Red Tercer Mundo
Adital
Finalmente concluyeron las negociaciones sobre el
Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP). Si bien el texto oficial aún no se
ha hecho público, a partir de informes de prensa y textos filtrados pueden
hacerse algunos comentarios preliminares. En primer lugar, el comercio es solo
una parte del TPP.
Por Martin Khor*
Tanto o más
importante son la inversión, la propiedad intelectual, las compras del sector
público, las empresas estatales, los asuntos laborales y el medio ambiente. Los
aspectos comerciales directos deberían tener un beneficio tan enorme que
compensen con creces las desventajas de estos capítulos. De lo contrario, ¿para
qué entrar en él?
En materia de
propiedad intelectual es donde tal vez se concentren los mayores efectos
adversos. Médicos Sin Fronteras, que
definió al TPP como "el peor acuerdo comercial para el acceso a los
medicamentos”, advirtió que el aumento de precios por la ampliación de los
monopolios de las grandes compañías farmacéuticas perjudicará a los pacientes
de los países en desarrollo y retrasará la competencia de los medicamentos
genéricos.
En materia de
inversión, el TPP abre el camino para que las empresas extranjeras sean
tratadas en pie de igualdad o mejor que las locales, a la vez que prohíbe al
Estado anfitrión imponer "requisitos de desempeño”.
El TPP también
contiene el cuestionado sistema de solución de diferencias inversionista-Estado,
que permite a los inversores extranjeros demandar al país anfitrión ante un
tribunal internacional. El acuerdo contemplaría algunas salvaguardias, como
reducir la capacidad de las empresas para hacer reclamaciones frívolas, pero no
se sabe exactamente en qué consisten éstas.
En cuanto a las
empresas de propiedad estatal, el TPP impondrá disciplinas y normas acerca de
cómo deben funcionar, las subvenciones que pueden o no recibir y el requisito
de que no sean discriminatorias (léase, que no den preferencia a las empresas
locales).
La política de inversiones, las compras del sector
público, las empresas estatales y el acceso a los medicamentos, que ocupan un
lugar central en la economía de muchos países en desarrollo, ahora deben ser
defendidas como excepciones y flexibilidades. Éste es un trago amargo y habrá
que ver si vale la pena tomarlo.
El debate sobre
el TPP se intensificará ahora que terminaron las negociaciones y todavía faltan
otros dos años para que sea ratificado y entre en vigor. Así que no se trata de
un "hecho consumado”. El verdadero debate apenas está comenzando.
*es director ejecutivo del Centro del Sur.
Fuente: Red del
Tercer Mundo
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