Jornalistas Livres
Adital
Por Laura Capriglione
Sinceridad, combatividad y espíritu crítico son
características del abogado Raimundo Bonfim, coordinador general de la Central
de Movimientos Populares del Estado de São Paulo (CMP-SP) y uno de los
dirigentes más influyentes del Frente Brasil Popular, una poderosa reunión de movimientos sociales, partidos de izquierda y
personalidades de la lucha por la emancipación de los trabajadores, constituido
el 5 de septiembre pasado.
Militante del Partido de los Trabajadores (PT) desde
hace más de 30 años (el único partido al cual se afilió a lo largo de su vida),
Bonfim está, como él mismo dice, "haciendo equilibrio en el filo de la navaja”.
Por un lado, defiende la democracia, la legalidad, y se opone a cualquier
intento de golpe contra la presidenta Dilma [Dilma Rousseff – PT]. "Nosotros no
flirteamos con la derecha bajo ninguna hipótesis”, dice. Por otro lado, Bonfim
es un crítico implacable de la actual política económica llevada a cabo por el
gobierno federal, bajo el silencio obsequioso del PT.
Raimundo Bonfim, coordinador general de la CMP.
Para el dirigente del Frente Brasil Popular, Dilma
tiene que retomar de manera urgente sus compromisos con la clase trabajadora, o
se transformará en una reina de Inglaterra: mantendrá el cargo, pero no gobernará,
entregando anillos y dedos al PMDB [Partido del Movimiento Democrático
Brasilero] y su caterva. "No elegimos a Dilma para esto. Y si no hacemos un cambio
rápido, el PT va a pasar a la historia como un partido corrupto y responsable de
la quita de derechos a los trabajadores y de la eliminación de conquistas
sociales que son patrimonio de toda la izquierda brasilera”.
Vea abajo la entrevista concedida por Bonfim a
Periodistas Libres, al final de la rueda de prensa en la que el Frente Brasil
Popular convocó a un Día Nacional de Lucha en Defensa de la Democracia, de
Petrobras y Contra el Ajuste Fiscal, el pasado sábado 3 de octubre.
Periodistas Libres — ¿Qué es el Frente
Brasil Popular?
Raimundo Bonfim — Se trata de un espacio que congrega a diversos
movimientos sociales, del campo y de la ciudad. Desde el movimiento sindical,
estudiantil y juvenil hasta la Marcha Mundial de las Mujeres; desde las
organizaciones LGBTs [Lésbicas, Gays, Bisexuales y Transexuales] hasta aquellas
que luchan contra el racismo y por los derechos humanos. Involucra a partidos
políticos y sectores de partidos políticos, como sectores del PSB [Partido
Socialista Brasilero], de Roberto Amaral; del PMDB, de Roberto Requião; del PT.
El Frente fue creado en Belo Horizonte [Estado de Minas Gerais] el 5 de
septiembre de este año, cuando se reunieron 2.600 militantes de todos los
estados de Brasil. Tres desafíos son la base de esta construcción:
- Juntar a los movimientos sociales para defender la democracia, contra el golpe y por la legalidad. No hay dudas entre nosotros en relación con esto;
- Luchar de manera clara y explícita contra el ajuste económico que penaliza a los trabajadores y sus derechos, y que quita recursos de las áreas sociales. Creemos que hasta cabe un ajuste fiscal. Pero que este ajuste recaiga sobre el piso superior, tasando las grandes fortunas, las herencias, combatiendo la evasión fiscal;
- Volver a debatir con el movimiento social para que avancemos en las reformas estructurales, como la Reforma Agraria, las Reformas Urbana, Educativa, Política (eliminando el financiamiento empresarial de campaña)… Sin olvidar la Reforma Tributaria, obligando a los ricos a pagar impuestos, y no como sucede hoy, que la masa asalariada es la única que paga impuestos.
Periodistas Libres — El PT nació de los
movimientos sociales, a fines de los años 1970, comienzo de los 1980, y usted estaba
en ese proceso de construcción. La creación del Frente Brasil Popular, ahora, ¿significa
que el PT ya no es capaz de acoger las reivindicaciones del movimiento popular?
Raimundo Bonfim — En primer lugar, es preciso dejar claro que esta
iniciativa del Frente es de los movimientos sociales. No es una iniciativa
partidaria, mucho menos del PT, aunque haya sectores del PT que lo estimularon.
Pero no fue una acción partidaria.
Después, debo decir que lo lamento –ya que estoy afiliado
al PT, que siempre fue mi único partido–, pero mi impresión es que el PT, dada
su intervención en los últimos 12 años, perdió la credibilidad para liderar el
movimiento social brasilero en esta coyuntura adversa que estamos enfrentando.
