México, 19 feb (PL) Mientras la ciudad mexicana de Toluca se prepara para recibir hoy a los mandatarios de Norteamérica, sectores sociales y políticos advierten que la nación azteca llega con desventaja a su encuentro con Estados Unidos y Canadá.
Dos décadas después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, analizarán una agenda trilateral que, según autoridades de los tres países, busca el desarrollo regional.
Pero ante la celebración de la VII Cumbre de Norteamérica, varias voces señalan que el propósito de los dos países visitantes es aprovechar las riquezas de México, fundamentalmente con la coyuntura abierta para la inversión privada a raíz de la reforma energética aprobada en esta nación.
El excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador consideró la víspera que la nación azteca ha perdido su relación con Estados Unidos y Canadá, al señalar que en vez de cooperación para el desarrollo, a México le toca aportar materias primas y mano de obra barata.
Mineras de Canadá y otras han extraído en sólo 10 años el doble de oro y plata que se llevaron los españoles en tres siglos. Neoconquista, escribió el líder del Movimiento Regeneración Nacional en su cuenta de la red social Twitter.
De acuerdo con López Obrador, Obama y Harper vienen a agradecer el gran remate de bienes nacionales que han recibido.
En entrevista con el diario El Sol de México, Peña Nieto adelantó que las líneas temáticos del diálogo de este miércoles serán prosperidad incluyente y compartida, nuevas áreas de oportunidad, seguridad ciudadana y temas regionales y globales.
A partir de estos cuatro ejes trabajaremos para impulsar el crecimiento económico de nuestros países, la generación de empleos de calidad y, con ello, elevar el bienestar de nuestras sociedades, manifestó.
Según el jefe de Ejecutivo, a dos décadas del inicio del TLCAN, están decididos a ir más allá, a invocar nuevamente el espíritu innovador que unió a los tres países, a fin de potenciar el crecimiento económico de la región y convertirla en una de las más dinámicas y competitivas del mundo.
Para varias agrupaciones sociales, sin embargo, la agenda de la Cumbre deja fuera asuntos importantes como los derechos humanos.
La red de organismos Todos los Derechos para todas y todos, del Colectivo Plan Nacional de Desarrollo-Migración y del Foro Migraciones, sugirieron a los mandatarios revisar los efectos que ha tenido el acuerdo comercial, sobre todo en los sectores más pobres de la población mexicana.
Al mismo tiempo, más de 200 organizaciones no gubernamentales de México, Canadá y Estados Unidos pidieron a los políticos que replanteen el modelo económico regional y revisen la agenda social de Tlcan.
En una misiva enviada a los gobernantes, expresaron que tras 20 años de vigencia del tratado se registra un deterioro en las condiciones de vida de la población mexicana, con aumento de la marginación y la pobreza.
La promesa de la prosperidad se desdibuja y miles de personas, golpeadas de frente por la violencia, la pobreza y la falta de servicios de calidad educativos y de salud, se ven obligadas a transitar por México en busca de oportunidades fuera de sus comunidades, apuntaron.
Por eso, pidieron a los participantes en la Cumbre que realicen un balance del impacto de este modelo económico, el cual incluya la voz de los diferentes sectores de la población, a fin de identificar los retos y acciones a implementar durante los próximos años.
Al mismo tiempo, los llamaron a responder a las necesidades de los ciudadanos y no sólo a los intereses económicos de un grupo minoritario.
Varios medios locales de prensa han señalado que en la agenda de la reunión también tendrá gran peso el asunto energético, tras la aprobación en México de una reforma que por primera vez desde 1938 abre el sector de los hidrocarburos nacionales al capital privado doméstico y foráneo.
El gobierno canadiense aseguró que una de sus prioridades durante el encuentro de los mandatarios será ese tema, con el cual buscará un nuevo lanzamiento de la economía del área.
Ante esa perspectiva, el Partido de la Revolución Democrática advirtió a Obama y a Harper que invertir en la industria energética de México constituye un riesgo, porque la entrada de la inversión privada a los hidrocarburos aún no es un hecho resuelto en el país.
Hoy vienen a celebrar estas reformas que significan la venta petrolera nacional, señaló la formación de izquierda, la cual recordó que están pendientes las leyes secundarias en la materia y una consulta popular encaminada a revertir la iniciativa.
Con ese panorama, bajo la mirada optimista de grupos políticos empresariales, y las advertencias y señalamientos de organizaciones civiles y fuerzas de izquierda, Peña Nieto, Obama y Harper trazarán nuevos caminos de la agenda trilateral.
Activistas, intelectuales y académicos, entre otros, reiteran sus señales de alarma sobre los resultados negativos del Tlcan para grandes sectores mexicanos, pero según afirmó la Cancillería del país latinoamericano, el evento servirá para fortalecer el pacto y no para renegociarlo.
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