Por Roberto Salomón
La
Habana, 23 sep (PL) El uso de bioproductos constituye hoy en el mundo- y
en Cuba-, una creciente alternativa para encarar las dificultades que
afronta la producción agrícola, como los elevados precios de los
productos químicos.
Por su trascendencia además debido a su compatibilidad con el medio
ambiente, en estos tiempos de acentuación de los problemas asociados al
cambio climático, esa temática es precisamente, una de las principales
que analizan aquí expertos de una veintena de naciones reunidos en el
capitalino Palacio de Convenciones.
En efecto, más de 20
ponencias relacionadas con ese tópico, incluidas conferencias
magistrales y mesas redondas son debatidas hoy en el Congreso
Internacional Labiofam 2014, que reúne en esa sede a más de 600
especialistas.
La situación actual y perspectivas de los
bioproductos agrícolas, las experiencias en su comercialización en
Ecuador, el diseño de biofábricas de última generación para la
propagación in vitro de plantas y biomasa industrial son algunas de las
presentaciones analizadas acerca de los bioproductos (biofertilizantes,
bioplaguicidas y bioestimulantes).
Esos y otros trabajos han
sido expuestos en esta segunda jornada del evento por especialistas de
los centros de investigaciones y productivos de Cuba a cargo del
desarrollo de la producción de esos medios, que encabeza el Grupo
Empresarial de Producciones Biofarmacéuticas y Químicas (Labiofam).
Este lleva adelante ese programa, en el que participan además los
instituto de investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar
(Icidca) y Fundamentales de la Agricultura Tropical (Inifat), y otros
centros.
Labiofam acelera los trabajos de construcción de varias
plantas en el país para la fabricación masiva de esos medios, una
aledaña a su sede central en la capital, la cual está en avanzada etapa
de ejecución; y otras dos en las provincias Villa Clara y Granma, en el
centro y oriente de esta isla.
La producción de bioproductos en
Cuba es una industria que crece y se multiplica y tiene como antecedente
más cercano el surgimiento de la crisis económica que devino tras la
desaparición del socialismo en Europa del Este y de la antigua Unión
Soviética, los principales socios entonces de Cuba.
Esas
naciones suministraban entonces al país caribeño, en condiciones
ventajosas para este, los productos necesarios para su agricultura
Esta
se basaba en la disponibilidad de ingentes insumos de fertilizantes y
plaguicidas químicos y otros medios requeridos para su producción
agrícola, la cual al verse de la noche a la mañana sin esas
posibilidades, tuvo que acudir a abonos tradicionales y el control
biológico de las plagas, y en esa dirección puso buena parte de la
actividad investigativa de las instituciones existentes.
Comenzó
así el empleo de métodos tradicionales- incluida la tracción animal- y
el desarrollo de la producción urbana de alimentos mediante
organopónicos y otras instalaciones.
En declaraciones a Prensa
Latina, el director general de Labiofam, José Antonio Fraga, fundamenta
la importancia de los bioproductos: Dados los efectos dañinos sobre los
terrenos y la salud humana del uso excesivo de plaguicidas y
fertilizantes químicos, el mundo tiene la obligación- y Cuba es un
ejemplo de lo que se puede hacer- de ir sustituyendo esos productos por
los de tipo biológico compatibles con el medio ambiente.
Esa
entidad, que multiplica en Cuba la fabricación masiva de bioproductos
con fines agrícolas, brinda además apoyo al desarrollo de la agricultura
de naciones de África y Latinoamérica.
En el congreso se
analiza todo el amplio espectro de las investigaciones y producciones de
Labiofam, que abarca fármacos veterinarios, medicamentos destinados a
la salud humana, como los desarrollados para la lucha contra el cáncer,
la elaboración de nuevas vacunas virales, producción de microalgas, y de
biolarvicidas para el control de enfermedades, entre otros.
mgt/rs
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