Cumbre de OTAN, ¿un regreso a la Guerra Fría?

Londres, 4 sep (PL) La cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Gales parece oficializar hoy el regreso de Europa a la Guerra Fría con el anuncio de medidas de contención a una supuesta amenaza rusa. OTAN ataca a Rusia por su posición en conflicto ucraniano OTAN valorará intervenir en Iraq, afirma Rassmussen OTAN inicia cumbre en Gales en medio de protestas internacionales Con la presencia del presidente estadounidense, Barack Obama, en la ciudad de Newport, que elevó al máximo las medidas de seguridad aplicadas por Londres, la cumbre de la alianza atlántica busca un nuevo sentido para su existencia, tras 65 años de fundada. La presunta amenaza de Moscú, opuesta a reconocer a un gobierno ultraderechista instalado en Ucrania en febrero tras un golpe de Estado, realizado con el visto bueno de Occidente, se convierte en el plato fuerte para justificar, además, mayores gastos bélicos. Nada más iniciar la cita de la OTAN, en la cual participan unos 60 jefes de Estado o Gobierno, su secretario general saliente, Anders Fogh Rasmussen, se refirió a la necesidad de contener a Rusia por su presunta participación en el conflicto ucraniano. Ramussen, quien desde mediados de 2013 insiste en que los estados europeos frenen la tendencia de reducir sus presupuestos militares, consideró necesario reforzar las estructuras del pacto noratlántico en Europa del Este. La cumbre de dos días en el Celtor Minor Hotel de la ribereña localidad de Cardiff, en Newport, discute una reforma de las ya existentes fuerzas de despliegue rápido para crear un contingente de unos cinco mil hombres con mucho más movilidad y equipamiento. Al menos cinco compañías de la OTAN integrarían las NRF, por sus siglas en inglés, que estarían bajo comando del Reino Unido, con uniformados de Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Noruega y Holanda, destaca el diario The Guardian. La alianza atlántica también analiza la posibilidad de establecer cinco nuevas bases en Polonia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania, aunque la prensa local destaca que ello carece por ahora de asignación financiera ni de una definición de lugares específicos. De otro lado, la reunión del presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, con Obama y su par francés, Francois Hollande, la canciller alemana Angela Merkel, y los primeros ministros británico, David Cameron, e italiano, Matteo Renzi, pareció versar sobre la concesión a Ucrania del estatus de socio estratégico de la OTAN. Tal condición permitiría a Kiev recibir financiamiento para la compra de nuevos armamentos, algo a lo que se refirió Poroshenko al concluir el encuentro, realizado antes de iniciarse la cumbre. Pero, como advierte The Guardian, tales propuestas para nada muestran la disposición de los aliados a ir a una guerra por Tallin o alguna localidad ucraniana, y más bien se consideran una señal a Moscú de que éstos solo poseen la intención de actuar. Sin embargo, el posicionamiento de tropas de forma permanente o "por largo tiempo", como de forma eufemística anuncia la alianza atlántica, en Europa del este violaría radicalmente el Acta Fundacional de 1997, firmado por ese bloque y Rusia. En su momento, el presidente ruso, Vladimir Putin, denunció la negativa de la OTAN a sumarse a un protocolo adicional al tratado para limitar las armas convencionales en Europa y el peligro para la seguridad de su estado del escudo antimisil norteamericano. Ahora, Obama y algunos socios de la OTAN como Cameron, además de los gobierno de Polonia, Canadá y las citadas repúblicas del Báltico, consideran necesario anular el pacto de 1997 para poder desplegar las fuerzas que deseen en Europa del este. Tal posición es rechazada por Alemania, lo cual muestra las divisiones surgidas dentro del tratado noratlántico en relación con la crisis ucraniana y el papel jugado en ella por Rusia. De otro lado, solo cuatro de las 28 naciones de la alianza cumplieron con un compromiso pactado en 2006 para llevar los gastos bélicos al dos por ciento del Producto Interno Bruto. Pero el Reino Unido parece forzar a otros socios de la alianza a cumplir con el mencionado compromiso, al anunciar poco antes de la cumbre un contrato para venderle a Letonia 123 tanques Scout por un valor de 64,8 millones de dólares. La OTAN, que realiza su primera cumbre en el Reino Unido en 25 años, bajo custodia de nueve mil 500 uniformados, aviones de combate y helicópteros, así como aislada por una cerca de 20 kilómetros de largo, también enfrenta el rechazo de cientos de personas en Newport. Manifestantes convocados por los partidos Socialista y de los Trabajadores, asi como la coalición Parad la guerra y el grupo Red Black, corearon consignas pacifistas y contra la cumbre. Pero el menú de las justificaciones para la existencia de la alianza atlántica se extiende a los sucesos en Iraq, donde la aviación de Estados Unidos bombardea posiciones del movimiento sunita Estado Islámico (EI). Rasmussen reconoce que el gobierno iraquí no hizo pedido alguno por el momento de ayuda a la OTAN, "pero si lo hiciera, estudiaríamos seriamente esa posibilidad", apuntó. La dirección de la OTAN esperaría hasta el próximo día 11 por un relevo definitivo en el gobierno iraquí, dirigido de forma provisional por Nouri Al-Maliki, para definir su regreso a esa nación, revela The Guardian. Por el momento, altos oficiales británicos laboran como asesores en la comunidad kurda iraquí, en guerra con el EI, además de colaborar en el transporte de ayuda "no letal" enviada por países como Albania, incluidas 10 toneladas de chalecos antibalas. Sin embargo, Cameron admitió admitió la posibilidad de una participación directa de su país en acciones de combate en el norte de Iraq, donde aviones Tornado de Reino Unido realizaron misiones de reconocimiento. A la localidad kurda iraquí de Irbil viajó el teniente-general Sir Friman Mayall, enviado del ministerio británico para el Medio Oriente, señala la publicación británica. De cualquier forma, la cumbre de Newport promete convertirse en "histórica" por la decisión de la OTAN de regresar de forma definitiva a una Guerra Fría con Rusia que implicaría un diferendo en el plano político e incluso militar entre ambas partes. pgh/rl/To