Hace tan sólo semanas
atrás, las redes sociales, medios de información corporativas y
alternativos, y “analistas”, mostraban las mareas urbanas de “chapines”
indignados contra la corrupción con suficiente voltaje como para dar un
golpe de timón al sistema político que mantiene a Guatemala en la
hecatombe. Pero, ahora, con los resultados de la “fiesta electoral”
reciente, el silencio y algunos signos de lamentos tenues se apoderan de
la atmósfera “revolucionaria”, como cuando por equivocación se le
aplica una pócima errada a un ser querido herido.
Jhon Holloway
sostiene que “el movimiento de indignados del presente siglo es una
energía humana intermitente que recorre por todo el Planeta”. Y esta
vez, tocó tierra en Guatemala. Aunque, B. de Sousa Santos, indica que:
“los ocupa plazas no son movimiento social”. Sea cual fuera el caso, al
parecer, con el “sacrificio expiatorio” de la yunta Pérez-Baldetti, la
“marea de alto voltaje” se difumina en corrientes sin mayores energías
en Guatemala urbana.
Al gobierno de los EEUU. le interesa
reconquistar su feudo centroamericana y repeler toda amenaza china,
rusa, suramericana u otra. A los ricos de Guatemala, aglutinados en el
Comité de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y
Financieras (CACIF), les interesa mantener, a cualquier costo, sus
monopolios y privilegios.
El gobierno de los EEUU. actuó
mediante la CICIG y su Embajada. Los ricos del país, mediante los medios
de información, instituciones públicas, universidades, iglesias y
“analistas”
El reciente teatro de la “lucha frontal contra la
corrupción”, amplificada por la marea urbana de indignados movilizados,
fue ideado por ambos actores, aunque actuaron mediante agentes
secundarios.
El gobierno norteamericano actuó mediante su
Embajada y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala
(CICIG). A esta última, el gobierno yanqui financia con más del 50% de
su presupuesto anual (que para 2015 es de 14 millones de dólares), y
condicionó los mil millones de dólares de la Alianza para la Prosperidad
a cambio de la prórroga del mandato de la CICIG.
Los ricos del
país actúan mediante algunas estructuras estatales (como el Judicial,
Legislativo y Electoral, en este caso), sus medios masivos de
información, universidades y centros culturales, analistas/opinadores,
iglesias.
Estos dos actores idean escenarios verosímiles como
guiones de teatro. Luego, mediante su monopolio mediático, instalan en
la mente individual y colectiva de su audiencia teledirigida “los
móviles emotivos” hasta movilizar la voluntad de las masas.
En
el fondo, a ellos no les interesa Guatemala. No les interesa la
corrupción, ni la moral pública. No les interesa la institucionalidad
pública. Mucho menos “la miseria y el analfabetismo por culpa de la
corrupción”, como enarbolaron para activar la movilización. Un pueblo
miserable e ignorante es garante de trabajo esclavo para ellos.
Ni a los EEUU., ni al CAFIC les interesa la lucha contra la corrupción
Con
el teatro de la “lucha contra la corrupción”, el gobierno de los EEUU.
buscaba deshacerse del “desleal” y “desobediente” Otto Pérez (y
escarmentar a sus sucesores), y acelerar la Alianza para la Prosperidad
(programa para el Triángulo del Norte: Guatemala, Honduras y El
Salvador), que a su vez dinamiza el soñado Proyecto Mesoamericano (ex
Plan Puebla-Panamá) que empata con la Integración de la Infraestructura
Regional de Sur América (IRSA). Claro, aparte de recuperar el control
sobre la industria de la droga/armas en la región.
CACIF buscaba
evitar que cualquier intruso, como Manuel Baldizón (multimillonario
emergente que les hace competencia), fuese electo Presidente de la
República, el 6 de septiembre reciente.
No podían suspender o
postergar las elecciones porque temían que el alambrado de la
“institucionalidad” del país reventase por la presión. Y, de yapa, CACIF
logró expiar su “culpa corruptora” con el sacrificio “cuasi místico” de
la yunta de corruptos Pérez-Baldetti.
