Entrevista al exlegislador constituyente y senador peruano de izquierda Ricardo Napurí
M.H.: Ricardo Napurí, Diputado constituyente peruano en 1979, luego senador por 5 años, compartió la Asamblea Constituyente y también la Cámara con el suicidado Presidente Alan García.
R.N.: También competí en las elecciones como candidato a la presidencia de la República en 1985 y él ganó, por supuesto.
M.H.: “Ay patria querida quiero un presidente como Alan García”, decían los carteles del peronismo que lo recibía en aquellos años. Y tenemos un texto, leído por su hija Luciana en el velatorio: “Cumplí la misión de conducir al Aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la razón de mi existencia, teniendo raíces en la sangre de ese movimiento. Por eso y por los contratiempos del poder nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente porque nunca encontrarán más que sus especulaciones y frustraciones”. Y concluye: “Cumplido mi deber en mi política y en las obras hechas en favor del pueblo, alcanzadas las metas que otros países y gobiernos no han logrado, no tengo por qué aceptar vejámenes. He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia, pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos por eso les dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones y a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio a mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse. Que Dios, al que voy con dignidad proteja a los de buen corazón y a los más humildes”.
Alan García ¿una víctima?
R.N.: De ninguna manera. Es un poco incómodo hablar de un fallecido. Hay que respetarlo. Se mató. Lo cual no exime que como es un ser político no hagamos un análisis político de su vida. Él mismo en esta carta de despedida traza el derrotero que puedo graficar. Primero toda la concepción es falsa empezando por el APRA, su partido, que fue uno de los primeros que hoy llaman populistas pero que en ese momento llamábamos partidos nacionalistas revolucionarios. Él no llevó al APRA al poder, se aprovechó del APRA para llegar al poder con sus amigos. Y fue el hombre que ha destruido ese partido. Antes de él tenía un 40% de votos y con él terminó teniendo 1,5/2%. Además como era muy corrupto y se rodeó de corruptos, convirtió al Partido Aprista en una cáscara llena de amigos suyos, ligados al gobierno, a los beneficios del poder y toda su actividad en un momento determinado de liquidación de ese instrumento político que tuvo un perfil histórico como el peronismo acá.
La figura de Alan García es especial, hasta diría trágica. Yo creo, como lo conocí bastante en la Asamblea Constituyente, donde era un nacionalista revolucionario; cuando llegó al poder por primera vez en 1985 levantó la consigna de no pagar más que una parte de la deuda externa. Por eso es que en Argentina lo recibían como un estandarte de la lucha antiimperialista.
Cuando llega al poder le quedaban los resabios del nacionalismo viejo y antiguo del APRA. Él era un joven aprista, llegó por primera vez a la presidencia a los 36 años, cosa inusitada en el Perú y en América Latina. Pero poco le quedó de eso, porque el partido ya era un partido decadente que había pactado muchas veces con la oligarquía, hasta con la dictadura y él llegaba como una especie de esperanza y renovación.
Llegado al poder se encontró con que el Estado y el poder tenían una existencia real y obviamente ni él ni su partido tenían fuerzas para trocar ese Estado conservador de tipo oligárquico y las relaciones que se tejen allí; además de una clase dominante oligárquica conservadora. Fue capitulando en el camino y al final de su mandato gobernó por derecha reprimiendo a las bases sociales, a los trabajadores y pasando de la promesa de reformas de tipo progresistas a una posición de carácter neoliberal con políticas incluso de choque.
M.H.: Me sorprendió la participación de Alan García en el asesinato de unos 40 detenidos en Lurigancho en 1985 y que ordenó el asesinato de casi 300 personas en cárceles en Lima en la denominada “Operación Salvaje”.
R.N.: Alan García tenía un problema, además del problema de la decadencia de su partido, tenía un problema personal, era bipolar, se sometía a grandes dosis de litio. De tal manera que ese jovencito que yo conocí flaquito y alto, llegó a tener 220 kilos de peso. Además tenía una vida afectiva y familiar destruida. Dos o tres mujeres oficiales y otras por todos lados. Su vida era un desorden.
