Pronunciarse
contra grupos humanos vulnerables, es una acción sin riesgos. No es
casual, entonces que, para proclamarse patriotas, el presidente Danilo
Medina y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez se pronuncien
contra los haitianos indocumentados al mismo tiempo que fingen ignorar
la ofensa a la soberanía que constituye el orden imperialista con el
poder estadounidense como fuerza hegemónica.
El 15 de marzo, con el auspicio del Comando Sur, militares dominicanos, colombianos, brasileños, chilenos y canadienses, dirigidos por un número siempre indeterminado de militares yanquis, darán inicio al programa Más Allá del Horizonte. Se asentarán en Barahona, donde construirán tres clínicas rurales y dos escuelas públicas. Es la nueva versión de Nuevos Horizontes, un programa que, a pesar de los disfraces fabricados por expertos en propaganda de Estados Unidos y de República Dominicana, se evidenció como parte del ejercicio neocolonialista. ¿Cómo explica este acto de sumisión y servilismo un gobierno presidido por quien acaba de pronunciarse contra todo intento de vulnerar la soberanía del país?
¿Por qué no se pronuncia contra este proyecto el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez? Están al alcance de la mano los elementos para probar que Estados Unidos utiliza el territorio nacional para realizar labores que contribuyan a preservar su condición de potencia hegemónica. Su Excelencia Reverendísima no los encuentra, y no procede entregárselos sino restregárselos, porque él es defensor y beneficiario de un orden cuya vigencia depende de la efectividad de ese ejercicio ilegítimo de poder.
En el marco del proyecto Nuevos Horizontes, se han instalado militares yanquis (por temporadas cuya extensión dispone el Comando Sur) en zonas de República Dominicana, Nicaragua, Panamá y otros países. Vuelos no autorizados, labores de inspección que generan reportes que no van dirigidos a las autoridades dominicanas… todo eso y más hay en la lista de actividades de esos agentes.
¿Encabezaría el cardenal alguna actividad de protesta exigiendo que se vayan esos militares? ¿Por qué no se ha pronunciado en apoyo a Evo Morales, quien firmó la disposición de sacar de Bolivia a la USAID, y a Correa, quien encabeza el gobierno que hizo salir a los yanquis de la base de Manta, en Ecuador? Se presenta como patriota y, en realidad es enemigo de los pobres, condición incompatible con el patriotismo.
A Danilo Medina, hay que preguntarle por qué sigue validando acuerdos que Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía y Leonel Fernández realizaron a espaldas del pueblo. Cuando en la reciente cumbre de la CELAC (que no logró deslucir con sus palabras, insidiosas no solo para Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Granadinas) él dijo que el país ha prestado sus puertos para el paso de mercancías hacia Haití, guardó silencio sobre el compromiso de los principales dirigentes políticos dominicanos en la aplicación a nivel de la isla del proyecto político imperialista.
Mentira tras mentira
Como quien sabe que solo en el mundo de Pinocho la nariz les crece a los mentirosos, Danilo Medina, tras el saludo protocolar, destacó la solidaridad de los dominicanos con los haitianos.
La convivencia ha despojado a grandes núcleos de la población dominicana del antihaitianismo que difundieron y siguen difundiendo historiógrafos pseudohistoriadores que han logrado colocar sus textos en las escuelas dominicanas; pero de la solidaridad de la clase dominante misma no se puede hablar sin caer en la pura fantasía.
La práctica de evadir el pago a trabajadores llamando a los inspectores de Migración, y el nivel de explotación (más allá de lo permitido por el deshumanizante capitalismo), no son signos de solidaridad.
Como era de esperarse, Danilo Medina, comprometido como está con la impunidad, no habló de los negocios del senador Félix Bautista en Haití, y menos de la vinculación con los mismos de Leonel Fernández. Tampoco dijo cómo se manifiesta con los indocumentados la corrupción existente en organismos como las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la propia Dirección de Migración.
Defendió la infame sentencia 168-13 mediante la cual el Tribunal Constitucional despojó de la nacionalidad a miles de dominicanos de ascendencia haitiana.
La grosera manipulación del contenido de esta pieza, da a entender que, de una u otra manera, había sido concebido por sus asesores de imagen el plan de hablar sobre eso y la intervención de Ralph Gonsalves solo cambió el tono de las palabras y el orden de su exposición.
También dijo que en República Dominicana no son violados los derechos de nadie. Sobre las personas a quienes les han sido invalidados sus documentos de identidad, sencillamente dijo que no existen.
