A escasos días de que Honduras pueda ser reincorporada a la Organización de Estados Americanos (OEA), aun se suscitan hechos que no son usuales en un país civilizado
Por Ronnie Huete
Tegucigalpa, 25 de may. Nuevamente el irrespeto a la prensa toma protagonismo en Honduras, cuya nación es catalogada como el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo después de Pakistán.
La terrible represión que los elementos de la Policía Nacional perpetuaron el día de ayer en el Instituto Luis Bogran del Distrito Central es un hecho que es condenado ante el mundo civilizado.
El hecho ocurrió en medio de una protesta pacífica protagonizada por un grupo de estudiantes que exigían el respeto a su derecho constitucional al estudio, puesto que al no tener un maestro de matemáticas, los alumnos decidieron expresarse según el amparo que les proporciona la ley.
Sin embargo, como ya es característico de la Policía Nacional, cuyos hechos los delata como unos analfabetos que desconocen la Constitución de Honduras, los hizo reaccionar de forma retrograda al introducirse a las instalaciones del instituto Luis Bogran y comenzar con una tortura en contra de los menores de edad que ahí se encontraban.
Atacan disparando
Según el testimonio de los detenidos, los estudiantes fueron agredidos física y verbalmente en medio de una humarada provocada por los gases lacrimógenos y las balas de verdad que los policías lanzaron como si se tratara de una guerra civil en donde ambas partes están armadas.
La única arma que poseían los estudiantes es la razón y su derecho de exigir una educación como lo establece la carta magna, sin embrago por haber hecho uso de este derecho fueron tirados al piso, golpeados, torturados y amenazados a muerte por parte de los que dicen “servir y proteger”.
Los estudiantes torturados fueron trasladados a la cuarta estación de policía situada en el barrio Belén de Comayagüela en donde los policías dieron continuidad a la tortura y cuyos gritos de los jóvenes revelaba los vejámenes a los que ya están acostumbrados a cometer los “elementos de seguridad estatal” contra el pueblo desarmado.
Ante este hecho y como es deber de la prensa nacional e internación archivar la historia, el fotorreportero Johny Magallanes, quien trabaja en un diario local de Honduras y a la vez es corresponsal internacional, fue a brindar cobertura de este suceso.
Amenazan a prensa
El fotógrafo comenzó hacer su trabajo de archivar la historia, sin embargo al entrar a una de las celdas de la estación policial, fue detenido por unos policías quienes procedieron a despojarlo de su cámara fotográfica, teléfono celular y de los cordones y faja del reportero, como si se tratase de un delincuente.
Johny Magallanes, describe que lo empujaron e intimidaron con palabras fuertes diciéndole que lo que estaba haciendo era un allanamiento de morada, sin embargo Magallanes asegura que los policías no deseaban que captara las imágenes de tortura que se estaban cometiendo en contra de los jóvenes.
Magallanes pasó de ser un fotorreportero a un detenido y le exigieron que borrara las imágenes que había hecho de los estudiantes del Luis Bogran. Uno de los policías que atento en contra del reportero es de apellido Flores, quien le exigía al fotógrafo eliminar de inmediato todo el trabajo periodístico que había hecho.
Una hora después de haberse suscitado estos hechos, el fotógrafo fue dejado en libertad, sin embargo los policías ya habían violentado la libertad de expresión, difusión y pensamiento en Honduras, cuyo derecho es universal según la carta mundial de los derechos humanos.
Condena internacional
Como periodista independiente y corresponsal de medios de comunicación en Latinoamérica condeno enérgicamente estos hechos que debilitan el respeto al derecho a la vida, y al trabajo de los periodistas.
Hago esta denuncia de carácter internacional a los organismos encargados de proteger la libertad de expresión, difusión y pensamiento, puesto que en Honduras después de 23 meses de vivir bajo un régimen espurio, dicta lo que se le plazca sin medir las consecuencias de las pérdidas de vidas humanas que esto puede acarrear.
Por lo tanto, en mi condición de periodista independiente hago un llamado a la Fundación The Rory Peck Trust (Fundación Rory Peck), cuyo trabajo histórico defiende la libertad de expresión y el libre ejercicio de los periodistas independientes en el mundo entero desde sus instalaciones en Londres, Inglaterra.
Igualmente a los colegas periodistas de la revista Caros Amigos (Buenos Amigos) que se edita en la ciudad de Sao Paulo, Brasil, así como a los compañeros del portal periodístico Desacato que se edita en la ciudad de Florianópolis en el mismo país hermano sudamericano.
Precedente Internacional
También a colegas de la Agencia internacional de Prensa Latina, cuya edición en la ciudad de la Habana en Cuba, ha informado con profesionalismo lo que ocurre en Honduras después de la asonada castrense del pasado 28 de junio de 2009 y a los comunicadores internacionalistas, originarios de la ciudad de Montevideo en Uruguay y cuyos nombres prefieren mantener en el anonimato.
De igual forma a la Agencia de Cooperación por la Paz en la ciudad de Valencia, España, cuyo trabajo en el mundo los caracteriza por la solidaridad internacional, así como al colega, periodista independiente Alessandro Delfiore, quien ha contribuido a romper con el cerco mediático impuesto en Honduras desde su país natal, Italia.
De forma unánime y públicamente comparezco ante ustedes a condenar internacionalmente los hechos que están ensangrentando a Honduras, cuyo contexto democrático es cada vez más invisible ante los ojos del mundo, puesto que los personeros que conforman los tres poderes del Estado hunden el concepto de nación que debería prevalecer en el corazón de América, Honduras.
Cualquier atentado o amenaza para el autor de este artículo es responsabilidad de quienes representan y gobiernan el Estado de Honduras.
*El autor de este artículo es corresponsal voluntario de la revista Caros Amigos editada en são Paulo, Brasil para Centroamérica, La Agencia informativa Latinoamericana Prensa Latina y El portal http://desacato.infoeditado em Florianópolis, Brasil
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