Está en manos de los ministros del Superior Tribunal de Justicia (STJ) la decisión de imponer la reparación por los daños de uno de los mayores desastres ambientales, sociales y culturales de la historia. El caso de los damnificados por Chevron-Texaco, en las provincias de Orellana y Sucumbíos, en la Amazonia ecuatoriana, llegó a la Justicia brasilera después de que la petrolera se negó a pagar la indemnización de US$ 9,5 mil millones prevista en la decisión de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador. Para dar visibilidad al caso y presionar por la reparación, Pablo Fajardo y Humberto Piaguaje, defensores de los derechos humanos e integrantes de la Unión de Afectados por la Petrolera Chevron-Texaco (UDAPT), están en Brasil para articularse con movimientos sociales y organizaciones brasileras.
Pablo Fajardo (Y) y Humberto Piaguaje (D). (Foto: Thiago Mendes/PACS) |
"La Justicia brasilera tiene la oportunidad ahora de demostrar al mundo que es independiente y transparente. El oponente en este caso es una de las mayores [empresas] del mundo, que tiene más de 2.000 abogados trabajando a tiempo completo contra nosotros. Chevron hace un gran esfuerzo para transformar a las víctimas en criminales y a la empresa en víctima”, resalta Fajardo, abogado que defiende a los damnificados por la compañía en Ecuador, en una batalla judicial que ya dura casi 22 años. Él cuenta que Chevron se aprovechó de la demora de los procesos judiciales. Cuando el caso fue cerrado en la Justicia de Ecuador, con una posición favorable a los afectados por Chevron en 2012, la empresa ya no tenía más bienes en el país, lo que fue un obstáculo para la expropiación de activos y para la reparación a los grupos perjudicados. Ante la situación, la UDAPT decidió comenzar acciones legales en otros países donde la petrolera tiene emprendimientos. Además del proceso en el STJ brasilero, se abrieron otros en Argentina y Canadá.
Una de las piscinas de petróleo abandonadas por Chevron. (Foto: UDAPT) |
De acuerdo con Fajardo, la empresa fue hallada responsable de la contaminación de 480 mil hectáreas de la Floresta Amazónica ecuatoriana, por el derramamiento de 60.000 millones de litros de agua tóxica y por la formación de mil piscinas de residuos contaminantes al lado de los pozos de petróleo perforados. Se estima que por lo menos 30.000 personas han sido directamente perjudicadas. Fajardo resalta que el daño fue tanto que no es tan fácil mensurar los impactos indirectos. "Los ríos llevaron el agua tóxica también a la Amazonia en Brasil y en Perú”, ejemplifica.
Racismo ambiental
Para el abogado, las acciones de Chevron no pueden ser vistas sólo como accidentes. "La empresa hizo todo lo que hizo con la clara intención de obtener más lucro”, dice. Él caracteriza a las actividades de la petrolera como "absolutamente racistas”, recordando que entre los más perjudicados hay seis pueblos indígenas: Cofans, Siona, Siekopai, Secoyas, Tetetes y Sansahuari; estos dos últimos "desaparecieron inmediatamente en los primeros años de actuación de Chevron en Ecuador”.
El indígena Humberto Piaguaje, portavoz de los Siekopai en el juicio contra la petrolera, destaca que las consecuencias de esta degradación también están en la salud de la población. Las áreas directamente afectadas registran los más altos índices de cáncer en el país. Hubo por lo menos 2.000 muertos por la enfermedad en las regiones impactadas por la petrolera. En las poblaciones de las provincias de Orellana y Sucumbíos se esparcieron enfermedades como la leucemia, principalmente entre los niños, y el cáncer de útero, estómago, hígado y pulmones entre los adultos.
Piaguaje perdió a siete familiares víctimas de cáncer. (Foto: Thiago Mendes/PACS) |
Sin información del Estado o de la empresa, Piaguaje relata que muchos bebieron el agua contaminada y consumieron pescado de los ríos contaminados. "Durante toda mi vida, vi cómo fueron siendo afectados nuestros ríos, nuestra selva, nuestro aire. A lo que era un paraíso de belleza natural, de donde podíamos tomar peces, tomar medicamentos en la floresta para poder, sobre todo, tener una vida digna, vino la actividad de la petrolera, sin respeto por las vidas de los humanos y de la naturaleza”, recuerda él, que perdió a siete parientes víctimas de cáncer.
En su paso por Río de Janeiro, los dos defensores de los derechos humanos y ambientales estuvieron reunidos el pasado 17 de septiembre con organizaciones y movimientos sociales, en una rueda de diálogos y estrategias organizada por la FASE, por Justicia Global y por la Campaña Chevron Tóxico. Esta actividad apuntó a fortalecer una lucha que atraviesa fronteras. Diana Aguiar, del Grupo Nacional de Asesoría (GNA) de la FASE, destaca que el caso es uno de los más emblemáticos de una "arquitectura corporativa de impunidad global”. "No sin fundamento es seguido por diversos movimientos sociales. Si se hace justicia en el caso de Chevron en Ecuador, tendremos un precedente muy importante para las víctimas de otros casos [de violaciones cometidas por transnacionales]”, destaca. En los próximos días, Fajardo y Piaguaje se reunirán con organizaciones de la sociedad civil brasilera, en São Paulo y Brasilia.
Entienda el caso
Chevron operó en Ecuador entre las décadas de 1960 y 1990. El litigio contra la petrolera comenzó en 1993 en Estados Unidos, país de origen de la empresa. Nueve años después, el proceso volvió a Ecuador. En 2012, los damnificados, finalmente, lograron una decisión judicial favorable de la Suprema Corte ecuatoriana. La empresa fue condenada a pagar US$ 9,5 mil millones, pero retiró todos sus bienes del país.
Indígenas Secoyas, uno de los seis pueblos afectados por Chevron. (Foto: UDAPT) |
En Brasil, el Ministerio Público Federal (MPF) se manifestó en mayo pasado contra la homologación de la sentencia. Antonia de Araújo Lima, abogada defensora de los afectados por Chevron en el país, explica que la decisión final cabe a los ministros del STJ. Ella evalúa que la posición del MPF es "desacertada” porque no respeta la soberanía de Ecuador. "No se juzga el mérito de la causa en homologaciones de sentencia extranjera. Sólo es preciso ver si la sentencia cumple determinadas condiciones del STJ. No se puede entrar en esta discusión de mérito, pues ella ya fue discutida en Ecuador”, argumenta.
Sin movilización contraria, el temor es que la Justicia brasilera ceda a las presiones de la empresa. Según la UDAPT, las presiones de Chevron trabaron el avance del caso en Argentina. En medio de tantas dificultades, hubo a comienzos de este mes de septiembre una primera victoria en la Suprema Corte de Canadá, que reconoció que existe jurisdicción para avanzar en la homologación del proceso en el país. La noticia trajo esperanza a los afectados por Chevron en Ecuador y a quienes los apoyan en el mundo.
*Texto: Gilka Resende, de la FASE, y Thiago Mendes, del PACS.
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