¿De qué Estado hablaba Danilo Medina? ¿Hablaba del Estado que Leonel Fernández presentaba y a veces aún presenta en el exterior, que es un Estado Social de Derecho? Seguramente, pues el Estado cuyo Gobierno él preside, aquel cuyo perfil fue diseñado por Joaquín Balaguer, mantiene una política de ejecuciones extrajudiciales y valida la tortura y el secuestro policial.
Los pobres, dominicanos o haitianos, son víctimas del abuso y les son negados derechos fundamentales. Esto es responsabilidad de la clase dominante y de los políticos a su servicio, carentes de principios, cargados de bajas ambiciones e impregnados del hedor del dinero y los bienes robados.
Danilo Medina proclamó que mientras él sea presidente, en República Dominicana “no se van a violentar los derechos de nadie”. Si fuera real el relato de Pinocho, hubiera tomado el vuelo su nariz primero.
Dos patrioteros
¿Qué conversó Danilo Medina con el jefe del Comando Sur de Estados Unidos en la reunión que sostuvieron en agosto pasado? No se informó, fue a espaldas del pueblo. El general John Kelly visitó instalaciones militares en el país y se reunió con el ministro de las Fuerzas Armadas, Sigfrido Pared Pérez. ¿Dirán Danilo Medina y su viejo colaborador que las decisiones en materia de seguridad y defensa no son elementos de ejercicio de soberanía?
¿Bendecirá López Rodríguez las manifestaciones de sumisión que están por venir?
El cardenal dijo que no son dominicanos quienes han criticado el discurso de Danilo Medina en La Habana (parece que es obligatorio llamar discurso a una sarta de mentiras). ¿Acaso el propio cardenal entregó su pasaporte dominicano antes de decir que Joseph Wesolowski es un gran amigo y un promotor de la paz? ¿Entonces es dañino un indocumentado que realiza tareas mal pagadas o acude a los precarios hospitales nuestros, y no lo es un extranjero que, con posición de diplomático, sotana y cargo eclesiástico, comete abuso sexual contra menores dominicanos pobres quienes, según Danilo Medina, tienen garantizados sus derechos?
Como son horribles los calificativos que caben, ¿sería ofensiva la pregunta de si hablan en serio Su Excelencia con banda presidencial y Su Excelencia con mitra? Parecería que bromean, pero la broma es de pésimo gusto…
El 15 de marzo, con el auspicio del Comando Sur, militares dominicanos, colombianos, brasileños, chilenos y canadienses, dirigidos por un número siempre indeterminado de militares yanquis, darán inicio al programa Más Allá del Horizonte. Se asentarán en Barahona, donde construirán tres clínicas rurales y dos escuelas públicas. Es la nueva versión de Nuevos Horizontes, un programa que, a pesar de los disfraces fabricados por expertos en propaganda de Estados Unidos y de República Dominicana, se evidenció como parte del ejercicio neocolonialista. ¿Cómo explica este acto de sumisión y servilismo un gobierno presidido por quien acaba de pronunciarse contra todo intento de vulnerar la soberanía del país?
¿Por qué no se pronuncia contra este proyecto el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez? Están al alcance de la mano los elementos para probar que Estados Unidos utiliza el territorio nacional para realizar labores que contribuyan a preservar su condición de potencia hegemónica. Su Excelencia Reverendísima no los encuentra, y no procede entregárselos sino restregárselos, porque él es defensor y beneficiario de un orden cuya vigencia depende de la efectividad de ese ejercicio ilegítimo de poder.
En el marco del proyecto Nuevos Horizontes, se han instalado militares yanquis (por temporadas cuya extensión dispone el Comando Sur) en zonas de República Dominicana, Nicaragua, Panamá y otros países. Vuelos no autorizados, labores de inspección que generan reportes que no van dirigidos a las autoridades dominicanas… todo eso y más hay en la lista de actividades de esos agentes.
¿Encabezaría el cardenal alguna actividad de protesta exigiendo que se vayan esos militares? ¿Por qué no se ha pronunciado en apoyo a Evo Morales, quien firmó la disposición de sacar de Bolivia a la USAID, y a Correa, quien encabeza el gobierno que hizo salir a los yanquis de la base de Manta, en Ecuador? Se presenta como patriota y, en realidad es enemigo de los pobres, condición incompatible con el patriotismo.
A Danilo Medina, hay que preguntarle por qué sigue validando acuerdos que Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía y Leonel Fernández realizaron a espaldas del pueblo. Cuando en la reciente cumbre de la CELAC (que no logró deslucir con sus palabras, insidiosas no solo para Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y Granadinas) él dijo que el país ha prestado sus puertos para el paso de mercancías hacia Haití, guardó silencio sobre el compromiso de los principales dirigentes políticos dominicanos en la aplicación a nivel de la isla del proyecto político imperialista.
Mentira tras mentira
Como quien sabe que solo en el mundo de Pinocho la nariz les crece a los mentirosos, Danilo Medina, tras el saludo protocolar, destacó la solidaridad de los dominicanos con los haitianos.
La convivencia ha despojado a grandes núcleos de la población dominicana del antihaitianismo que difundieron y siguen difundiendo historiógrafos pseudohistoriadores que han logrado colocar sus textos en las escuelas dominicanas; pero de la solidaridad de la clase dominante misma no se puede hablar sin caer en la pura fantasía.
La práctica de evadir el pago a trabajadores llamando a los inspectores de Migración, y el nivel de explotación (más allá de lo permitido por el deshumanizante capitalismo), no son signos de solidaridad.
Como era de esperarse, Danilo Medina, comprometido como está con la impunidad, no habló de los negocios del senador Félix Bautista en Haití, y menos de la vinculación con los mismos de Leonel Fernández. Tampoco dijo cómo se manifiesta con los indocumentados la corrupción existente en organismos como las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la propia Dirección de Migración.
Defendió la infame sentencia 168-13 mediante la cual el Tribunal Constitucional despojó de la nacionalidad a miles de dominicanos de ascendencia haitiana.
La grosera manipulación del contenido de esta pieza, da a entender que, de una u otra manera, había sido concebido por sus asesores de imagen el plan de hablar sobre eso y la intervención de Ralph Gonsalves solo cambió el tono de las palabras y el orden de su exposición.
También dijo que en República Dominicana no son violados los derechos de nadie. Sobre las personas a quienes les han sido invalidados sus documentos de identidad, sencillamente dijo que no existen.
¿De qué Estado hablaba Danilo Medina? ¿Hablaba del Estado que Leonel Fernández presentaba y a veces aún presenta en el exterior, que es un Estado Social de Derecho? Seguramente, pues el Estado cuyo Gobierno él preside, aquel cuyo perfil fue diseñado por Joaquín Balaguer, mantiene una política de ejecuciones extrajudiciales y valida la tortura y el secuestro policial.
Los pobres, dominicanos o haitianos, son víctimas del abuso y les son negados derechos fundamentales. Esto es responsabilidad de la clase dominante y de los políticos a su servicio, carentes de principios, cargados de bajas ambiciones e impregnados del hedor del dinero y los bienes robados.
Danilo Medina proclamó que mientras él sea presidente, en República Dominicana “no se van a violentar los derechos de nadie”. Si fuera real el relato de Pinocho, hubiera tomado el vuelo su nariz primero.
Dos patrioteros
¿Qué conversó Danilo Medina con el jefe del Comando Sur de Estados Unidos en la reunión que sostuvieron en agosto pasado? No se informó, fue a espaldas del pueblo. El general John Kelly visitó instalaciones militares en el país y se reunió con el ministro de las Fuerzas Armadas, Sigfrido Pared Pérez. ¿Dirán Danilo Medina y su viejo colaborador que las decisiones en materia de seguridad y defensa no son elementos de ejercicio de soberanía?
¿Bendecirá López Rodríguez las manifestaciones de sumisión que están por venir?
El cardenal dijo que no son dominicanos quienes han criticado el discurso de Danilo Medina en La Habana (parece que es obligatorio llamar discurso a una sarta de mentiras). ¿Acaso el propio cardenal entregó su pasaporte dominicano antes de decir que Joseph Wesolowski es un gran amigo y un promotor de la paz? ¿Entonces es dañino un indocumentado que realiza tareas mal pagadas o acude a los precarios hospitales nuestros, y no lo es un extranjero que, con posición de diplomático, sotana y cargo eclesiástico, comete abuso sexual contra menores dominicanos pobres quienes, según Danilo Medina, tienen garantizados sus derechos?
Como son horribles los calificativos que caben, ¿sería ofensiva la pregunta de si hablan en serio Su Excelencia con banda presidencial y Su Excelencia con mitra? Parecería que bromean, pero la broma es de pésimo gusto…
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario