Caminata migrante
Tijuana, BC., Falta de oportunidades de empleo,
extorsiones de grupos criminales y la desesperación por la condición de
salud de su hijo, Bradly Isaú Velásquez Miranda, de cinco años, orilló a
Floridalma Miranda Jácome a brincar la valla de casi cinco metros que
divide a México de Estados Unidos, a la altura de Playas de Tijuana,
para entregarse a autoridades estadunidenses y solicitar asilo.
La joven de 20 años iba con su hijo y su cuñada, Jazmín Montserrat
Carrios Morelos, de 19 años y con tres meses de embarazo. Por la
pobreza, decidió buscar mejores condiciones de vida a más de 4 mil
kilómetros de Honduras.
Estamos desesperados; mi mujer ya tenía llagas en los pies de tanto caminar por todo México. Quiero que mi hijo tenga buen futuro en Estados Unidos, por eso se brincó el muro, dijo Selvil Velásquez Cáceres, pareja de Floridalma.
El cerco de alambre de púas con que autoridades estadunidenses
reforzaron la valla metálica no detuvo a las mujeres con el niño;
buscaron un hueco para brincar y entregarse a la Patrulla Fronteriza,
que se los llevó en un vehículo oficial. Horas antes un ciudadano
guatemalteco hizo lo mismo.
Selvin dijo que su hijo tenía fiebre desde tres días antes y que la
atención médica que le brindaron en Tijuana no fue suficiente.
Espero que en el otro lado le puedan conseguir un buen doctor y que mi esposa se quede allá para que puedan tener una vida mejor, dijo.
Jazmín Montserrat Carrios Morelos brincó la valla divisoria con la
intención de que le vaya mejor, ya que con lo que ganaba en Honduras no
le alcanzaba para sobrevivir, dijo su compañero Moisés Fernando Miranda,
quien también tiene 19 años. Antes de salir de Tegucigalpa ya sabían
del hijo que esperan, pero decidieron pedir asilo a Estados Unidos
porque en su lugar de origen no hay oportunidades para mejorar sus
condiciones de vida.
“Yo no había acordado nada con mi esposa; yo sabía que mi hermana
(Floridalma) se iba a brincar el muro; me enteré cuando vi que la
estaban subiendo a la camioneta de la migra; me dio mucho coraje porque pudo perder a mi hijo. Los pinches gringos hijueputas no la van a cuidar porque son unos perros”, afirmó Moisés
Antonio Maya
La Jornada BC
Periódico La Jornada
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