Desafíos en la geopolítica mundial
El reordenamiento
geopolítico y geoeconómico mundial se acelera vertiginosamente con las
crisis continuas en Europa, la perdida de hegemonía económica y
financiera de Estados Unidos, las nuevas potencias emergentes en el
tablero internacional, la guerra de ocupación permanente en Oriente
Medio y la tendencia a la parálisis de la unidad e integración de
América Latina, situación ésta que provocaría una derrota histórica y
estratégica de la región, después de más de diez años de avances muy
importantes bajo el impulso de gobiernos nacionalistas,
antiimperialistas y socialistas inspirados por la gesta libertaria de
Bolívar, Morazán y San Martín en el siglo XIX.
La confluencia de
liderazgos decididos a impulsar la unidad de América Latina y el Caribe
con la formación de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), el
2004, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), en 2008, la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en 2010, y el
fortalecimiento del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) con la
incorporación de Venezuela, en 2012, fueron señales profundas de la
posibilidad de que la región se convierta en un actor fundamental en el
plano internacional.
Con un territorio de más de 22 millones de
kilómetros cuadrados, 650 millones de habitantes, un Producto Bruto de 9
millones de millones de dólares (un nueve con doce ceros)
aproximadamente, con reservas principales de bosques, minerales e
hidrocarburos y fuentes de agua más importantes del planeta, América
Latina y el Caribe representan un potencial económico y estratégico de
altísimo nivel frente a otras regiones o potencias.
CAMINO DE UNIDAD SIN ESTADOS UNIDOS
La
Nación Continente fue concebida por Bolívar y enriquecida por José
Martí en el siglo XIX, Manuel Ugarte, José Carlos Mariátegui y Víctor
Raúl Haya de la Torre, como Patria Grande o Indoamérica, o por Jorge
Abelardo Ramos con su Historia de la Nación Latinoamericana, durante el
siglo XX y a principios del siglo XXI fueron los gobernantes Lula Da
Silva de Brasil, Nestor Kirchner de Argentina, José Mujica de Uruguay,
Rafael Correa de Ecuador, Fidel Castro de Cuba, Daniel Ortega de
Nicaragua, Evo Morales de Bolivia, entre otros, los que, liderizados por
el comandante Hugo Chavez de Venezuela, marcaron el camino de la unidad
al margen del dominio de los Estados Unidos.
La Cumbre de
Presidentes de las Américas, realizada en Mar del Plata en noviembre de
2005, rechazó, en presencia del Presidente de Estados Unidos, George
Bush, el proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)
impulsado por la potencia del norte. Este rechazo fue acompañado por los
movimientos sindicales, populares, campesinos, junto a personalidades e
intelectuales del continente.
Esta impronta, en los últimos dos
años, tuvo fuertes traspiés no sólo por la constante presión del
imperialismo, sino por la dinámica política en los países más fuertes
económica, diplomática y políticamente de la región. En Argentina en
2015 ganó las elecciones el empresario conservador y neoliberal Mauricio
Macri y algunos meses después fue destituida, a través de un Golpe de
Estado, la Presidenta Dilma Rousseff de Brasil, asumiendo la conducción
el entonces Vicepresidente Michel Temer, representante de poderosos
intereses transnacionales y financieros y acusado de hechos de
corrupción.
BRASIL Y ARGENTINA EN CONTRA-RUTA HISTÓRICA
Es
indudable que las dos potencias sudamericanas marcan los ritmos
internacionales de la región y la dupla Macri-Temer han adoptado
posiciones radicalmente diferentes a los anteriores gobiernos en lo que
se refiere al posicionamiento unitario, defensivo y articulado de la
región. Por una parte han prácticamente congelado los procesos de UNASUR
y CELAC, por otra parte han desarrollado una artera ofensiva contra el
gobierno y el pueblo de Venezuela al observar su participación como
miembro pleno de MERCOSUR y, finalmente, sobretodo el gobierno de Buenos
Aires ha manifestado su interés en vincularse a la librecambista
Alianza del Pacífico (A del P).
Sin embargo, existe una paradoja
al respecto. Brasil, que durante los pasados últimos años avanzó en
altos niveles de crecimiento, convirtiéndose en la octava economía
mundial, propició la cooperación Sur-Sur, es aún parte del acuerdo
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS), como potencia
planetaria, e impulsó y encabezó la integración de América Latina y el
Caribe, al dejar de incentivar la unidad regional pierde peso
estratégico porque, teniendo peso continental, su importancia se diluye
si se aísla y pierde influencia en su vecindario.
Al respecto,
las Fuerzas Armadas de Brasil ya han manifestado su preocupación por
este hecho y otros de la política interna y porque las políticas de
Temer están poniendo a Brasil bajo el control del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el gobierno de Estados Unidos. El Jefe del
Ejército, General Eduardo Dias Da Costa, manifestó su preocupación:
“somos un país que está a la deriva que no sabe lo que quiere y lo que
debería ser”.