Ahora, ¿dónde está o en
qué queda la marea humana de indignados? ¿El Ministerio Público o la
CICIG acusarán a algún empresario corruptor asociado en el CACIF? ¿Por
qué callaron los oscuros antecedentes del equipo político/militar que
está detrás de Jimmy Morales? ¿Se podrá luchar contra la corrupción con
militares corruptos en el poder?
Sabían quienes estaban detrás de Jimmy Morales, pero callaron para que la ciudadanía indignada votase por él
Se
celebraron las elecciones generales. La participación en las urnas fue
histórica (con más del 70% de concurrencia). Las y los indignados que
ocuparon las plazas salieron a votar. Pero, la sorpresa fue que la
citadinidad indignada no estaba informada, y eligió una opción peor de
lo que acababan de “destituir/enjuiciar”.
Jimmy Morales,
candidato preferido en las urnas, el 6 de septiembre, no sólo padece de
un discurso vacío y de ausencia de programas sociales, sino que el
humorista representa los intereses del sector militar y empresarial más
retrógrada, racista, homofóbica y antidemocrática existente en
Guatemala. De sus 8 diputados electos, varios son ex militares
responsables de delitos de lesa humanidad cometidos durante el conflicto
armado interno.
Aunque no quiere revelar el nombre de su
gabinete ministerial, pero el equipo de gobierno de Morales estaría
conformado por ex militares y empresarios que ya ejercieron función
pública durante el reciente gobierno corrupto del ex militar
“descabezado”.
Esta es la “novedad” que ni la CICIG, ni el
CACIF-medios de información, ni la Embajada persuadieron a electores
indignados que corrieron a las urnas a votar por el: “Ni ladrón. Ni
corrupto” (slogan electoral de J. Morales). El teatro electoral los
atrapó con la resaca de la borrachera destituyente casi simultáneo.
Ni
tan siquiera la ciudadanía indignada se tomó la tarea de averiguar de
quién es el partido político Frente de Convergencia Nacional
(FCN-Nación). Una organización fundada, en 2008, nada menos que por ex
militares que masacraron a la población civil a finales del pasado
siglo. A su vez integrantes de la Asociación de Veteranos Militares
(AVEMILGUA), creado en 1995 (año antes de la firma de los Acuerdos de
Paz).
Tampoco se difundió, o le prestaron atención, que Jimmy
Morales, lanzó su candidatura recién el 17 de mayo, al día siguiente de
la segunda histórica movilización citadina de indignados en Guatemala
(16/05), con su patético slogan: “Ni corrupto. Ni ladrón”. Otra
evidencia que el pulso de la marea urbana de indignados sí que estuvo
monitoreada/teledirigida por agentes externos.
¿Será que la ciudadanía indignada se indignará con este “caballo de Troya” en la segunda vuelta?
Después
de todo, nada está decidido aún. El electorado guatemalteco tiene la
reducida opción de reorientar o atenuar su destino el próximo 25 de
octubre, en la segunda vuelta de elecciones generales para Presidente.
Está
demás decir que Jimmy Morales, al no tener estructura partidaria a
nivel nacional, ni presencia significativa en el Congreso (8 de 158
diputados), no podrá lidiar con todos los conflictos latentes en el
interior del país por la excesiva violencia recargada que los impunes
agentes neoliberales imponen sobre comunidades y pueblos.
Por los
rostros que comienzan a aparecer, detrás de la fachada del humorista
presidenciable, todo hace ver que la industria de la corrupción pública
continuará campante e impune en el país. Está suficientemente demostrado
que militares en el poder son sinónimo de corrupción despótica. Y mucho
más si ya vienen de ejercer función pública con gobierno corruptos.
La
segunda opción política que tiene Guatemala es Sandra Torres, ex
Primera Dama durante el gobierno de Álvaro Colom. Conocida por los
programas de asistencia social, pero rechazada en las ciudades por el
mediático síntoma antiSandra creada por los medios de información del
CACIF. Es una empresaria emergente que proviene del interior del país,
por tanto no goza de la aceptación de los ricos “abolengos”. Es posible
que la CICIG, en los próximos días, revele algunos “secretos” en contra
de esta candidata, también de los ricos.
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