En una alocución pública al país, el dignatario señaló que decretó la militarización y así lo haré a partir de hoy en cualquier sitio y zona donde sea necesario.
Según el dignatario, los campesinos "o no quieren acordar, o no los dejan", razón por la que ordenó a los integrantes de su gabinete que dejen las propuestas a los campesinos y que regresen a la capital después de tres jornadas de conversaciones. La paciencia se agota, advirtió.
El gobernante hizo un señalamiento concreto: "Marcha Patriótica quiere llevarnos a una sin salida e imponernos su propia agenda; no les interesan los campesinos sino su propia agenda política".
Desde ayer en la noche hasta pasada la madruga, Santos realizó un consejo extraordinario de ministros para evaluar la situación en el país, que la víspera atravesó por una de las jornadas más complejas con una gran movilización social que dejó cuatro muertos, dos en Bogotá y dos en Tolima y más de 150 heridos.
La situación empeora y la incertidumbre aumenta mientras continúan los fuertes enfrentamientos con la fuerza pública que no ha cejado desde el inicio de golpear, empadronar e incluso abrir fuego, de acuerdo con reportes de los propios manifestantes.
Estamos sufriendo la peor crisis y la peor ruina en toda nuestra historia, señalan los campesinos, que han ratificado que seguirán en paro por tiempo indefinido hasta lograr una gran mesa de concertación nacional de donde salgan acuerdos serios y contundentes.
Los agricultores y demás sectores rechazan las políticas económicas neoliberales y los Tratado de Libre Comercio que están acabando con el campo.
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