Venezuela recibe cada vez más apoyo de sus vecinos regionales, que denuncian los actos desestabilizadores de la oposición, mientras instan al diálogo para resolver las diferencias.
“En Venezuela está en marcha un golpe de Estado blando”, afirmó el martes el presidente de Ecuador, Rafael Correa, al tiempo que condenó los hechos de violencia y acciones fascistas que se registran en el territorio venezolano desde hace más de una semana.
Al cuestionar el abundante financiamiento de la derecha venezolana, Correa aseguró que ciertos países, en concreto Estados Unidos, están detrás de los disturbios.
Los gobiernos progresistas de América Latina siempre han sido víctimas de los procesos de desestabilización, declaró el mandatario ecuatoriano para luego advertir que el caos podría extenderse a los demás países de la región.
A Correa se suma el presidente peruano, Ollanta Humala, quien exhortó (el martes) tanto al Gobierno de Caracas como a la oposición a sentarse a la mesa del diálogo, al señalar que sólo en paz se puede consolidar democracia, construir prosperidad y desarrollo para el pueblo.
Asimismo, varios movimientos sociales y políticos de Panamá manifestaron su apoyo al Gobierno venezolano y alertaron sobre las acciones de la derecha venezolana que, a su juicio, busca desestabilizar el país allanando el terreno a una guerra civil.
Cuba, Bolivia, Uruguay, Rusia y China, junto con el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se encuentran entre los países y organizaciones que han denunciado los disturbios en Venezuela.
El pasado 12 de febrero, la derecha venezolana instigó a grupos estudiantiles a cometer acciones de violencia y vandalismo en la capitalina Caracas y otras ciudades con el fin de preparar el terreno para un golpe de Estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario