La mayor parte de los estudiantes provenientes de Latinoamérica no
tienen oportunidad de estudiar en universidades privadas de EEUU por no
poder pagarlas, aunque la Casa Blanca afirma promover medidas para
reducir los costes de las matrículas.
Más de 40 millones de jóvenes en EEUU se encuentran endeudados con
préstamos estudiantiles, según algunas investigaciones norteamericanas.
El coste sigue siendo inalcanzable para muchos. La situación es aún más
alarmante cuando se trata de adolescentes provenientes de Latinoamérica.
Un estudiante peruano, Franco Traverso, estudia en una universidad
pública del estado de Maryland. Halek Sánchez Aguilar, una panameña de
24 años, se encuentra en el penúltimo curso de Comunicación en la
Universidad Pública de Towson, en el mismo estado.
“He de buscar muchas más becas, tratar de hablar con ellos para que
me den el dinero… Porque me presenté para George Mason y me aceptaron,
pero el problema es que no tenía suficiente dinero para pagarles. Así
que decidí no ir porque tener una deuda de 50.000 dólares no me parece
bien y por eso es mejor ir a una pública, que cuesta mucho menos y lo
puedo asumir, claro, es mucho más fácil que ir a una Universidad de
cuatro años”, explica Traverso.
El coste de una universidad pública, en comparación con una privada,
es mucho menor. A Traverso, que recibe becas por 4.000 dólares, le toca
pagar 12.000 dólares anuales. Para poder finalizar su licenciatura
Halek tiene que asumir un coste de casi 15.000 dólares anuales.
Franco gana 80 dólares cada dos semanas por unas horas de trabajo en
un centro de empoderamiento para jóvenes latinoamericanos. Sánchez ha
tenido dos trabajos simultáneos como mesera y asistente de oficina,
realizando jornadas que se extendían hasta las 11 horas diarias.
“Siento que es difícil, pero siento que sí se puede aún, no pierdo
la esperanza”, asegura Sánchez. “Hay que quererlo, hay que buscarlo,
hay que dedicarse: es un poco más difícil pero uno no se puede dar por
vencido, sí se puede”, asegura.
El propio presidente Barack Obama ha afirmado que la educación no
tiene precio y, aunque ha promovido medidas para aliviar la carga de
los préstamos estudiantiles, de momento el sistema universitario del
país parece estar dirigido a la educación de las élites.
RT
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