Estoy a favor de cualquier movilización democrática para exigir un cambio de manera pacífica, pero repudió el uso de la violencia en las protestas y considero inaceptable los actos vandálicos y las personas que ocultan sus rostros, destacó Rousseff.
En entrevista concedida a emisoras de radio del estado de Alagoas, ubicado en noreste del país, confirmó que trató ayer este asunto con el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, quien elabora una propuesta de legislación dirigida a frenar todas las formas de violencia durante las protestas en las calles.
Los órganos de seguridad pública deben impedir los desmanes, hacer cumplir la ley y aplicar la Constitución que garantiza la libertad de expresión, pero que prohíbe el anonimato, aseveró.
Por eso, es preciso reforzar la legislación para condenar el vandalismo en las manifestaciones, el cual causó la muerte de un padre de familia, señaló al referirse al camarógrafo de televisión Santiago Andrade Ilídio, quien fue herido durante la filmación de una marcha y falleció el pasado día 6.
En su opinión, las personas que matan, que hieren o destruyen el patrimonio público son criminales y deben ser tratados como tal.
La mandataria destacó que el Gobierno federal trabaja con los secretarios de Seguridad y comandantes de la Policía en la confección de un protocolo de actuación de los agentes del orden durante los mítines.
"Nuestro meta es que Brasil disponga de un reglamento unificado, que define la mejor manera de aplicar el uso progresivo de la fuerza por parte de la Policía", recalcó.
Al abordar el tema de la Copa Mundial de fútbol de junio próximo, dijo que se invirtieron casi dos mil millones de reales (unos 800 millones de dólares) para reforzar la vigilancia en las ciudades sedes.
Estamos listos para garantizar la seguridad de los ciudadanos e invitados extranjeros en el Mundial de fútbol, que se celebrará del 12 de junio al 13 de julio venidero, concluyó.
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