Democracy Now!
La
crisis climática está empeorando más rápido de lo esperado, según todas
las previsiones científicas, y ocurre en paralelo a otra crisis: la del
fracaso de las negociaciones sobre cambio climático de las Naciones
Unidas. “Han estado negociando durante toda mi vida”, afirmó la joven
activista Anjali Appadurai en la conferencia sobre cambio climático de
la ONU en Durban, Sudáfrica, en 2011. Las negociaciones sobre cambio
climático han estado estancadas debido a que varios países,
especialmente el Estados Unidos presidido por Obama, están bloqueando
el avance y ponen sus intereses nacionales por encima de los del
planeta, que continúa calentándose a un ritmo posiblemente irreversible.
Anjali
Appadurai, que fue designada portavoz de los jóvenes en la conferencia
de Durban, afirmó ante los negociadores enviados por cada país: “Hablo
en nombre de más de la mitad de la población del mundo. Somos la
mayoría silenciosa. Nos dieron un espacio en este foro, pero nuestros
intereses no están representados aquí. ¿Qué hace falta para participar
en este juego? ¿Tener lobistas? ¿Tener el poder de influencia que
tienen las empresas? ¿Tener dinero?”.
A tres años de esa
conferencia, la Organización de las Naciones Unidas realizará una
cumbre especial sobre el cambio climático el 23 de septiembre en la
ciudad de Nueva York, a la que se prevé que asistirán más de cien
líderes mundiales. A diferencia de las negociaciones formales sobre el
cambio climático de las Naciones Unidas, la finalidad de esta cumbre no
vinculante, según la ONU , es: “Reunir voluntades políticas y movilizar
la acción para generar las condiciones necesarias para alcanzar un
resultado exitoso en las negociaciones”.
Tras veinte años, los
funcionarios de las Naciones Unidas aparentemente se dieron cuenta de
que, si se dejan las negociaciones en manos de los sospechosos de
siempre, es decir, de los gobiernos y las empresas, jamás se logrará un
acuerdo legalmente vinculante sobre el cambio climático, previsto para
la cumbre que se celebrará en París en diciembre de 2015. Ahora se
considera que la movilización popular es un elemento fundamental para
el éxito.
Los activistas defensores del medio ambiente
protestaron indignados en la cumbre sobre el cambio climático celebrada
en Copenhague en 2009, cuando el Presidente Obama hizo fracasar las
negociaciones de la ONU al mantener reuniones a puertas cerradas con
los países más contaminadores del planeta. En aquel entonces, la ONU
respondió expulsando a los activistas. Las negociaciones sobre el
cambio climático de la ONU se realizan en diferentes partes del mundo,
pero siempre dentro de establecimientos con máxima seguridad, lejos de
la gente que sufre los efectos directos del cambio climático y lejos de
los activistas por la justicia climática que se reúnen en las cumbres
con la esperanza de presionar a los negociadores para que logren un
acuerdo antes de que sea demasiado tarde.
Apenas días antes de
la cumbre sobre el clima de la semana próxima, a la que solamente se
puede asistir con invitación expresa de Ban Ki-moon, una amplia
coalición realizará la Marcha de los Pueblos por el Clima. Se prevé que
será la mayor marcha contra el cambio climático en la historia.
Personas proveninentes de los más variados ámbitos sociales se reunirán
en el lado oeste del Central Park, en Nueva York, el domingo 21 de
septiembre. Los organizadores esperan una participación de más de
100.000 personas y se confirmó la asistencia de más de 1.200 bandas
musicales.
La gente marchará en “bloques”. Al frente de la
marcha estará el bloque “Frontlines of Crisis, Forefront of Change”
(Primera línea de la crisis, vanguardia del cambio) que incluirá a
representantes de pueblos indígenas y de otras comunidades que han sido
directamente afectadas por la extracción de combustibles fósiles y los
efectos del cambio climático. Los sindicatos de trabajadores y los
estudiantes marcharán bajo el eslogan “Podemos construir el futuro”,
seguidos de los grupos a favor de la energía alternativa, los alimentos
sustentables y el agua, que marcharán bajo el lema “Tenemos
soluciones”. El bloque “Sabemos quiénes son los responsables” se
centrará en denunciar a las empresas de combustibles fósiles, a los
bancos y a otros contaminadores. Los científicos y los activistas de
diferentes religiones formarán el grupo “El debate se terminó”. Y, por
último, marchará el bloque “Para cambiarlo todo, necesitamos de todos”,
que agrupará al resto de las personas.
Uno de los principales
organizadores de la Marcha de los Pueblos por el Clima es Bill
McKibben, fundador de 350.org, una organización que combate el cambio
climático y cuyo nombre proviene de las 350 partes por millón, que
según los científicos es la máxima concentración de dióxido de carbono
que debe haber en la atmósfera para tener un planeta seguro y
sustentable. McKibben afirma: “En este momento, a excepción de un
pequeño simulacro en Times Square, realmente no hay mucho más que pueda
hacer la comunidad científica para advertirnos. Nuestros sistemas de
advertencia temprana han funcionado, la alarma sonó. Todos nuestros
satélites y sensores y súper computadoras han producido la información
que necesitamos saber. La pregunta es: ¿haremos algo al respecto? Y la
respuesta hasta ahora ha sido ‘no’. Ha sido ‘no’ en el Congreso de
Estados Unidos, que, sin duda, no ha avanzado nada en este tema. Y no
hay esperanzas de que se logren los dos tercios de votos necesarios
para ratificar un tratado en el Senado. Esa es la dificultad en este
momento en las negociaciones internacionales. La única forma en la que
lograremos el cambio aquí o en cualquier otro lado es mediante la
construcción de un gran movimiento. Es por eso que el 21 de septiembre
en Nueva York, este evento que está siendo coordinado por todos estos
grupos, es un día tan importante”.
El fin de semana, el
Seminario Teológico de la Unión realizará una conferencia con miembros
del clero del mundo entero, para hablar sobre las cuestiones morales
planteadas por el calentamiento global provocado por el hombre. El
lunes, al día siguiente de la gran marcha, grupos independientes
planean “inundar” Wall Street. “Inundemos, bloqueemos, ocupemos y
cerremos las instituciones que están lucrando con la crisis climática”,
reza la página del grupo, que tiene una casilla para indicar si la
persona está dispuesta a arriesgarse a ser arrestada. Un grupo que se
autodenomina “Earth Quaker Action Team” realizará una puesta en escena
de una investigación de las filiales del banco PNC en la ciudad de
Nueva York por el delito de “interferir con el clima” debido a que el
banco ha financiado proyectos de minería de carbón de remoción de la
cima de la montaña.
Si bien la marcha por el clima del próximo
domingo no incluirá discursos, ya que se trata de reunir al movimiento,
el lunes, la autora Naomi Klein estará entre los oradores de las
acciones que se realizarán en Wall Street. “Porque no tenemos líderes
preocupados por el cambio climático reunidos en la ONU , es que la ONU
solo ha logrado reunir fracasos. Y algunos de ellos ni siquiera
asisten, como el Primer Ministro de mi país, Steven Harper, que es un
delincuente climático tan grande que ha decidido saltearse todo el
proceso y solamente aparece en las cenas después de la conferencia.
Creo que el sentido de urgencia expresado en las calles se transmitirá
y creo que será entonces que la gente lo llevará más lejos, lo llevará
a quienes son realmente responsables de bloquear el avance. A muchas de
las personas que están organizando ‘Flood Wall Street’ las conocí en el
contexto de ‘Occupy Wall Street’ y entienden que nuestro sistema
económico está sacrificando a la gente en nombre de las ganancias. Ya
saben eso. Lo que nos dice el cambio climático es que esta misma lógica
de lucro y crecimiento por encima de todo lo demás está sacrificando
los propios sistemas vitales de los que todos dependemos. Y esa es una
conexión evidente y hace que el movimiento tenga aún más urgencia. No
se trata de un nuevo movimiento, son todos nuestros movimientos
unidos”. El nuevo libro de Naomi Klein, titulado “Esto lo cambia todo:
capitalismo vs. clima”, se publicó esta semana. Se trata de un
llamamiento a la acción poderoso y apasionado que rompe con todos los
esquemas. En el libro, la autora nos recuerda que: “El cambio climático
lo cambia todo. Lo cambia todo porque si seguimos por el camino que
estamos ahora, cambiará nuestro mundo físico a tal punto que será
irreconocible. Aún es posible detener ese resultado catastrófico, pero
eso implica cambiar todo nuestro sistema económico. La buena noticia es
que, para mucha gente, ese sistema no está funcionando”.
El cambio climático lo cambia todo. Y por un breve período de tiempo, la naturaleza de ese cambio aún está en nuestras manos.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y
televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro
"Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique
Cono Sur.
Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
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