14 de agosto de 2013, 05:41La
Habana, 14 ago (PL) "Las verdades objetivas y los sueños" es el título
del más reciente artículo del líder de la Revolución cubana, Fidel
Castro, divulgado hoy aquí por el diario Granma.
Prensa Latina transmite a continuación el texto íntegro:
Las verdades objetivas y los sueños
La especie humana reafirma con frustrante fuerza que existe desde hace
aproximadamente 230 mil años. No recuerdo afirmación alguna que alcance
más edad. Sí existieron otros tipos de humanos, como los Neandertales
de origen europeo; o un tercero, el homínido de Denisova al norte de
Asia pero, en ningún caso, existen fósiles más antiguos que los del
Homo Sapiens de Etiopía.
Tales restos, en cambio, existen de
numerosas especies entonces vivas, como los dinosaurios, cuyos fósiles
datan de hace más de 200 millones de años. Muchos científicos hablan de
su existencia antes del meteorito que impactó en el Istmo de
Tehuantepec provocando la muerte de aquellos, algunos de los cuales
medían hasta 60 metros de largo.
Es conocida igualmente la
prehistoria del planeta que hoy habitamos, desprendido de la nebulosa
solar y su enfriamiento como masa compacta casi llana, constituida por
un número creciente de materias bien definidas que poco a poco
adquirirían rasgos visibles. Tampoco se sabe todavía cuántas faltan por
descubrir, y los insólitos usos que la tecnología moderna puede aportar
a los seres humanos.
Se conoce que las semillas de algunas
plantas comestibles fueron descubiertas y comenzaron a utilizarse hace
alrededor de 40 mil años. Existe también constancia de lo que fue un
calendario de siembra grabado en piedra hace aproximadamente 10 mil
años.
Las ciencias deben enseñarnos a todos a ser sobre todo
humildes, dada nuestra autosuficiencia congénita. Estaríamos así más
preparados para enfrentar e incluso disfrutar el raro privilegio de
existir.
En el mundo explotado y saqueado viven incontables
personas generosas y sacrificadas, especialmente las madres, a las que
la propia naturaleza dotó de especial espíritu de sacrificio.
El concepto de padre, que no existe en la naturaleza, es, en cambio,
fruto de la educación social en los seres humanos y se observa como
norma en cualquier rincón, desde el ártico, donde se encuentran los
esquimales, hasta las selvas más tórridas de África en las que las
mujeres no solo cuidan de la familia, sino también laboran la tierra
para producir alimentos.
Quien lee las noticias que todos los
días llegan sobre viejos y nuevos comportamientos de la naturaleza y
los descubrimientos de los métodos para enfrentar lo de ayer, hoy y
mañana, comprendería las exigencias de nuestro tiempo.
Los
virus se transforman de forma inesperada y golpean las plantas más
productivas o los animales que hacen posible la alimentación humana, lo
que torna más insegura y costosa la salud de nuestra especie, genera y
agrava las enfermedades, sobre todo, en los mayores o los más pequeños.
¿Cómo enfrentar con honor el número creciente de obstáculos que los habitantes del planeta sufren?
Pensemos que más de doscientos grupos humanos se disputan los recursos
de la Tierra. El patriotismo es simplemente el sentimiento solidario
más amplio alcanzado. Nunca digamos que fue poco. Con seguridad se
inició por las actividades familiares de grupos reducidos de personas
que los escritores de la historia calificaron de clan familiar, para
recorrer el camino de la cooperación entre grupos de familias que
colaboraban entre sí para cumplimentar las tareas a su alcance. Hubo
lucha entre grupos de familias en otras etapas, hasta alcanzar niveles
superiores de organización como sin duda fue la tribu. Transcurrieron
más de cien mil años. Los recuerdos escritos en sofisticados pergaminos
datan, sin embargo, de no más de 4 mil años.
La capacidad
humana para pensar y elaborar ideas era ya notable, y no creo
sinceramente que los griegos eran menos inteligentes que el hombre
actual. Sus poemas, sus textos filosóficos, sus esculturas, sus
conocimientos médicos, sus juegos olímpicos; sus espejos, con los que
incendiaban naves adversarias concentrando los rayos solares; las obras
de Sócrates, Platón, Aristóteles, Galeno, Arquímedes y otros llenaron
de luz el mundo antiguo. Eran hombres de inusual talento.