Alan García lo que expresa en esa carta es que se le agotaron todas las instancias de su vida. El idealismo lo dejó en el camino y se convirtió en un pervertido político. El balance de la historia es negativo. El partido fue destruido y él estaba destruido física y personalmente. Por esas condiciones creo yo que se pega un tiro. Esto para cerrar una caracterización breve del personaje.
Lo otro que mencionás es cierto. Cuando sube a la presidencia, como un joven inexperto lleno de ideas voluntaristas, se reúne la Segunda Internacional en Perú y él quería que lo nombraran Presidente o miembro destacado. Pero en ese momento se estaba dando la rebelión de Sendero Luminoso y había 6.000 presos políticos y sociales en las cárceles de Lima hacinados en las peores condiciones imaginables. Estos presos decidieron aprovechar la presencia de todos los representantes de la Internacional Socialista para demostrar la situación en la que vivían en las cárceles. Este joven Alan García y ahí se presenta no solo lo político sino también lo personal, ordena a las FF AA reprimir diciendo que los insurrectos estaban tan armados como las propias FF AA. Con cañones, ametralladores, aviones, reprimieron las cárceles haciendo una matanza. El fin de la fiesta es que había unos 300 presos que no habían intervenido de ninguna manera en la protesta y Alan García ordena la matanza de ellos para que no quede uno solo. Uno por uno fueron pasando por un canal, les pegan un tiro y los matan a todos. Eran casi 300. Y entre ellos estaba un amigo mío, Antonio Díaz Martínez, un sociólogo que nosotros ayudamos a que viniera de Ayacucho a ejercer su profesión y que fue el testigo de nacimiento de mi hijo. Murió ahí, sin pena ni gloria. Era un profesor universitario acusado de senderista. Lo mataron.
Alan García cometió un crimen de los más abominables y fue imputado, pero lo salvó el dictador Fujimori que pactó con él y la Corte Suprema fujimorista lo eximió de toda responsabilidad. De tal manera que este hombre que escribe esta carta y que dice que la historia va a ser a su favor, sabía conscientemente que la historia jugaba en su contra. Y este episodio que no está escrito en las notas que publican los periodistas y menos él lo resalta en su carta de despedida, es una de las cosas más infames que pueden ocurrir; es un ejemplo aberrante de violación de los Derechos Humanos en América Latina.
M.H.: Hablamos de un ex Presidente suicidado. Hay 3 ex Presidentes presos, mencionaste a Fujimori, también Ollanta Humala y Kuczynski, Toledo prófugo. ¿Cómo se explica esto? Hablamos de una sucesión de Presidentes que comienza con Alan García en 1985. Hace más de 30 años y todos estos gobernantes están judicializados.
R.N.: Son las condiciones peculiares del país. Perú es uno de los países más atrasados de la región, con un desarrollo industrial muy pobre, con un beneficio excepcional que va a determinar el carácter de la polarización social; es un país profundamente minero, el 4º país minero más importante del mundo con una economía de exportación muy diversificada. Por eso es que es un país que siempre está con una balanza comercial a favor y abundan los dólares porque entran por la exportación de la minería pero también por el narcotráfico. El Estado incluso compra dólares del narcotráfico.
En estas condiciones se fue formando un país con una oligarquía conservadora de carácter empresarial, fundamentalmente ligada al capital extranjero y muy ligada a EE UU y con un 40/50% de la población pobre y marginal. Por lo tanto, las estadísticas que hoy señalan que en 2018 creció al 4% y anteriormente al 2.7% acercándose a Bolivia son falsas, porque son estadísticas que tienen que ver con el sector de ingresos de la clase media alta y los grandes empresarios y el resto es marginal. La pobreza, la marginación y la diferencia social es profunda en Perú.
Con esos antecedentes es que los Presidentes que se acercaron haciendo populismo o asistencialismo tuvieron cierto apoyo de la población, como el caso de Toledo en su momento, pero fundamentalmente Fujimori. El resto de los Presidentes que intentaron hacer lo mismo, han sido representantes de esa clase gobernante pequeña y oligarca y de esa clase media de un país muy débil y con grandes masas desarraigadas. Por eso es que los Presidentes en esas condiciones han representado lo que la clase gobernante era, profundamente atrasada, liberal conservadora.
