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sábado, 10 de diciembre de 2011

Carta abierta de jóvenes cubanos a Ban Ki-Moon



Sr. Ban Ki Moon

Secretario General

Organización de las Naciones Unidas

Sr. Secretario General

El mundo está en peligro de un nuevo conflicto armado de grandes dimensiones y, sin dudas, de consecuencias catastróficas. El argumento aludido para las últimas contiendas, particularmente la emprendida por los Estados Unidos de América y otros países miembros de la OTAN contra la República Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista, la cual derrocó a un gobierno legítimo e indujo el brutal asesinato de su Presidente Muamar el Gadafi, ha sido “la responsabilidad de proteger” a las poblaciones civiles en las regiones en conflicto, que pasaron de ser sujetos protegidos a “daños colaterales”, provocados por los bombardeos de la potente aviación de los países occidentales y que, en ningún caso, merecieron siquiera una tenue protesta contra los sádicos autores de estos crímenes. Lamentablemente, estos hechos han contado con la anuencia de la ONU, a pesar de quebrantar los principios fundamentales contenidos en la Carta.

El tratamiento discriminatorio de los derechos humanos en las Naciones Unidas provoca en nosotros indignación. Como jóvenes cubanos, conocimos del espurio ejercicio contra nuestro país, que mediante un relator especial, ejerció la anterior Comisión de los Derechos Humanos, basada en la presión política y el chantaje que burdamente ejercía Estados Unidos en ese órgano. Ahora, esas prácticas se retoman contra Libia primero, y actualmente contra Siria, en el marco del Consejo de Derechos Humanos. Ni qué decir sobre el ensañamiento y los crímenes que se cometen contra el pueblo afgano en una guerra que, al menos, cuenta con el silencio y la abstracción cómplice de gobiernos y de instituciones que se constituyeron para hacer respetar los fundamentos básicos del derecho internacional.

Compartimos con el resto de la humanidad la preocupación por el respeto a los derechos humanos en cualquier país, independientemente de su tamaño, condiciones económicas o poderío político y militar. Por eso encontramos inaceptable que no exista pronunciamiento en Naciones Unidas respecto al derecho a la educación, por ejemplo de los estudiantes chilenos que cada día son reprimidos en las calles por defender la necesidad de una enseñanza pública y de calidad. Nos preguntamos: ¿Por qué la ONU no se ha pronunciado en defensa de los derechos humanos de los miles de jóvenes que en Europa y Estados Unidos defienden su derecho a un nivel de vida adecuado, a un empleo y son desalojados de las plazas públicas y agredidos con las llamadas “armas no letales”? ¿Acaso no se están violando allí los postulados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948? ¿Acaso las Naciones Unidas tendrá dentro de sus planes analizar en alguno de sus órganos la situación del movimiento “Ocupemos Wall Street” para convocar una posible “intervención humanitaria” en los Estados Unidos, basada en la “responsabilidad de proteger”?

Nos pronunciamos en contra de la utilización manipulada de los derechos humanos como justificación para agresiones militares; nos oponemos a la intervención extranjera en los asuntos internos de las naciones; abogamos por la solución pacífica de los conflictos y, exigimos sean respetados los principios del Derecho Internacional.

Respetuosamente queremos invocar su responsabilidad como Secretario General, para promover el tratamiento universal de los derechos humanos, su carácter inalienable, interdependiente e indivisible. Es necesario desterrar para siempre de la práctica de la organización, la discriminación y las políticas de doble rasero, que son ejercidas en detrimento de los países subdesarrollados. El mundo necesita una mayor cohesión frente a desafíos globales que algunos se empeñan en minimizar, como el cambio climático, la expansión de la hambruna, y los conflictos armados; que pasan por temas como el derecho a un medio ambiente sano, a la alimentación y el derecho a la paz como garantía fundamental para el ejercicio del resto de los derechos humanos.

En nombre de nuestra juventud, consagrada a luchar por los sueños de justicia para Cuba y el mundo, que al decir del Comandante Fidel, es la base de nuestro patriotismo nuestro socialismo y nuestro internacionalismo,

Comisión Juvenil

Asociación Cubana de las Naciones Unidas

La Habana, 9 de diciembre de 2011

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