Por Julio Fumero
Guatemala, 1 may (PL) Múltiples reclamos enarboló hoy aquí la clase obrera guatemalteca en su conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, una marcha que atravesó un sector capitalino hasta su Centro Histórico.
En la Plaza de la Constitución convergieron miles de afiliados a sindicatos, pero también a una gama casi incontable de organizaciones de cualquier tipo, desde las de empleados públicos a las de campesinos, que en Guatemala es decir indígenas.
La caravana la caracterizaron todos los colores del arco iris -y tal vez más- en banderas, mantas, pancartas, pañoletas, sombreros y cuanta iniciativa tuvieron sus participantes, o en los propios de cada agrupación, incluidos partidos políticos de izquierda.
Como distintas también pudieron ser sus corrientes de pensamiento, pero unidas por la exigencia de una vida plena, sin discriminación, oportunidades para la totalidad y respeto a la dignidad humana.
Igualmente variadas fueron las exigencias coreadas, desde la generales a las particulares, las colectivas a las individuales, a veces cada cual por su lado, otras de manera más compacta, según su alcance económico o social.
En la principal plaza pública del país, frente al Palacio Nacional de la Cultura, donde tiene su sede el Gobierno, la multitud unió aún más sus voces.
Repudió lo escaso de los salarios y la carestía galopante de la vida del menos imprescindible alimento al costo de los medicamentos, la explotación sin freno del trabajo infantil, las trabas al desenvolvimiento de las mujeres en los puestos laborales.
Campesinos de varias zonas denunciaron las acciones de terratenientes en el desalojo, muchas veces violento, de las propiedades que por derecho ancestral les pertenece, o el saqueo y daño irreparable a los recursos de la Madre Tierra.
En esto último incluyen lo que denominan vandálico accionar de las compañías transnacionales, sobre todo las dedicadas a la extracción y procesamiento de tesoros minerales, como oro, plata y petróleo.
No faltaron las consignas y llamados a ejercer un sufragio justo en las elecciones generales de septiembre próximo, de las cuales saldrán las nuevas máximas figuras del poder Ejecutivo, los 33 alcaldes y los diputados al Congreso de la República.
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