Guatemala
“Alzad
vuestros rostros, tenéis una necesidad imperiosa de esta brillante
mañana que amanece para vosotros. La historia, a pesar de su desgarrador
dolor no puede borrarse, y si se afronta con valor, no es necesario
vivirla de nuevo.”
Maya Angelou
1. La crisis actual revela el contundente fracaso de la gestión política y económica de la clase dominante y sus súbditos
La clase dominante, este entramado de poderes fácticos que ha dirigido
los destinos de este país, ha utilizado a lo largo de la historia
contemporánea todos los medios a su disposición para evitar que los
pueblos que aquí habitan, tengan alguna posibilidad de convertirse en un
sujeto colectivo que tome las riendas de este Estado-Nación, construya
una sociedad democrática, equitativa, y con justicia social.
Combinando eficazmente represión y cooptación de las masas populares,
impuso sus intereses particulares en el andamiaje
jurídico-institucional, en los dispositivos de dominación ideológica,
control social y territorial. Su modelo de dominación clasista, racista y
patriarcal, revela en esencia su forma de entender el mundo y a los
seres humanos/as. Conceptos claves de la modernidad como la democracia,
los derechos humanos, la igualdad, y el desarrollo incluyente, le son
útiles, siempre y cuando, no implica tener que ceder poder, su tasa de
ganancia o sacrificar su modelo de dominación.
Sobre los tres
pilares TTT, despojo de la tierra,la sobreexplotación de la fuerza de
trabajo y no pagar los debidos tributos han amasado sus enormes
riquezas; una y otra vez, ha reordenado el territorio en función del
modelo de acumulación vigente. Hoy combinan diversas modalidades basadas
en el trabajo forzoso y violatorios de todos los derechos laborales en
el campo y la ciudad; el despojo de las tierras, la privatización de los
bienes naturales, la ampliación de los monocultivos, la especulación
financiera, el lavado de dinero, la corrupción, y la concesión de
amplias extensiones del territorio nacional a empresas transnacionales.
Están en plena consonancia con las fuerzas más destructivas del capital a
nivel global, con quien les une lazos e intereses.
La trama
discursiva de las elites siempre se ensañó contra el Estado,las
iniciativas democratizadoras y pretendió generar adhesión a sus falsas
promesas de desarrollo. El calamitoso estado en que se encuentra el país
hoy es de su responsabilidad casi exclusiva. Han tenido 2 éxitos: a)
Enriquecerse exponencialmente y b) Crear un muro de contención para que
las luchas por crear democracia, equidad y justicia social no
fructifican.
El legado de su particular y perversa forma de
dominio trasciende las barbáricas relaciones de explotación de clase;
hoy por hoy la institucionalidad estatal está a borde de una virtual
implosión, de tal manera que los ciudadanos, a modo de ejemplo; no
pueden documentarse, ni conseguir pasaportes, el correo dejó de
funcionar desde el año pasado, la mora judicial e impunidad se mantienen
por encima del 90%, los bienes naturales se están destruyendo a una
velocidad difícilmente recuperables, y se registran retrocesos
significativos en los indicadores sociales sea en el ámbito de salud,
educación, vivienda, trabajo y la pobreza en vez de reducirse, se
incrementa. Según el Informe del PNUD (2016):
A nivel de país
se observa que la dimensión con más privaciones es la relativa a los
ingresos: un 76% de la población no cuenta con ingresos para una
canasta básica de bienes y servicios que permitirían una vida
medianamente decorosa. La falta de servicios de salud impacta la
dimensión respectiva: un 73% de la población no tiene ningún
aseguramiento y las condiciones de saneamiento y de calidad de las
viviendas muestran una alta precariedad. Las brechas en la cobertura
educativa tienden a cerrarse, pero casi seis de cada 10 adultos no
terminó la primaria y uno de cada cinco niños tiene altas
probabilidades de no concluirla. La intensidad de las privaciones
económicas y de salud sobrepasa el 50%, lo que indica una profundidad
extendida de la pobreza. La mayor parte de los hogares en Guatemala no
cuentan con cobertura de seguro médico o seguridad social, incluso las
pertenecientes al estrato alto. Al considerar las privaciones agregadas,
la proporción de la población en condición de pobreza multidimensional
se redujo en los primeros años posteriores a los Acuerdos de Paz de 72 a
58%. Después de 2006, la incidencia se ha incrementado y alcanza a dos
terceras partes de la población. Al terminar el plazo para el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en 2015, la
mayoría de las metas no se cumplieron. Guatemala es el único país de
América Latina que no logró reducir la pobreza de ingresos en ese
periodo. (PNUD:2016;16)
Vaya qué éxito tuvieron las políticas
neoliberales, los tratados de libre comercio y la conducción de la
gestión estatal por parte de la clase dominante guatemalteca. Ah, pero
hay más, gracias a su extraordinaria capacidad, inteligencia,
superioridad “ cultural”, eficacia y gestión, Guatemala hoy por hoy, se
ha convertido en un Protectorado.
El contundente fracaso
de la clase dominante para dirigir los asuntos del Estado–Nación es
invisibilizado, se esconde intencional o ingenuamente en los análisis
parcializados abordados sectorialmente, mediante una fraseología que
busca ser políticamente correcta, pero que es co-responsable de ocultar
lo que es: el fracaso de la clase dominante guatemalteca -lo que debería
tener obvias consecuencias políticas; la pérdida de legitimidad,
demandas jurídicas por la reparación de los daños colectivos causados y
su destitución como actor decisivo en los asuntos públicos, lugar
que debería estar ocupado por parte de las movimientos, pueblos
originarios y fuerzas socio-políticas democráticas de este país.
2. A dos años de las movilizaciones ciudadanas Guatemala se ha convertido en un Protectorado
Hace exactamente dos años, se apertura una coyuntura política impulsado
por factores externos (EEUU,CICIG como actores principales) que inician
de manera sistemática capturas y persecución judicial a través del MP,
en contra quienes configuran el denso tejido de mecanismos de
enriquecimiento ilícito sean estos capitales tradicionales, emergentes o
mafias, operados a través de partidos políticos, bancos, empresas
privadas, funcionarios públicos, empresas de comunicación o las fuerzas
armadas. Más allá de decenas de encarcelados, la destitución del binomio
presidencial Pérez Molina/ Baldetti la CICIG/ MP han podido demostrar
las modalidades del saqueo del Estado por parte de grupos privados, la
penetración de capitales mafias en los gobiernos municipales, los tres
organismos del Estado así como en el sector privado. La oportunidad
política que esto debería abrir, o sea darle impulso a una reforma
política para acotar la corrupción y la penetración de los capitales
mafias, y retornar a un Estado de derecho burgués relegitimado, hasta el
momento ha fracasado.
Previo a la crisis que estalla el 16 de
abril del 2015, el sistema político estaba virtualmente cerrado a las
demandas sociales y ciudadanas, no se visualizaba disposición alguna por
parte de la clase dominante de ceder privilegios, cuotas de poder o
abrirse a un diálogo nacional en el que se consulte a la ciudadanía
sobre el modelo de país, que se ha impuesto autoritariamente. A dos años de este acontecimiento, esta situación no ha cambiado.
Algunas de las contradicciones sistémicas que dentro del marco de las
reglas actuales del sistema no pueden solventarse y propician creciente
inconformidad son: a) El modelo de acumulación por despojo, que impacta
sobre la tenencia, uso de la tierra y bienes naturales que afecta
especialmente a los pueblos originarios y comunidades campesinas; b) El
racismo estructural y denegación de la autodeterminación de los pueblos
originarios; c) La brecha entre las expectativas que genera el modelo de
“desarrollo” actual y su incapacidad para generar bienestar, fuentes de
empleo, trabajo decente, y salarios dignos; d) La persistencia de la
desigualdad, el empobrecimiento de la clase media y los obstáculos para
el ascenso social de nuevas generaciones; e)La profunda penetración de
los capitales ilícitos en todos ámbitos de las estructuras del poder y
en la sociedad como tal, lo que agudiza los niveles de violencia, el
debilitamiento del tejido social, y la creación de poderes paralelos; f)
Los anhelos democráticos y transformadores de los movimientos y
distintas fuerzas sociales que se enfrentan a un sistema político que no
se abre a las demandas ciudadanas.
La primera etapa (abril a
agosto 2015) coincidió con la emergencia de un importante ciclo de
protesta ciudadana, que exigía reformas políticas y la renuncia de los
gobernantes. Esta movilización sin embargo se fue apagando
paulatinamente. Las limitadas reformas propuestas no cuentan con la
simpatía, ni suficiente respaldo de quienes abogan por un cambio
sistémico desde abajo,son desconocidas por el ciudadano común y
boicoteadas por los operadores políticos de las mafias aun enquistados
en el Estado. La falta de acuerdos y fuerza política para respaldar
estas u otras reformas políticas está poniendo en riesgo la actuación de
la CICIG/ MP y otorga cada vez más poder de decisión a los EEUU.
El proceso de depuración del Estado es impulsado primordialmente por
factores externos, en la que cobra cada vez mayor peso EEUU como
administrador del protectorado, reforzado por el Comando Sur y su
despliegue de tropas en todas las fronteras de este país. Es pertinente
dialogar en torno a las implicaciones políticas de la intervención
norteamericano en el contexto actual, sus alcances, límites y riesgos.
¿Permitiremos la eventual instalación de sus bases militares? ¿Estamos
de acuerdo en que el Estado de Guatemala se convierta en una pieza de su
estrategia de desestabilización de los países del ALBA, como parece ser
el caso de la actuación en la OEA contra Venezuela? ¿Quién decide qué
es aceptable y qué no es aceptable? ¿Cuál y donde está el
posicionamiento político de las fuerzas socio-políticas democráticas?
3. La complejidad del momento actual: ¿Qué hacer?
El proceso de democratización iniciado ya hace tres décadas se agotó,
así como los pactos políticos que se suscribieron con la Constitución de
la República en 1985 y la Firma de la Paz (1996). No existe una nueva
plataforma programática nacional consensuada que permitiría
re-direccionar el destino de la nación hacia un futuro distinto, y este
vacío constituye un factor que tensa aún más la crisis y pueda
configurar reacomodos autoritarios y espurios.
En la historia
reciente del país se pueden identificar a lo menos tres momentos en que
se pretendía transitar desde un Estado autoritario, hacia un Estado
democrático: a) La Revolución de Octubre 1944-54; b) La ANC de 1985 y la
asunción del gobierno de la DC, 1986; y c) El proceso y firma de la paz
1996. Si bien el contexto histórico, las fuerzas protagónicas y los
alcances de estos procesos fueron muy diferentes, tienen en común la
pretensión de ampliar y profundizar derechos ciudadanos, limitar y
modificar poderes fácticos, instaurar un proceso sociopolítico con
cambios en el marco jurídico e institucional para favorecer la
transición hacía un Estado democrático.
La historia nos ha
enseñado que los cambios socio-políticos trascendentales son antecedidos
por procesos de: a) acumulación de criticidad con lo existente; b) de
la emergencia de nuevas fuerzas protagónicas que construyen
contrahegemonía en el ámbito de los saberes y sus prácticas sociales,
pero que aún no logran irrumpir con fuerza; c) la existencia de una
crisis en la forma de ejercer el dominio por parte de las élites, que ya
no logran suficiente legitimidad, ni son capaces de imponer
unilateralmente las reglas del sistema que ya está en crisis; d) la
intensificación de contradicciones que ya no pueden resolverse con las
reglas del juego del sistema existente, iniciándose un proceso de
reacomodos; e) cuando se visibilizan claramente diferentes modelos de
Estado- Nación que están en disputa y en torno a los cuales se movilizan
distintas fuerzas socio-políticas.
Este es el momento
preciso, en que los movimientos sociales, pueblos originarios y fuerzas
socio-políticas democráticas deben iniciar un proceso de diálogo entre
sí, conformar un amplio frente político y construir acuerdos que
permiten accionar de manera conjunta en el actual escenario político,
convertirse en interlocutores nacionales frente a los factores de
intervención y crear condiciones políticas que conlleven a la
convocatoria de una nueva asamblea constituyente originaria para fundar
un nuevo Estado. Esta constituye una tarea política ineludible en el
momento actual. Es un proceso complejo, lleno de tensiones y
contradicciones, con previsibles traiciones, pero impostergable.
Profundamente equivocados están quienes creen que esta crisis se puede
solventar dentro del marco del próximo proceso electoral y por ende
priorizan actualmente la conformación de nuevos partidos o movimientos
socio-políticos. Ambos procesos deberían impulsarse paralelamente.
Los pueblos originarios, el movimiento de mujeres y los movimientos
sociales aportan toda una nueva base filosófica-política para este
proceso, por ello impulsar una ANC hoy es marcadamente distinta que hace
30 años, dado que no se puede reducir solamente a la discusión de leyes
o instituciones. Hoy este debate tiene un nuevo piso político, gracias
al enorme legado del pensamiento crítico latinoamericano/caribeño,el
feminismo, los pueblos originarios, los ecologistas, la praxis de los
movimientos sociales mundiales, las experiencias revolucionarias y
emancipatorias de la Patria Grande y del mundo entero. Se trata de
sentar nuevas bases filosóficas –políticas; y “así contribuir a un
modelo civilizatorio alternativo basado en el Buen Vivir, El Utzilaj
K´aslemal, el Raxnaquil “K´aslemal” que se erige en la defensa,
reconstitución de la vida como un todo, que promueve la convivencia,
complementariedad, libertad y derechos de la naturaleza, la libre
determinación de los pueblos, a partir de prácticas que descolonizan,
despatriacalizan y desmercantilizan las relaciones humanas. [1]
En la declaración política de IV Congreso Guatemala Florecerás (Agosto
2014) se plantea que “las relaciones deben estar basadas en el bien
común, en el reconocimiento de la corresponsabilidad del cuidado de la
vida entre hombres y mujeres y en la necesidad de que las nuevas formas
de convivencia armónica desestructuren las relaciones de poder de
dominio basadas en la propiedad privada. Estas relaciones deben
potenciar la libertad, la autonomía, los placeres, la autodeterminación
de los pueblos, los cuerpos y los territorios para una vida digna y en
armonía, lo que implica desestructurar la violencia contra la
naturaleza, las mujeres y los pueblos.”
Todos estos importantes
aportes que se han construido desde los pueblos se quedarán en el mundo
de los sueños irrealizables, si no están acompañados de decisión
política para trascender de lo local-regional, sectorial hacia una
fuerza política nacional que disputa seriamente el poder de la clase
dominante, sustituyéndolo paulatinamente. ¿Estamos a la altura de los
retos que el momento histórico actual exige?
Nota:
[1] Confluencia Nuevo Baqtun, El, El Utzilaj K´aslemal, el Raxnaquil “K´aslemal,Guatemala, 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario