Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Durante la Asamblea del Foro Internacional de Inversiones en Sochi, el primer ministro Dimitri Medvedev –considerado en forma absurda por los pugnaces cuan mendaces multimedia israelí-anglosajones como el más
pro occidentaldel gabinete Putin– aseveró que los sistemas financieros y comerciales del mundo se están desmantelando ( Russia Today, 19/9/14), además de que
todo (sic) el sistema de seguridad europea esta en peligro, cuando
los valores fundamentales, una mayor globalización y efectivamente toda la filosofía de desarrollo pacífico (¡supersic!) está en peligro–en clara alusión a la proto-balcanización de Ucrania.
A juicio de Medvedev,
nadie (sic) puede predecir cómo impactarán las sanciones contra Rusia, la sexta economía del mundo, en medio del diluvio del boicot mercantil/financiero/energético de
Occidentea Rusia, a lo que se han sumado algunos países de la anglósfera (Canadá y Australia) y hasta, en forma hilarante, Kosovo (la nueva entidad/identidad islámica inventada por Estados Unidos (EU)/OTAN en pleno corazón de los Balcanes).
No es nada sorprendente que la resucitada Rusia, en la etapa del zar Putin, exhiba su musculatura nuclear en Ucrania oriental: la nueva placa tectónica de la geopolítica global susceptible de desencadenar una tercera guerra mundial (TGM), a juicio de observadores juiciosos. Pero llama profundamente la atención que los geoestrategas de China del establishment militar, de la talla de Han Xudong, se preparen a una TGM desde ahora, a consecuencia de la agudización de las tensiones entre EU y Rusia que luchan por determinar el rumbo geopolítico de Ucrania.
Han (http://goo.gl/QEJq8w), profesor de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército de Liberación del Pueblo de China, evalúa en forma deslumbrante que
la posibilidad de una TGM existepor lo que
China necesita estar preparada.
Al unísono de otros observadores internacionales, Han considera que la profundización de la crisis en Ucrania es susceptible de desembocar en un
choque militar directo (¡supersic!) entre EU y Rusia–que hay que recalcar, son las máximas potencias nucleares del planeta.
En este caso específico, Han aduce que
una vez que se detona la rivalidad armada, es probable que se extienda al globo entero, por lo que
no es imposible que se escenifique una guerra mundial.
Comenta que la evolución (sic) humana ha entrado a su
tercera fase de desarrollocuando la
primera tuvo lugar entre las sociedades nómadas y los grupos agrícolas, mientras
la segunda se caracterizó por guerras colonialescon la Primera Guerra Mundial (PGM) y la Segunda Guerra Mundial (SGM) como sus representaciones especiales (sic)”.
Afirma que
hoy el mundo ha entrado en una era de nuevas formas (¡supersic!) de guerra global (¡supersic!), cuando el
espacio exterior, la Internet y los mares se han convertido en los campos de batalla de la rivalidad, ya que la
tecnología es la clavecon un
número sin precedente de países implicados.
Rememora que Alfred Thayer Mahan, estratega militar estadunidense que falleció precisamente el mismo año de la PGM,
acuñó el concepto de poder marítimoy abogó sopesar el valor de las fuerzas navales, la flota comercial y las bases militares de ultramar que servían para las guerras en tierra firme”.
Hoy la rivalidad en el
espacio exterior y la Internet se escenifica con la rivalidad en los mares como su centro principal.
La importancia del
poder marítimoha tomado preponderancia y se detecta una feroz competencia en los mares globales, desde el océano Ártico (supersic), el océano Pacífico y el Índico, por lo que Han considera que sea
probableque se escenifique una TGM en la lucha por los derechos marítimos.
Suena coincidentemente interesante que los geoestrategas vinculados al establishment militar chino, del que de cierta forma proviene el mandarín Xi Jinping, se adhieran al concepto de la próxima batalla por el alma del polo norte enunciada por el zar ruso Vlady Putin (http://goo.gl/B0UQG7).
Desde 2007, dicho sea con humildad de rigor, ya había advertido sobre la apertura del escenario bélico en el polo norte (http://goo.gl/dIo4lD y http://goo.gl/FzjSaM).
Han aconseja a los militares chinos trasladar su centrismo operativo para mantener sus derechos de la tierra firme a
mantener sus derechos en los mares.
Utiliza el concepto operativo del geopolitólogo británico sir Halford John Mackinder sobre el
corazón continental( heartland) para la ubicación de China en el
corazón continentalque subsume en la tríada expansiva de los océanos Ártico, Pacífico e Índico donde se encuentra en el
punto focalde las rivalidades.
Admite que el
desarrollo del poder marítimo de China perturba a muchos (sic) países, pero aduce que para evitar ser asfixiada en una posición pasiva, China necesita desarrollar su poder militar, en clara alusión a la hostil
política de contenciónde la
doctrina Obama, que busca detener militarmente a Pekín en su periferia inmediata, primordialmente en el superestratégico Mar del Sur de China que constituye su pulmón acuático para conectarse con los océanos Pacífico e Índico.
Han especifica sin tapujos que los
intereses de ultramar de China se han esparcido en todo el mundoy se ven
crecientemente amenazados por EUque
ha trasladado su atención a la región Asia-Pacífico, especialmente teniendo como objetivo a China.
Argumenta que
sin un poder militar de amplia escala, la seguridad de los intereses de ultramar de China sería un discurso vacío, aunque el
largo alcance o las capacidades de combate de ultramar de las fuerzas aéreas y marítimas de China sean todavía (sic) muy limitadas.
Aconseja que el desarrollo de las fuerzas aéreas y marítimas de China deben contemplar una visión de largo alcance con el fin de que no se queden rezagadas frente a los intereses nacionales de ultramar de China.
Aduce que
China no debe ser empujada a una postura pasiva (sic) donde es vulnerable a los ataques, por lo que deberá
tener en mente la posibilidad de una tercera guerra mundial cuando desarrolla sus fuerzas militares, especialmente sus fuerzas aéreas y marítimas.
A mi juicio, Han concluye elípticamente con la clásica frase que solían utilizar los militares del imperio romano y que parece más vigente que nunca para los intereses de ultramar de China en el siglo XXI que se siente asfixiada por la
política de contenciónde la doctrina Obama: “ si vis pacem, para bellum” (
para vivir en paz, prepárate para la guerra).
El problema radica en que las guerras de los antiguos romanos no se comparan para nada con la probable guerra nuclear aniquilante que sería la TGM. Y lo más grave consistiría en que ya echada andar la maquinaria bélica nadie sería capaz de detenerla.
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