Buenos Aires. Miles de manifestante marcharon anoche en
esta capital –en una plaza oscurecida por un corte de luz provocado por
la municipalidad– y exigieron que la justicia no intente sacar al juez
federal de Dolores, (provincia de Buenos Aires) Alejo Ramos Padilla,
quien investiga la impactante red de extorsión, espionaje ilegal y
armado de causas falsas que estalló en febrero pasado y que involucra al
gobierno de Mauricio Macri, a sectores del periodismo oficialista y a
la justicia ligada a esta administración.
La marcha y un acto en Dolores, donde el juez Ramos Padilla es
respaldado por la población, demostró que las maniobras gubernamentales
para impedir una investigación verdaderamente independiente y pasarla al
reducto judicial del gobierno en los llamados Tribunales de Comodoro
Py, desbordó los límites de una sociedad en crisis.
Los diputados del bloque kirchnerista Frente para la Victoria
anunciaron este viernes que demandarán penalmente al ministro de
Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, por estar involucrado en
el delito de extorsión contra el ex juez Carlos Rozansky, a quien
solicitó la renuncia con el fin de apartarlo de una causa con la
complicidad de otros funcionario y de la presión periodística en una
verdadera trama extorsiva.
Los diputados advierten que al ataque a jueces independientes, como
Ramos Padilla, se une el hecho de que se haya entregado un guión escrito
por sectores de inteligencia al empresario Leonardo Fariña, quien para
evadir la cárcel y recibir un
salariopor declararse arrepentido, aceptó acusar a la ex presidenta Cristina Fernández e involucrarla falsamente en una causa artificial creada en los Tribunales de Comodoro Py.
La decisión de los congresistas se produce después de la presentación
de Rozansky como querellante ante Ramos Padilla presentando una
denuncia por extorsión contra Garavano y el ex juez y consejero de la
magistratura Luis María Cabral. El juez Rozansky participó en juicios
sobre delitos de lesa humanidad cometidos por la pasada dictadura
militar en el tribunal Federal 1 de la Plata, y ante Ramos Padilla
describió que a partir de una
violenta operación mediática, fue convocado a presentarse al Ministerio de Justicia donde le pidieron que solicitara su renuncia.
Rozansky presentó los audios de la reunión mantenida con Garavano y
Cabral demostrando que se le amenazó con llevarlo a juicio político,
como sucedió con otros jueces perseguidos por el gobierno actual por su
independencia.
Esta maniobra estaba destinada a convencer a Leonardo Fariña –a quien Rozansky investigaba por
evasión agravada– de que con la renuncia del juez le aseguraban la libertad si cumplía con el pacto de
arrepentirsey contar la falsa historia que involucraría a la ex mandataria.
Por su parte, Ramos Padilla se negó a investigar una causa que le
envió el juez Luis Rodríguez, iniciada por una denuncia del fiscal
Carlos Stornelli, basada en una carta
anónima que le tiraron bajo la puerta, según dijo, donde intenta establecer que la causa iniciada por el juez de Dolores surge de
un complot de los kirchneristasdetenidos ilegalmente por este gobierno, para dañar su reputación. Stornelli nunca se presentó a las citaciones del juez Ramos Padilla y está en situación de
rebeldía, pese a numerosas pruebas de su involucramiento.
Stella Calloni
Corresponsal
Periódico La Jornada
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