En su primera actividad en Panamá, el presidente de Venezuela, hizo una emotiva visita a El Chorrillo, un barrio postergado de la capital que sufrió con mayor dureza que el resto del país la violencia ejercida por las tropas estadounidenses en la invasión del 20 de diciembre de 1989.
Maduro fue recibido con cariño y colorido por unas 200 personas que
lo aguardaron durante más de dos horas bajo un sol impiadoso en el
mediodía panameño, y se llevó de allí unas 2.000 firmas para el
petitorio que presentará ante EEUU por el controvertido decreto de
sanciones a Venezuela y una carta abierta de las víctimas de la
invasión para que le entregue al presidente Barack Obama, con un pedido
de reparación histórica.
Del acto participaron hombres y mujeres de todas las edades y
condición humilde que lucían remeras y banderas con las leyendas
“Venezuela no es una amenaza; somos una esperanza” y “#Obama deroga el
decreto ya”, en alusión a la medida tomada por el mandatario
norteamericano de sancionar a funcionarios venezolanos y considerar al
estado bolivariano una inusual y extraordinaria amenaza para su
seguridad interna.
En su mensaje Maduro no hizo alusión concreta al entredicho que
mantiene con Washington, pero aseveró que “en esta Cumbre América va a
hablar claro y alto, y después estaremos más unidos y más fuertes los
pueblos de la América latina y el Caribe”.
Otra enorme bandera, colgada en todo un costado de un “diablo rojo”,
como se llama aqui a unos colectivos muy coloridos, decía: “OBAMA:
Panamá pide JUSTICIA por las víctimas de la invasión”.
El Chorrillo fue la zona de Panamá más afectada por la invasión
norteamericana de 1989 que desalojó del gobierno a Manuel Noriega,
debido a que se encuentra próximo a varias áreas militares.
La invasión ocasionó unos 3.500 muertos -la mitad probablemente de
El Chorrillo- pero muy pocos cuerpos pudieron ser recuperados: la
mayoría fueron enterrados en fosas comunes cuya localización nunca fue
revelada, dijeron a Télam representantes de la asociación que nuclea a
los familiares y amigos de las víctimas.
En nombre de esa organización se leyó una carta abierta para Obama
que Maduro se comprometió “con el alma” entregar en mano al mandatario
estadounidense durante esta cumbre, en la que se le reclama “una
disculpa pública por los abusos y violaciones a los derechos humanos
cometidos durante la invasión, y una reparación económica”.
El jefe de gobierno bolivariano, que estuvo acompañado por su esposa
Cilia Flores y la canciller Dalcy Rodríguez, colocó una ofrenda floral
en el monumento que recuerda a las víctimas de la invasión y pidió que
“nunca más haya invasiones militares en América latina”.
Maduro garantizó además que “el pueblo en la calle derrota las
mentiras y manipulaciones de la CNN y otras cadenas de medios
concentrados”, en una reiterada referencia a la televisora
estadounidense.
También anticipó que, si el presidente panameño Juan Carlos Varela
está de acuerdo, propondrá que la ALBA envíe a El Chorrillo misiones
sanitarias destinadas a asistir a los sectores de menores recursos.
La visita del líder venezolana causó una enorme expectativa en la
postergada barriada panameña, donde pudo verse también a algunos
vecinos con distintas discapacidades físicas producto de la invasión.
La mayoría de las casas están construidas en material y fueron
levantadas luego de la intervención militar externa, ya que el ataque
destrozó literalmente las viviendas precarias que estaban emplazadas
allí antes de 1989.
Telam
No hay comentarios:
Publicar un comentario