Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
El renminbi ya es la cuarta divisa más usada en los pagos globales con
una participación de 2.79 por ciento, superando al yen nipón, mientras
EU conserva su supremacía con 65 por ciento. En la imagen, un empleado
cuenta yuanes en el Banco de ChinaFoto Reuters
En el intermezzo de
la triunfal visita del mandarín Xi Jinping a Gran Bretaña (GB), Alan
Wheatley y Paola Subacchi –adscritos al británico Royal Institute of
International Affairs, conocido como Chatham House: uno de los principales think tanks
del mundo–, juzgan que el primer ministro David Cameron “parece haber
concluido que los riesgos de su amigable relación con Pekín son
superados por la importancia de China para la primacía (sic) financiera
de Londres (https://goo.gl/05cEAD)”.
Es mucho más que la preponderancia de la plaza de la City (Londres):
se trata de la conectividad geofinanciera entre GB y su antigua colonia
Hong Kong de casi 8 millones de habitantes, reincorporada en 1997 a
China bajo el singular acuerdo de
un país, dos sistemas, donde GB se despacha con la cuchara grande en su óptimo sector financiero.
Cuando regresé hace dos años a Hong Kong, la máxima entidad neoliberal del planeta y hoy
región administrativa especialde China, me asombró el precio de medio millón de dólares el metro cuadrado en su zona financiera, lo cual es entendible cuando se coteja el Índice de Desarrollo Financiero (http://goo.gl/7xCsaR), donde el ranking de sus tres primeros sitiales lo ocupan Hong Kong (1), Estados Unidos (EU) (2) y GB (3), frente al anodino desempeño de los BRICS: Brasil (32), Rusia (39), India (40), China (23) y Sudáfrica (28).
El sector financierista global, donde prevalece la anglósfera, es el
talón de Aquiles de los BRICS, superados ampliamente por el ancien régime del G-7: Canadá (6), Japón (7), Alemania (11), Francia (14) e Italia (30).
Los dos analistas Wheatley y Subacchi consideran que “un principal
objetivo del cortejo (sic) asiduo de GB a Pekín es posicionar a Londres
como el principal centro off-shore fuera de Asia para las transacciones del renminbi (RMB, por sus siglas en inglés) conforme se internacionaliza”.
En su discurso al Parlamento británico, el mandarín Xi describió a Londres como “el líder del centro de las transacciones off-shore del RMB después de Hong Kong”.
El Banco del Pueblo de China, su banco central, acaba de colocar
bonos a un año por 5 mil millones de RMB, sobresuscritos seis veces,
mientras el ministerio de Finanzas de China contempla vender deuda en
Londres, con el cual ha casi duplicado su acuerdo bilateral de swaps
(permutas financieras a futuro) por 350 mil millones de RMB.
A juicio de los dos analistas,
estos anuncios aparentemente arcanos (sic) son extremadamente significativos tanto para el éxito financiero continuo de Londres como también para las ambiciones de China en promover el RMB como una divisa cada vez más usada, no solamente para el comercio, sino también como inversión global.
Para los dos analistas
asegurar el negocio del RMB en Londres no acarrea riesgos políticos, ya que es una
propuesta ganar-ganar para ambas partes, cuando
ya Londres lucha con Nueva York como el primer centro financiero global, pero enfrenta competencia en Europa, como encrucijada del RMB, de parte de Francfort, Luxemburgo y París.
Los analistas concluyen que
para GB, una mediana (¡supersic!) potencia en declive relativo, pensar estratégicamente cómo jugar con el acelerado crecimiento de la segunda economía del mundo, hace sensato su cortejo.
Cuando se mide el PIB por su poder adquisitivo, China es ya la
primera superpotencia geoeconómica del planeta, donde India ha superado a
Japón del tercer lugar, Rusia (6) prácticamente se encuentra empatada
con Alemania (5) y GB ha sido relegada por Brasil (7) a un mediocre
décimo lugar para sus ínfulas imperiales oxidadas e, incluso, rebasada
lastimosamente por Indonesia (9).
