas de izquierda y la necesidad de la unidad en América Latina.
Contexto
Latinoamericano se edita dos veces al año y está dividida en cinco
secciones. En el número de la revista que se presentó este jueves 30 de
marzo en La Habana se hace énfasis en la crisis económica y en la situación de los movimientos sociales de la región latinoamericana. A los retos del actual contexto latinoamericano estuvo dedicado el espacio televisivo Mesa Redonda que tuvo como invitados a un grupo de colaboradores de esa publicación.
Sobre la situación mexicana, lo que ha significado para ese país el nuevo muro de Donald Trump y de las perspectivas que se abren el político y antropólogo mexicano, Gilberto López Rivas,
comentó que “la llegada de Trump a la presidencia fue un tanto
sorpresiva desde el punto de vista que los grandes medios predecían.
“Para México ha
significado un golpe porque el discurso de Trump coloca a los mexicanos
como el chico expiatorio para ganar votos de los sectores abandonados
de la sociedad norteamericana.
“En Estados Unidos hay una
ruptura y una continuidad. La continuidad es que demócratas y
republicanos representan el mismo sistema de explotación imperialista
que hemos padecido y la misma política migratoria. Obama expulsó a más
de dos millones de migrados, representó la guerra de los drones, dobló
las fuerzas especiales que existían en el gobierno de Bush.
“Las
dos veces que hemos recibido intervenciones norteamericanas en el
territorio mexicano fueron presidentes demócratas los que nos
invadieron. El gobierno de Obama fue belicista y guerrerista.
“El
Tratado de Libre Comercio fue un golpe para la economía
latinoamericana. Desapareció la capacidad autosustentable de la
alimentación en México. Desaparecieron 700 mil pequeñas y medianas
industrias desde 1994 hasta la fecha.
“El muro ya fue iniciado
con Bill Clinton. Lo más significativo hasta el momento fue el aumento
del presupuesto militar, que es el más grande desde que se tiene memoria
en los Estados Unidos.
“La política de Trump por extensión puede
llegar a toda América Latina porque sus políticas migratorias
criminalizan a los inmigrantes. Ahora hay un endurecimiento de las leyes
contra la migración. La llegada de Trump deja la puerta abierta para
que surjan sentimientos xenófobos. Su política es una falsedad total.
“El
gobierno de México ha tomado una actitud vergonzosa. Una afrenta al
sentimiento y la dignidad de los mexicanos. El gobierno de México ha
participado en el voto de la OEA contra Venezuela. Para nosotros el gobierno de Peña Nieto es de traición nacional. Es endeble para responder a los retos”.
Respecto
al asesinato de los periodistas, y la violación que existe contra estos
profesionales, y las causas de estos hechos, el periodista Walter
Raudales, novelista y académico de El Salvador comentó que
“Centroamérica padece dos grandes dramas: la migración y la inseguridad.
La inseguridad nos está desangrando. Las causas son múltiples, pero se
resumen en las estructuras económicas que provocan pobreza y que obligan
a los ciudadanos a buscar mejores condiciones de vida.
“El
triángulo norte de Guatemala, Honduras y El Salvador tienen una relación
y un pacto con Estados Unidos de ayuda económica a cambio de varios
temas de relación. Los Estados Unidos ayuda con aporte económico y los
países se comprometen a desarrollar campañas de no migración.
“Además, Almagro en la OEA
ha tenido una posición vergonzosa. Estados Unidos ha querido presionar a
El Salvador, que mantuvo una posición digna y de no intervención a
otros países y votó a favor de Venezuela.
“El Salvador está
padeciendo un golpe múltiple atacado desde distintos flancos. A nuestro
gobierno no se le ha dado ni un minuto de descanso. Nos atacan a nivel
económico. Hay una crisis fiscal asfixiante que tiene ya su impacto en
la población. Hay una situación de golpe judicial parecido a lo ocurrido
en Brasil donde a través de la corte suprema de justicia y de la
fiscalía misma se crea una serie de investigaciones a personajes de
izquierda que ha creado una clara inclinación de inequidad sobre temas
de corrupción.
“Además, tenemos la intervención descarada de la
actual embajadora de Estados Unidos, que ha tenido un papel
participativo he injerencista en las elecciones de El Salvador.
“En
el país hemos reducido los índices de homicidio de 24 diarios a 11,
aunque este número todavía es escandaloso, pero es un resultado
importante. Existe una guerra mediática permanente donde se aplica la
ley del hielo y se ocultan temas de noticias y de situaciones favorables
a la población, y se tergiversan las informaciones.
“Hay una
permanente presencia para perturbar la presión social en el país. Hay
una presión en la región para crear en El Salvador la Comisión
investigadora de corrupción que se creó en Guatemala, y en Honduras.
Pero por qué no la ha creado en México, en Perú, en Colombia, o en
Brasil. El tema de la corrupción es de izquierdas y se lo ha dejado
quitar.
“La guerra no solo llega desde lenguajes suaves, sino que
también es lingüística, cultural. Estamos en un embate del Imperio
bastante alarmante, y tenemos que entender el momento en el que estamos.
“Todos
los organismos donde hay seres humanos estamos propensos a la división.
Y si penetraron el Kremlin, cómo no lo van a hacer con los partidos
nuestros. No debemos perder la perspectiva ni la visión de hacia dónde
vamos. Considero que muchos en la izquierda de América Latina no han
actualizado su forma de interpretar la realidad. Ya no se puede vivir
sin entender lo que está pasando con la tecnología”.
El
periodista y escritor Jorge Enrique Botero, vive en la Colombia que ha
recibido una especie de bocanada de aire fresco con el nuevo Acuerdo de
Paz. Sobre la situación que presenta ese proceso evaluó que “después de
los cuatro años de conversaciones del proceso de paz no puedo traer
buenas noticias porque es mucho más fácil hacer la guerra que hacer la
paz.
“Los acuerdos eran fantásticos, fueron avalados por la
comunidad internacional y por las naciones unidas como un documento de
gran trascendencia que puede ser objeto de referencia permanente para
próximos procesos de paz en el mundo. Pero de la letra a los hechos hay
mucho trecho.
“Desde la firma de esos acuerdas a nuestros días
han sido asesinados 70 líderes sociales y populares de Colombia en las
zonas agrarias donde operaban y tenían su área de influencia las FARC.
El gobierno no ha aceptado la sistematicidad de estos asesinatos. La
violencia persiste en vastas zonas de Colombia.
“Son contados con
los dedos de las manos los presos que han salido de las cárceles. Más
de 3000 todavía permanecen allí, así como ciudadanos colombianos
acusados de apoyar a las FARC. Las Zonas a donde se desplazaron los
guerrilleros para realizar la dejación de armas todavía no son
completadas como prometió el gobierno. Hoy todavía no están a un 20 % de
su completamiento. De tal forma que la situación de los guerrilleros
todavía es precaria.
“El proceso se ha sostenido por la voluntad
política expresada por las FARC de cumplir a cabalidad los acuerdos. Hoy
en día después de que los guerrilleros fueron visibilizados, el nivel
de popularidad de la imagen favorable hacia las FARC ha llegado al 20 %
del total de la población.
“Si hay una buena señal alentadora del acuerdo es el anuncio que hizo Cuba
de que va a otorgar 1000 becas para estudiar medicina a guerrilleros y
combatientes como a los familiares de los integrantes del conflicto
armado.
“La parte final de los acuerdos fue apresurada. Pero
también hay un problema de voluntad política. La ultraderecha ha hecho
una campaña de satanización del proceso que ha dicho que la irrupción de
las FARC en la escena política colombiana va a llevar al país al
Castro-chavismo. Con eso le meten miedo a la gente y crean una situación
de pánico.
“La oligarquía de Colombia se ha comportado
históricamente de manera sanguinaria que ha querido resolver todas las
contradicciones a punta de violencia. Otra constante histórica de esa
clase colombiana es la trampa y el engaño. Hay alertas rojas, el
movimiento social está encima de los acuerdos, vigilándolos para que se
cumplan y también existe una buena participación internacional para
cuidar el cumplimiento de los acuerdos”.
En América Latina gobiernos con evidentes logros sociales son derrotados en las urnas.
En Ecuador la situación está bastante apretada. Sobre las
contradicciones que explican estos hechos el doctor Alberto prieto
Rozos, profesor titular y académico de Número de Cuba, explicó que “en
1959 no había países revolucionarios en América Latina. Triunfo la
Revolución Cubana que desató el ciclo de tránsito social. Se desató una
lucha que fue derrotada en todos los países menos en Nicaragua.
“Los
guerrilleros fueron derrotados por su divisionismo. En 1979 triunfo el
sandinismo, que fue derrotado en las urnas en 1990, año en que parecía
que el fin de la historia iba a llegar como dijo Fukuyama. En ese
momento Fidel y Lula lanzan el Foro de Sao Paulo. Nueve años después
Chávez gana las elecciones. En un período de una década a partir de
entonces hubo triunfos de la izquierda que volvieron a llegar al poder.
“Hoy en día existe el ALBA, una integración revolucionaria, paralela a la integración mayor que incumbe a toda América Latina, que se expresa en la CELAC y que todavía tiene conservadores en su interior.
“Se
ha tratado de imponer una votación contra Venezuela. Ha cambiado la
situación en América Latina. Para que un proceso revolucionario sea
definitivo depende no solo de los ataques del enemigo. No son solo las
armas las que defienden un proceso revolucionario, sino el cambio de
conciencia. El principal mérito de la población cubana es el cambio de
conciencia que hoy en día no tiene la compostura moral de los años. La Revolución cubana logró el milagro de mejorar a las capas más humildes mediante una participación activa de las masas en ese proceso.
“Cuando
hay un proceso de beneficio para las masas, pero sin la participación
de ellas, la moral no cambia, la conciencia seguirá siendo la de antaño.
Hablamos de la ofensiva de la derecha, pero Chávez ganaba más del 70 %
en las elecciones y la oposición ganaba más del 50 %. En Colombia el
tratado de paz tuvo un 65 % de abstención y un 38 % en contra. Eso es un
fenómeno político, eso debe alertar a las vanguardias que algo están
haciendo mal, porque las vanguardias se mantienen en el poder cuando
saben interpretar las tradiciones y los anhelos de la masa.
“Lo
que cambia la conciencia de las masas es la participación. Cuando la
persona participa, cambia su moral. La conciencia soporta todas las
vicisitudes. La conciencia se adquiere mediante una participación
activa. Mientras las vanguardias no logren una unificación es difícil
lograr una victoria popular duradera”.
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