Adital
El Indepence National Historical Park, en Filadelfia, Estados Unidos, considerado
"la milla cuadrada más histórica de América” por sus numerosos edificios
vinculados con la Guerra de Independencia de Estados Unidos de Gran Bretaña
(1763-1783) fue este sábado, 26 de septiembre, el escenario del encuentro del
Papa con la comunidad hispánica y otros inmigrantes. El tema central fue la
libertad religiosa y la defensa de las raíces propias de cada individuo y de
cada pueblo.
A su llegada, los representantes
de los Encuentros Nacionales del Ministerio Hispano, presentaron al Sumo
Pontífice para que los bendijese la "Biblia Católica para la Familia y para el
Joven” y la Cruz de los Encuentros, que se lleva en peregrinación por todo
Estados Unidos antes de la preparación de cada evento. La iniciativa, comenzada
en 1972, se propone dar protagonismo a la comunidad hispano-latina en la vida y
las decisiones de la Iglesia Católica en el país. El próximo Encuentro tendrá
lugar en enero de 2017.
En el discurso que dirigió a los
miles de personas reunidas en el Parque, el Papa subrayó que uno de los
momentos más destacados de su visita era su presencia en el Independence Mall,
el lugar de nacimiento de los Estados Unidos de América, donde fueron proclamadas
por primera vez las libertades que definen ese País. "La Declaración de
Independencia proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales;
que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que los
gobiernos existen para proteger y defender esos derechos. Pero la historia
también muestra que estas y otras verdades deben ser constantemente
reafirmadas, nuevamente asimiladas y defendidas”, afirmo Francisco.
Él recordó las grandes luchas que
llevaron a la abolición de la esclavitud, la extensión del derecho de voto, el
crecimiento del movimiento obrero y el esfuerzo gradual para eliminar todo tipo
de racismo y de prejuicios contra la llegada posterior de nuevos americanos. "Esto
demuestra que, cuando un país está determinado a permanecer fiel a sus
principios, a esos principios fundacionales, basados en el respeto a la
dignidad humana, se fortalece y se renueva. Cuando un país guarda la memoria de
sus raíces, sigue creciendo, se renueva y sigue asumiendo en su seno nuevos
pueblos y nueva gente que viene a él”.
Después habló de la importancia de
recordar el pasado porque "un pueblo que tiene memoria no repite los errores
del pasado; en cambio, afronta con confianza los retos del presente y del
futuro. La memoria salva el alma de un pueblo de aquello o de aquellos que
quieren dominarlo o quieren utilizarlo para sus propios intereses”. Y reiteró
su deseo de reflexionar en un lugar símbolo del modelo de los Estados Unidos
americano del derecho a la libertad religiosa. "Un derecho fundamental que da
forma a nuestro modo de interactuar social y personalmente con nuestros
vecinos, que tienen creencias religiosas distintas a la nuestra”.
Para Francisco, en un mundo en el
que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad
religiosa, de reducirla a una subcultura sin derecho a voz y voto en la plaza
pública, o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad,
es necesario que los fieles de las diversas tradiciones religiosas unan sus
voces para clamar por la paz, la tolerancia, y el respeto a la dignidad y a los
derechos de los demás.
El Papa se dirigió a los miembros
de la "gran población hispana de los Estados Unidos” así como a los
representantes de los inmigrantes recién llegados declarando que "muchos de
ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la
esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que
tengan que afrontar”.
Francisco pidió a los inmigrantes
que no olvidaran que traen muchos dones a la nación estadounidense. ‘Por favor,
no se avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que
aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta tierra
americana. Repito, no se avergüencen de aquello que es parte esencial de
ustedes”.
"Pienso, en particular, en la
vibrante fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida
familiar y los demás valores que han heredado. Al contribuir con sus dones, no
solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde
dentro”.
Con informaciones de Vatican News.
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