Chatham House, en conjunción con la prestigiosa Academia de
Ciencias Sociales de China, se consagró a la exploración del RMB desde
inicios de 2015 tanto para su
estrategia de internacionalizacióncomo para la “liberalización de cuentas de capital (https://goo.gl/7j2rgg)”.
Después de la crisis financiera global de 2008, que afectó la
exposición de China a la contracción de la liquidez global del dólar,
Helena Huang, de Chatam House, expone que
desde 2009 el Banco Central chino ha lanzado un número de iniciativas para reducir su dependencia al dólar y promover un mayor uso del RMB en los mercados globales.
Un grave problema que enfrenta el RMB
es que no es totalmente convertible, por lo que el Banco Central chino “se ha concentrado en tomar medidas para promover el uso del RMB en el comercio internacional y para establecer mercados off-shore, más notablemente en Hong Kong”.
A finales de 2013, el gobierno comunista chino delimitó una zona piloto de libre comercio para el RMB en la plaza de Shangai.
Hoy Asia, encabezada por Hong Kong, se ha posicionado de lejos como el principal tenedor de depósitos del RMB off- shore,
seguido por Taipei, Singapur, Macao y Seúl. Del lado europeo,
Luxemburgo ostenta casi cuatro veces los depósitos de París, 5.5 veces
los de Londres y casi 80 veces los de Francfort.
Las cuatro plazas europeas juntas no alcanzan los depósitos de Macao,
uno de los principales centros de casinos del planeta y antigua colonia
portuguesa que también ha sido reincorporada a China bajo el esquema
creativo de “un país y dos sistemas (http://goo.gl/KZPhQE)”.
Días después del “abandono de GB a EU por China (http://goo.gl/KW3XXn)”,
Reuters anunció que el FMI –donde todavía EU tiene el derecho omnímodo
de su veto– decidirá en unos días la incorporación del RMB a su caduca
canasta cuatripartita de divisas –dólar, euro, yen nipón y libra
esterlina– que conforman los derechos especiales de giro (DEG: su divisa
virtual).
Hoy los cuatro grandes miembros europeos del G-7 –GB, Francia,
Alemania e Italia– están dispuestos a apadrinar la incrustación del RMB a
los DEG. ¿Podrá el gabinete Obama detener el inevitable ingreso del RMB
a la canasta de los DEG del FMI?
Swift reporta que el RMB ya es la cuarta divisa más usada en
los pagos globales con una participación de 2.79 por ciento, superando
al yen nipón, mientras EU conserva su supremacía con 65 por ciento (https://goo.gl/s0GJVB). En sólo un año, el uso del RMB pasó del séptimo al cuarto lugar.
Se descuenta la sinergia entre el RMB con la libra esterlina y el
euro –antes de que lo degluta EU– que empezarán a carcomer la supremacía
del omnipotente dólar, mientras China fustiga el
bono hegemónicode EU que constituye el “¡9.36 por ciento del PIB global (http://goo.gl/F43dh5)!” y casi la mitad del PIB del propio EU.
¿Permitirá EU, sin refunfuñar, el irresistible ascenso del RMB
apuntalado por GB? En el décimo Seminario sobre Economía Mundial 2015
–del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM– abordo hoy, en
mi conferencia magistral La guerra geofinanciera entre el dólar y el yuan/renminbi, que (en)marcará toda la década.
GB y China gestionan la reconfiguración del nuevo orden geofinanciero (http://goo.gl/d2z36b), mientras Irán busca ser incorporado al flamante Banco de Desarrollo de los BRICS (http://goo.gl/TSgPyM).
La respuesta de EU ha sido militar (http://goo.gl/DKfRsd):
envió un barco de guerra a patrullar el sensible Mar del Sur de China,
donde se condensan las tensiones multidimensionales entre Washington y
Pekín.
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