Arribamos, tras un largo camino, a la etapa contemporánea de la historia del hombre.
Días críticos no tardaron en presentarse para nuestra Patria, a 90
millas del territorio continental de Estados Unidos, después que una
profunda crisis golpeó a la URSS.
Desde el 1ro de enero de 1959
nuestro país asumió el mando de su propio destino tras 402 años de
coloniaje español y 59 como neocolonia. Ya no existíamos como indígenas
que no hablaban siquiera el mismo idioma; éramos una mezcla de blancos,
negros e indios que integrábamos una nación nueva con sus virtudes y
sus defectos como todas las demás. Huelga decir que imperaban en la
isla la tragedia del desempleo, el subdesarrollo y un pobrísimo nivel
de educación. Poseían conocimientos inculcados por la prensa y la
literatura dominante en Estados Unidos, que desconocía, si es que no
despreciaba, los sentimientos de una nación que combatió con las armas
durante décadas por la independencia del país, y al final incluso
contra cientos de miles de soldados al servicio de la metrópolis
española. Es preciso no olvidar la historia de la "Fruta Madura",
imperante en la mentalidad colonialista de la poderosa nación vecina
que hizo prevalecer su fuerza y negaba al país no solo el derecho a ser
libre hoy, mañana y siempre, sino que pretendía anexar nuestra isla al
territorio de ese poderoso país.
Cuando en el puerto de La
Habana estalla el acorazado norteamericano Maine, el ejército español,
integrado por cientos de miles de hombres, estaba ya derrotado, como un
día los vietnamitas derrotaron a base de heroísmo el poderoso ejército
dotado de sofisticado armamento, incluido el "Agente Naranja" que a
tantos vietnamitas afectó para toda su vida, y Nixon, más de una vez,
estuvo tentado al uso de las armas nucleares contra aquel pueblo
heroico. No en balde luchó por ablandar a los soviéticos con sus
discusiones sobre la producción de alimentos en aquel país.
Dejaría de ser diáfano si no señalo un momento amargo de nuestras
relaciones con la URSS. Eso derivó de la reacción que tuvimos al
conocer la decisión de Nikita Jruschov a raíz de la Crisis de Octubre
de 1962, de la que el próximo mes de octubre se cumplirán 51 años.
Cuando supimos que Jruschov había acordado con John F. Kennedy la
retirada de los proyectiles nucleares del país, publiqué una nota con
los 5 Puntos que consideré indispensables para un acuerdo. El jefe
soviético conocía que inicialmente nosotros advertimos al Mariscal jefe
de la cohetería soviética que a Cuba no le interesaba aparecer como
emplazamiento de cohetes de la URSS, dada su aspiración a ser ejemplo
para los demás países de América latina en la lucha por la
independencia de nuestros pueblos. Pero a pesar de eso el Mariscal jefe
de tales armas, una persona excelente, insistía en la necesidad de
contar con algún arma que persuadiera a los agresores. Al insistir él
en el tema, le expresé que si a ellos les parecía una necesidad
imprescindible para la defensa del socialismo, se trataba ya de otra
cosa, porque éramos por encima de todo revolucionarios. Le pedí dos
horas para que la Dirección de nuestra Revolución tomara una decisión.
Jruschov se había portado con Cuba a gran altura. Cuando Estados Unidos
suspendió totalmente la cuota azucarera y bloqueó nuestro comercio, él
decidió comprar lo que dejara de adquirir ese país, y a los mismos
precios; cuando meses después aquel país nos suspendió las cuotas de
petróleo, la URSS nos suministró las necesidades de ese vital producto
sin lo cual nuestra economía sufriría un gran colapso: una lucha a
muerte se habría impuesto, ya que Cuba jamás se rendiría. Los combates
habrían sido muy sangrientos, tanto para los agresores como para
nosotros. Habíamos acumulado más de 300 mil armas, incluyendo las 100
mil que le ocupamos a la tiranía batistiana.
El líder soviético
había acumulado gran prestigio. A raíz de la ocupación del Canal de
Suez por Francia e Inglaterra, las dos potencias que eran propietarias
del canal, con el apoyo de fuerzas israelitas, atacaron y ocuparon
aquella vía. Jruschov advirtió que usaría sus armas nucleares contra
los agresores franceses y británicos que ocuparon ese punto. Estados
Unidos, bajo la dirección de Eisenhower, no estaba dispuesto en ese
momento a involucrarse en una guerra. Recuerdo una frase de Jruschov
por aquellos días: "nuestros cohetes pueden darle a una mosca en el
aire".
No mucho tiempo después, el mundo se vio envuelto en un
gravísimo peligro de guerra. Desgraciadamente fue el más grave que se
ha conocido. Jruschov no era un líder cualquiera, durante la Gran
Guerra Patria se había destacado como Comisario Jefe de la defensa de
Stalingrado, actual Volgogrado, en la batalla más dura que se ha
librado en el mundo con la participación de 4 millones de hombres. Los
nazis perdieron más de medio millón de soldados. La Crisis de Octubre
en Cuba le costó el cargo. En 1964, fue sustituido por Leonid Brezhnev.
Se suponía que, aunque a un precio alto, Estados Unidos cumpliría su
compromiso de no invadir Cuba. Brezhnev desarrolló excelentes
relaciones con nuestro país, nos visitó el 28 de enero de 1974,
desarrolló el poderío militar de la Unión Soviética, entrenó en la
escuela militar de su gran país a muchos oficiales de nuestras Fuerzas
Armadas, continuó el suministro gratuito de armamento militar a nuestro
país, promovió la construcción de una central electronuclear de
enfriamiento por agua, en la que se aplicaban las máximas medidas de
seguridad y le dio apoyo a los objetivos económicos de nuestro país.
A su muerte, el 10 de noviembre de 1982, le sucedió Yuri Andrópov,
director de la KGB, quien presidió los funerales de Brezhnev y tomó
posesión como Presidente de la URSS. Este era un hombre serio, así lo
aprecio, y también muy franco.
Nos dijo que si éramos atacados
por Estados Unidos deberíamos luchar solos. Le preguntamos si podían
suministrarnos las armas gratuitamente como hasta ese momento.
Respondió que sí. Le comunicamos entonces: "no se preocupe, envíenos
las armas que de los invasores nos ocupamos nosotros".
Sobre
este tema solo un mínimo de compañeros estuvimos informados ya que era
muy peligroso que el enemigo dispusiera de esta información.
Decidimos solicitar a otros amigos las armas suficientes para contar
con un millón de combatientes cubanos. El compañero Kim II Sung, un
veterano e intachable combatiente, nos envió 100 mil fusiles AK y su
correspondiente parque sin cobrar un centavo.
¿Qué contribuyó a
desatar la crisis? Jruschov había percibido la clara intención de
Kennedy de invadir a Cuba tan pronto estuvieran preparadas las
condiciones políticas y diplomáticas, especialmente después de la
aplastante derrota de la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos,
escoltada por buques de asalto de la Infantería de Marina y un
portaaviones yankis. Los mercenarios controlaban el espacio aéreo con
más de 40 aviones entre bombarderos B-26, aviones de transporte aéreo y
otros de apoyo. Un ataque sorpresivo previo, a la principal base aérea,
no encontró nuestros aviones alineados, sino desperdigados en diversos
puntos, los que podían moverse y los que carecían de piezas. Apenas
afectaron algunos. El día de la invasión traicionera nuestras naves
estaban en el aire antes del amanecer en dirección a Playa Girón.
Digamos solo que un honesto escritor norteamericano describió aquello
como un desastre. Baste decir que al final de aquella aventura solo dos
o tres de los expedicionarios pudieron regresar a Miami.
La
invasión programada por las fuerzas armadas de Estados Unidos contra la
isla habría sufrido grandes bajas, muy superiores a los 50 mil soldados
que perdieron en Vietnam. No tenían entonces las experiencias que
adquirieron más tarde.
Se recordará que el 28 de octubre de
1962 yo declaré que no estaba de acuerdo con la decisión inconsulta e
ignorada por Cuba de que la URSS retiraría sus proyectiles
estratégicos, para los cuales se estaban preparando las rampas de
lanzamiento que serían un total de 42. Al líder soviético le expliqué
que ese paso no había sido consultado con nosotros, requisito esencial
de nuestros acuerdos. En una frase está la idea: "Usted puede
convencerme de que estoy equivocado, pero no puede decirme que estoy
equivocado sin convencerme", y enumeré 5 Puntos que se mantenían
intocables: Cese del Bloqueo económico y de todas las medidas de
presión comercial y económica que ejercen los Estados Unidos en todas
partes del mundo contra nuestro país; cese de todas las actividades
subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y explosivos por aire y
por mar, organización de invasiones mercenarias, filtración de espías y
saboteadores, acciones todas que se llevan a cabo desde el territorio
de los Estados Unidos y de algunos países cómplices; cese de los
ataques piratas que se llevan a cabo desde las bases existentes en
Estados Unidos y Puerto Rico; cese de todas las violaciones de nuestro
espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos; y
la retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio
cubano ocupado por los Estados Unidos.
Es harto conocido
igualmente que el periodista francés Jean Daniel había entrevistado al
presidente Kennedy después de la Crisis de Octubre; este le contó la
experiencia muy dura que había vivido, y le había preguntado si yo
realmente conocía el peligro de aquel momento. Le pidió al reportero
francés que viajase a La Habana, hablara conmigo y esclareciese esa
interrogante.
Este viajó a La Habana y pidió la entrevista. Lo
cité esa noche y le transmití que deseaba verlo y conversar con él
sobre el tema, y le sugerí conversar en Varadero. Llegamos al lugar y
lo invité a almorzar. Era el mediodía. Puse un radio y en ese instante
un despacho glacial informa que el Presidente había sido asesinado en
Dallas.
Prácticamente ya no había de qué hablar. Yo, desde
luego, le pedí que me hablara de su conversación con Kennedy; él estaba
realmente impresionado con su contacto. Me dijo que Kennedy era una
máquina de pensar, estaba realmente traumatizado. No volví a verlo. Por
mi parte investigué lo que pude, o más bien supuse lo que pasó ese día.
Fue rara la conducta de Lee Harvey Oswald. Supe que este había tratado
de visitar Cuba no mucho tiempo antes del asesinato de Kennedy, y se
supone que disparó con un rifle semiautomático de mira telescópica
contra un blanco en movimiento. De sobra conozco el empleo de esa arma.
La mirilla, cuando se hace un disparo, se mueve y el blanco se pierde
un instante; lo que no ocurre con otro tipo de sistema de puntería de
cualquier fusil. La telescópica, de varios poderes, es muy precisa si
el arma se apoya, pero estorba cuando se hace con un objetivo en
movimiento. Se dice que fueron dos los disparos mortales consecutivos
en fracción de segundos. La presencia de un lumpen conocido por su
oficio, que mata a Oswald nada menos que en una estación de policía,
conmovido por el dolor que estaría sufriendo la esposa de Kennedy,
parece una cínica broma.
Johnson, un buen magnate petrolero, no
perdió un minuto en tomar el avión en dirección a Washington. No quiero
hacer imputaciones; es asunto de ellos, pero se trata de que en los
planes estaba involucrar a Cuba en el asesinato de Kennedy. Más tarde,
transcurridos los años, me visitó el hijo del Presidente asesinado y
cenó conmigo. Era un joven lleno de vida que le gustaba escribir. Poco
tiempo después, viajando en noche tempestuosa hacia una isla vacacional
en un sencillo avión, al parecer no encontraron la meta y se habían
estrellado. También conocí en Caracas a la esposa y los hijos pequeños
de Robert Kennedy, quien fue fiscal, y negociador con el enviado de
Jruschov y había sido asesinado. Así marchaba desde entonces el mundo.