La gobernabilidad a cualquier costo, concretada en la
actual reforma ministerial, defendida por el gobierno federal y a la que el PT
no se opuso, está intentando salvar el mandato de la presidenta Dilma,
entregando el gobierno más a la derecha, más a sectores de la burguesía. Es una
pena que esto esté ocurriendo, en lugar de que el gobierno intente repactar con
su base social, aquella misma que fue fundamental en la elección de la
presidenta Dilma en 2014.
Esta estrategia es un desastre porque cada vez más el
gobierno de Dilma queda como rehén de esos sectores de la derecha. Ahora, esto
puede, en teoría, salvar el mandato hasta 2018, pero al costo de aplicar una
política neoliberal, un ajuste fiscal que será dañino para la clase trabajadora
y para los movimientos sociales.
Lanzamiento del Frente Brasil Popular, en Minas Gerais.
Quitar recursos a las áreas sociales, elevar la tasa
de interés de la manera en que se está elevando y entregando ministerios
estratégicos, como el de Salud, a gente que está en contra del programa Más
Médicos… Esto es una situación muy difícil que están atravesando, de manera
general el Partido de los Trabajadores y la izquierda. Porque se privilegian la
gobernabilidad, la conciliación y el pacto de clases, cuando éstos están obviamente
quebrados.
Para mí, los movimientos sociales están cumpliendo su
papel con mucha dificultad porque en estos últimos años, en cierta manera, el
PT acabó arrastrando a los movimientos sociales a este pacto. El resultado es
que se abandonó la disputa por la hegemonía de la sociedad, la formación
política, el debate ideológico.
Yo milito en el movimiento social desde hace casi 30 años
y lo que estoy viendo ahora es que los movimientos sociales tomaron la decisión
de tener autonomía en relación con el PT, tener autonomía en relación con el gobierno.
Los movimientos sociales están diciendo que no es posible concordar con este
ajuste económico y con esta pauta de quita de derechos a los trabajadores y de
retroceso social.
Es increíble, por ejemplo, que el gobierno esté
discutiendo la extinción de ministerios que fueron estratégicos para la lucha
social, como el de Derechos Humanos, de la Igualdad Racial, de Mujeres. Es una
pauta de la derecha, a la que el PT está cediendo. ¿Hasta cuándo? No sabemos.
Periodistas Libres — ¿Es posible estar en
contra del guiño a la derecha del gobierno y al mismo tiempo defenderlo contra
la saña de los golpistas?
Raimundo Bonfim — Estamos intentando
hacer equilibrio entre estas dos vertientes. No es fácil. Estamos en contra del
golpe y en defensa de la democracia, ya que no hay ningún elemento legal para
quitar a la presidente Dilma del puesto. Esto es un intento de la derecha
radical. Para nosotros, está claro que toda la izquierda sufrirá si se produce
un juicio político a la presidenta Dilma. Será muy doloroso para todo el
movimiento social brasilero. Por otro lado, no estamos en condiciones de dar apoyo
a las medidas que este gobierno está adoptando. Recuerde que la presidenta
Dilma fue electa con un programa claramente de izquierda. Hasta más de lo que lo
era en 2010, o en 2006.
Fue una campaña polarizada, e indicaba que el segundo
mandato de la presidenta Dilma sería más progresista inclusive que el primero.
Y sin embargo, luego en la composición de los ministerios, vinieron Joaquim
Levy, de la Bradesco, Katia Abreu, del agronegocio, Armando Monteiro en Industria,
Gilberto Kassab en el área de ciudades. Dilma marcó entonces una ruptura con
los movimientos sociales. E inmediatamente vinieron las medidas del ajuste
fiscal, con la elevación de la tasa de interés y la escasez de recursos en las
áreas sociales…
Presidenta Dilma Rousseff y la ministra de la Agricultura, Kátia Abreu, defensora de los ruralistas.
Pero nosotros somos movimientos sociales y no
flirteamos con la perspectiva de golpe señalada por la derecha. Nuestros
métodos son la lucha, en las calles, por las reivindicaciones. Vamos a las
calles a exigir que Dilma recomponga sus relaciones con el movimiento social,
cambiando la actual política económica.
Este método de entregar los anillos, las manos y los
brazos al PMDB no tendrá fin. Son seis ministros hoy, dos más mañana, tres pasado
mañana. Y cuando ella lo perciba, estará sola, como una reina de Inglaterra,
sin ningún poder de mando.
No elegimos a Dilma para eso. Si no hacemos un cambio
rápido, el PT va a pasar a la historia como un partido corrupto y responsable de
la quita de derechos a los trabajadores y de la eliminación de conquistas
sociales que son parte de la historia de la izquierda brasilera. Por nuestra
historia, por nuestra trayectoria, ¡no lo permitiremos!
Para leer el Manifiesto del Frente Brasil Popular,
haga clic en http://migre.me/rEuoD
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