El 10 de abril de 1919, producto de una emboscada, fue asesinado el
líder revolucionario y reformador agrarista mexicano Emiliano Zapata,
quien luchó por la igualdad y derechos de los campesinos.
Nació el 8 de agosto de 1879 en el estado de Morelos, en el seno de
una familia dedicada a la ganadería y bajos recursos. A los 23 años de
edad se dedicó a ayudar a personas de otros pueblos de su zona, que
tenían problemas con sus hacendados.
En 1906 asistió a una junta de campesinos para discutir los derechos
de los trabajadores de tierras, por lo cual fue incorporado a la
milicia.
En 1909 fue elegido presidente de la Junta de Defensa de Tierras de
Anenecuilco, población de su estado natal, y un año más tarde se unió a
Francisco Madero, durante la denominada Revolución Mexicana, para
derrocar al régimen de Porfirio Díaz.
Luego de que Madero asumiera la presidencia en 1911, Zapata
desconfió de su compañero, por lo cual se declaró en su contra, tomando
acciones que lo llevarían a crear la reforma agraria conocida como Plan
de Ayala, mediante el cual, pretendía redistribuir la tierra entre los
campesinos.
En los años siguientes y bajo los mandatos de Victoriano Huerta
(1913-1914) y Venustiano Carranza (1914-1920), prosiguió sus ideales,
alcanzando su poder hasta el sur de México y aliándose con Francisco
“Pancho” Villa. Con él, creó en Morelos las primeras Comisiones
Agrarias, fijó el Crédito Agrícola e inauguró la Caja Rural de
Préstamos.
Perseguido por el presidente Carranza, fue emboscado y asesinado por
el coronel Jesús Guajardo, el 10 de abril de 1919, en la hacienda de
Chinameca, en Morelos.
AVN
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