LAS TENDENCIAS REGIONALES Y MUNDIALES
Por
su parte, México, el otro país latinoamericano con una economía grande,
se encuentra en un gran dilema: hasta ahora ha tenido una política de
espaldas a sus vecinos de centro y sud América y ha privilegiado las
relaciones comerciales liberales con Estados Unidos pero, con el nuevo
gobierno en Washington está sufriendo humillación y maltrato, frente a
lo cual ha mostrado indicios de buscar acercamientos con sus hermanos
países latinoamericanos.
El ascenso de Donald Trump al poder de
la Casa Blanca ha provocado un sismo económico, financiero y mediático
por su agresiva posición antiinmigrantes, proteccionista y nacionalista,
que ha generado un replanteamiento de la distribución del poder
mundial, particularmente por las amenazas a China y la creación de un
foco de conflicto en los mares de Japón y China, su distanciamiento de
la Unión Europea y su cálculo de acercamiento a Rusia. En relación a los
países de la región, en sus primeras declaraciones Trump se ha
pronunciado agresivamente contra los gobiernos de Cuba y Venezuela,
aunque en las últimas semanas ha mantenido silencio al respecto.
El
ascenso chino se ha convertido en la mayor amenaza económica y
financiera para Estados Unidos, por la ampliación constante de sus
negocios en los cinco continentes (incluyendo norteamérica), por el
reconocimiento de su hegemonía por parte de las demás potencias
mundiales y por los acuerdos, incluidos los militares, que ha firmado
con Brasil, México, Chile, Perú y Venezuela, entre otros de la región.
La actual construcción de un segundo canal interoceánico en Nicaragua
con una multimillonaria inversión y el proyecto de tren que vincule el
Atlántico y el Pacífico en Sudamérica son dos casos emblemáticos.
Todo
esto se desarrolla mientras la Unión Europea sufre crisis y
desintegración con la salida de Inglaterra por el Brexit y con la
amenaza de Turquía, como potencia regional importante, de dar paso libre
a millones de refugiados de Medio Oriente hacia su territorio,
radicalizando internamente a los grupos xenófobos antiinmigrantes.
EL LUGAR DE LOS MOVIMIENTOS NACIONAL-POPULARES
Las
organizaciones populares, sindicatos, centrales de trabajadores y
obreros, campesinos, indígenas, fuerzas sociales urbanas, trabajadores
por cuenta propia y otras de la región, que han participado, durante el
periodo que va del siglo, en las cumbres paralelas, en campañas de
impulso a la integración, en convocatorias de Evo Morales, Fidel Castro,
Lula Da Silva o Hugo Chavez, tienen en el actual momento la tarea de
ser la vanguardia que defienda y profundice el proceso de la unidad de
la Patria Grande.
A la cabeza de las Centrales de Trabajadores,
de Campesinos y de Indígenas, las organizaciones de base y todas la
fuerzas populares de los países de la región se hace imprescindible
fortalecer UNASUR, CELAC, ALBA, MERCOSUR, Comunidad Andina de Naciones
(CAN), Sistema de Integración Centroamericana (SICA) o Comunidad del
Caribe (CARICOM) para darles el sentido histórico original de la
integración emancipadora.,
Las experiencias de la Cooperación
Sur-Sur, de los Foros Alternativos, de las Cumbres paralelas y de la
Diplomacia de los Pueblos son muy importantes porque representan sucesos
e hitos históricos, como los de los siglos pasados, que van a marcar el
futuro de los pueblos, de los países y del conjunto de América Latina y
el Caribe. Junto a estos, los sectores intelectuales, políticos,
académicos, profesionales, universitarios y estudiantiles deberán
también asumir un rol protagónico ante los desafíos planteados.
BALANCE POSITIVO Y PERSPECTIVAS INCIERTAS
Como
manifestaron en varias oportunidades intelectuales y políticos --Juan
Domingo Perón, Manuel Ugarte, Omar Torrijos, Hugo Chavez, Eduardo
Galeano, Fidel Castro, Leopoldo Zea o Ricaurte Soler—“el siglo XXI nos
encontrará Unidos o Dominados” y el desafío está planteado. Se han dado
importante pasos en los últimos quince años y no debe retroceder el
impulso y la iniciativa, más aún en un momento histórico en que América
Latina y el Caribe integrados pueden adquirir un papel protagónico
estratégico en la geopolítica y la geoeconomía mundial.
El
momento actual de los gobiernos no es el mejor, sin embargo la
acumulación histórica debe permitir marcar los puntos desde los cuales
no se puede retroceder aún en condiciones en la que el poderío
estadounidense desarrolle acciones agresivas militar y diplomáticamente
en la región.
La conciencia nacional latinoamericana, la
democracia deliberativa, la movilización popular y la politización desde
las bases tienen una historia contemporánea desde la formación del
Movimiento de países No alineados (MNOAL), el tercermundismo, el Grupo
77 más China (G-77), los procesos de liberación y las luchas
revolucionarias y frente a los desafíos e incertidumbres actuales, será
la respuesta de los pueblos la que definirá los procesos históricos.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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