La
elección del domingo no solo fue una elección sobre partidos,
coaliciones o alianzas: "se puede interpretar como un castigo, que
anticipa la decadencia del PRI", el ecléctico y casi nonagenario Partido
Revolucionario Institucional (PRI), fundado en 1929, dijo el académico
del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC),
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El
PRI regresó en 2012 a la presidencia, tras perderla por primera vez en
más de siete décadas, en las elecciones de 2000 y 2006, "sin embargo,
los resultados del domingo pasado son muy negativos y son una medida de
su debilitamiento progresivo", porque ha perdido siete de las doce
plazas disputadas y en cuatro de ellas no había perdido nunca el poder
provincial desde su fundación, que puso fin al caudillismo al final de
la Revolución Mexicana de 1910.
No
obstante, "hoy la transición es más dramática, en el sentido de que hay
más incertidumbre económica, porque las reformas estructurales no han
dado los resultados esperados para la gente, que no resiste más los
escándalos de corrupción ni más inseguridad".
En
víspera de la elección ha sido muy impopular el incumplimiento
legislativo en la elaboración leyes para aplicar el sistema nacional
contra la corrupción, un flagelo que, según datos del Congreso, le
cuesta al país latinoamericano más de 20.000 millones de dólares al año.
Un cuadro espeluznante
El
resultado, "es una especie de fin anticipado del Gobierno, porque ha
llegado a un límite de su gestión, y ya no puede avanzar en sus
reformas, que llegaron al límite de lo más que podían ofrecer" explica.
En
México seis de cada 10 homicidios los comete el crimen organizado de
dedicado al narcotráfico, el secuestro, las extorsiones y el tráfico de
personas, de acuerdo con el organismo no gubernamental Semáforo
Delictivo.
El
resultado en Veracruz —donde el gobernador Javier Duarte ha sido
acusado de peculado y desvío de fondos gubernamentales—, es el producto
de "inercias del pasado, pero el PRI ha perdido otras plazas electorales
más significativas, en un anticipo de lo que será la elección
presidencial de 2018".
Las claves de la
derrota, dice el analista, "hay que buscarlas en el declive de la
economía, y en el hastío de la sociedad ante todas las formas posibles
de corrupción galopante y la violencia cotidiana sin límites".
El
castigo en las urnas para el PRI se debe, finalmente, a que "hay una
especie de ceguera, están insensibilizados y anestesiados frente a los
traumas sociales muy grandes y siguen los rituales de los costosos
procesos electorales", tan costosos que solo el del domingo ha costado
más de 500 millones de dólares.
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