01 de agostWashington,
1 ago (PL) La crisis fiscal en Estados Unidos obligará al Pentágono a
reducir las compras de nuevos sistemas de armamentos y disminuir el
número de soldados y buques, pero sin poner en peligro sus capacidades
de intervención militar en ultramar.
Escrito por Roberto Garcia Hernandez
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Las opciones de reajustes,
muchas de las cuales requieren la aprobación del Congreso, están
contenidas en el documento denominado Revisión de las Opciones
Estratégicas y de Dirección, conocido por las siglas SCMR, diseñado
para ayudar a las fuerzas armadas a enfrentar estos recortes de fondos.
Según ese texto, la disyuntiva es que Estados Unidos puede mantener
unas fuerzas armadas con equipamiento de alta tecnología, pero
demasiado pequeñas para enfrentar grandes conflictos, o tener unas de
mayor envergadura pero con técnica y armamentos de menor calidad
tecnológica que pone en peligro las vidas de las tropas.
Así el
Pentágono presiona al Congreso para que resuelva la crisis fiscal al
amenazar con afectaciones a dos sectores clave para los intereses
electorales de los integrantes del Capitolio: centenares de miles de
oficiales y soldados, así como los representantes de la industria
militar, afirma hoy el periódico digital Politico.com.
De
acuerdo con la publicación, las reducciones anunciadas por el
secretario de Defensa, Charles Hagel, están dirigidas a enfrentar los
recortes de más de 500 mil millones de dólares en los próximos 10 años,
que incluyen 52 mil millones para el presupuesto de 2014 que comienza
el venidero 1 de octubre.
Las indicaciones de la SCMR prevén un
Ejército mucho más pequeño de lo previsto para 2019, con unos 450 mil
efectivos en servicio activo, suficientes, según Hagel, para cumplir
las misiones emanadas de la estrategia de defensa nacional que reenfoca
las prioridades de los servicios armados a la región Asia-Pacífico.
Pero la cantidad de efectivos en el Ejército pudiera llegar a niveles
incluso inferiores, con 380 mil, mientras el Cuerpo de Infantería de
Marina se reduciría de 182 mil a 150 mil elementos en servicio activo,
mientras la Marina de Guerra tendría que desactivar a dos o tres de sus
11 grupos de ataque de portaaviones.
De forma similar, la
Fuerza Aérea reducirá sus escuadrones aerotácticos y disminuirá sus
aviones de transporte sin afectar de forma significativa sus
posibilidades de traslado a otros teatros de operaciones, aunque las
reducciones pueden ser más profundas si el Congreso no detiene los
efectos de la crisis fiscal.
Según Hagel, "esta opción
estratégica resultaría en una fuerza tecnológicamente dominante, pero
mucho más pequeña y con menos posibilidades de enfrentar crisis que
puedan surgir en diferentes regiones del mundo de forma simultánea.
Sin embargo, la nueva política trata de proteger esas capacidades
fundamentales de intervención militar en el exterior, al garantizar su
financiamiento a partir de reducciones en algunos planes de
modernización de determinados sistemas de armamentos y otros acápites
menos perentorios. |
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