Muy próximo ya a terminar este relato, que coincide con el 13 de
agosto, 87 aniversario de su autor, ruego se me excuse de cualquier
imprecisión. No he tenido tiempo de consultar documentos.
Los despachos cablegráficos casi diariamente hablan de preocupantes temas que se acumulan en el horizonte mundial.
Noam Chomsky, según el sitio Web del canal de televisión Rusia Today,
expresó: "La política de Estados Unidos está diseñada para que aumente
el terror".
"Según el prestigioso filósofo, la política de
EE.UU. está diseñada de manera que aumenta el terror entre la
población. 'EE.UU. está llevando a cabo la campaña terrorista
internacional más impresionante jamás vista (...), la de los drones y
la campaña de las fuerzas especiales'... "
"La campaña de drones está creando potenciales terroristas."
"A su juicio, es absolutamente asombroso que el país norteamericano
lleve a cabo por un lado una campaña de terror masivo, que pueda
generar potenciales terroristas en contra de uno mismo, y por otro
proclame que es absolutamente necesario contar con vigilancia masiva
para proteger contra el terrorismo."
"Según Chomsky, existen
numerosos casos similares. Uno de los más llamativos, en su opinión, es
el de Luis Posada Carriles, acusado por Venezuela de la participación
en un atentado contra un avión en el que murieron 73 personas."
Hoy guardo un especial recuerdo del mejor amigo que tuve en mis años de
político activo --"quien muy humilde y pobre se fraguó en el Ejército
Bolivariano de Venezuela--", Hugo Chávez Frías.
Entre los
muchos libros que he leído, impregnados de su lenguaje poético y
descriptivo, hay uno que destila su rica cultura y su capacidad de
expresar en términos rigurosos su inteligencia y sus simpatías a través
de las más de dos mil preguntas formuladas por el periodista, también
francés, Ignacio Ramonet.
El 26 de Julio de este año, cuando
visitó a Santiago de Cuba con motivo del 60 aniversario del asalto a
los cuarteles Moncada y Carlos M. de Céspedes, me dedicó su último
libro: Hugo Chávez Mi primera vida.
Experimenté el sano orgullo
de haber contribuido a la elaboración de esa obra, porque Ramonet me
sometió a ese cuestionario implacable, que pese a todo sirvió para
entrenar al autor en esa materia.
Lo peor es que no había concluido mi tarea como dirigente cuando le prometí revisarlo.
El 26 de julio de 2006 enfermé gravemente. Apenas comprendí que sería
definitivo no vacilé un segundo en proclamar el día 31 que cesaba en
mis cargos como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y
propuse que el compañero designado para ejercer esa tarea procediera de
inmediato a ocuparlo.
Me restaba concluir la revisión prometida
de Cien horas con Fidel. Estaba acostado, temía perder el conocimiento
mientras dictaba y a veces me quedaba dormido. No obstante, día por día
respondía a las endiabladas preguntas que me parecían interminablemente
largas; pero persistí hasta que terminé.
Estaba lejos de
imaginar que mi vida se prolongaría otros siete años más. Solo así tuve
el privilegio de leer y estudiar muchas cosas que debí aprender antes.
Pienso que los nuevos descubrimientos nos han sorprendido a todos.
De Hugo Chávez faltaron muchas preguntas por responder, desde el
momento más importante de su existencia, cuando tomó posesión de su
cargo como Presidente de la República de Venezuela. No existe una sola
pregunta que responder en los más brillantes momentos de su vida. Los
que lo conocieron bien saben la prioridad que daba a esos desafíos
ideológicos. Hombre de acción e ideas, lo sorprendió un tipo de
enfermedad sumamente agresiva que le hizo sufrir bastante, pero
enfrentó con gran dignidad y con profundo dolor para familiares y
amigos cercanos que tanto amó. Bolívar fue su maestro y el guía que
orientó sus pasos en la vida. Ambos reunieron la grandeza suficiente
para ocupar un lugar de honor en la historia humana.
Todos esperamos ahora Hugo Chávez Mi segunda Vida. Sin él, la más auténtica de las historias nadie podría escribirla mejor.
Fidel Castro Ruz
Agosto 13 de 2013
9 y 5 p.m. |
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