Costa Rica.- Una variopinta alianza de cinco partidos costarricenses, que van del neoliberalismo fundamentalista hasta la izquierda militante, buscará asaltar hoy el control del Congreso y desalojar al oficialismo.
Treinta y uno de los 57 diputados firmaron un documento en el que se comprometen a votar en bloque en la renovación de autoridades del Congreso unicameral, para desalojar de los puestos directivos a la primera minoría, el gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), que tiene 24 escaños.
La historia costarricense es fértil en casos de volteretas políticas de último minuto y por ello el documento advierte de que quienes cambien su voto serán expulsados de sus partidos.
El plan opositor es conquistar la presidencia de la Asamblea Legislativa, la Vicepresidencia y las secretarías, para repartirse comisiones, manejar la agenda de debates y decidir la prioridad de los proyectos de ley.
Un panorama que amenaza con transformar los tres años restantes del gobierno de Laura Chinchilla, una católica fervorosa, en un viacrucis interminable.
La oposición parece carecer de toda cohesión programática, salvo su rechazo al intento de un generalizado aumento de impuestos.
Los diputados del PLN, la mitad de los cuales no reconocen a Chinchilla como su líder, parecen incapaces de retener la presidencia para su actual titular, Luis Villanueva.
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