Agentes de la policía de Utah asesinaron esta semana a otro joven
afroamericano, el tercero en dos meses abatido por autoridades
norteamericanas, hecho denunciado por la madre de la víctima como crimen racial.
Darrien Hunto, de 22 años de edad, vestía un disfraz de un personaje
de una serie animada japonesa, por lo que llevaba una espada samurai de
juguete y se le “confundió” con una persona sospechosa previamente
reportada por los cuerpos policiales.
Familiares de la víctima y su abogado denunciaron que los agentes
dispararon en seis oportunidades al joven afroamericano, lo que
ocasionó la muerte rápida de Hunt, quien cayó inmediatamente al suelo.
Randall Edwards, abogado defensor del caso, reveló que gracias a la
autopsia se pudo determinar que el disparo mortal fue uno recibido en
el centro de la espalda, mientras otros cinco fueron recibidos en
piernas, hombros, codos y manos.
Por su parte, la madre de la víctima afirmó que se trata de otro nuevo caso de tipo racial.
“Estoy en Saratoga Springs (en Utah, al oeste del país
norteamericano) porque es una pequeña comunidad segura, y lo mataron.
Mataron a mi hijo porque es negro “, dijo la madre de Hunt, quien
agregó “ningún chico blanco con una espada sería disparado mientras
está huyendo”.
El caso de Hunt se suma al asesinato del joven afroamericano Michael
Brown, de 18 años de edad, en Ferguson, una localidad cercana a San
Luis, Missouri, y al de otro joven afroamericano de 23 años de edad.
AVN
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