Al presidente actual lo tildan de demócrata liberal, pero es un liberal; en Perú los gobiernos han sido liberal conservadores, es decir, en las condiciones del atraso. Entonces se presenta una clase popular intolerante y una clase dominante despótica y profundamente atrasada. Esa es la razón por la cual los Presidentes han llegado al poder y se han encontrado con una relación de clases determinada y con un Estado corrupto. Y ellos, aunque hubieran tenido buenas intenciones, rápidamente se corrompieron.
El caso de Alan García es así, de predicar antiimperialismo, al año y medio ya había sido atrapado por esas relaciones de poder y por ese Estado. Los otros directamente capitularon y se pusieron al servicio a través de las instituciones del Estado de lo que era esa clase gobernante retrógrada. Cada uno con sus características particulares. Por eso el más ladrón y el más asesino fue Fujimori, por razones particulares que hemos conversado en otras oportunidades. Alan García se corrompió en el camino. Ollanta Humala era un militar sin principios que rápidamente se hizo agente de Odebretch y de otros. Casi todos recibieron dinero. Es el colmo que Alan García por cada conferencia recibía de Odebretch 100.000 dólares. Hay una obra que une el Atlántico con el Pacífico que hace 20 años se viene construyendo y es reevaluada en cada presidencia y todos han recibido coimas en torno a esa obra que nunca se termina.
En el caso de PPK fue ministro de Energía y Minas en el gobierno de Belaúnde, cuando yo era Senador y miembro de varias comisiones importantes. Él venía a esas comisiones y se presentaba como lobista, orgulloso de ser peruano-norteamericano. Obviamente ha seguido siendo lobista en el gobierno y hoy está imputado, como Toledo que ha sido el más grosero porque ponía la plata a nombre de su suegra y familiares y hoy está en EE UU beneficiándose de su doble nacionalidad.
El Perú es atípico, porque la monstruosidad de los delitos contra la Nación a partir de la apropiación de los beneficios a partir de tener algo de poder en el Estado ha quedado esta cuestión de los presidentes profundamente corruptos. Alan García decía que no había problema, llegar a Presidente era muy fácil porque la plata llegaba sola. Fujimori se vanagloriaba de tener 2.000 o 3.000 millones de dólares en el extranjero. Distinto de otros países donde la corrupción del sistema permite que se corrompan los gobernantes pero a veces de manera más sutil, porque depositan en paraísos fiscales o hacen trampas. En Perú es directo, sucio, como lo prueban los 4 hoy comprometidos.
José Carlos Mariátegui merece ser el fundador del marxismo latinoamericano
M.H.: Como contrasta esto que estás comentando con la figura de José Carlos Mariátegui, del cual se han cumplido, el pasado 16 de abril, 89 años de su muerte.
R.N.: Esa es una polarización terrible. Michael Löwy dice que Mariátegui merece ser el fundador del marxismo latinoamericano. Mariátegui murió muy joven, a los 35 años de una tuberculosis ósea que lo invalidó, pero tuvo el mérito de a partir de su formación cultural y política en Europa y después pensar el Perú con las herramientas que le había dado su cultura marxista y socialista y su experiencia de tres años en Europa, interpretar la realidad peruana. Lo que luego expresó en un libro clásico que se llama 7 ensayos de la realidad peruana.
Mariátegui era precursor en muchos aspectos de la vida social y política, por eso su vigencia actual y por eso se lo rescata permanentemente. No solamente él fue uno de los primeros que sin tener datos de la realidad interpretó por izquierda la realidad peruana de forma correcta, es el primero que logró ver cmo Marx vio las comunas rusas en su momento, que las comunidades campesinas en Perú, que era casi el 60% de la organización campesina, por su organización tradicional y por mantener elementos de esa tradición, y por su combate contra la agresión oligárquica y su resistencia popular, había que tenerlo en cuenta como sujeto social importante. En ese momento él invitaba a intervenir política y socialmente y a organizarse.
Frente a los contemporáneos, tanto los provenientes de la URSS, como todos aquellos que se proclamaban marxistas pero que no tomaban en cuenta el campesinado como un sujeto social importante, Mariátegui lo tomó en forma activa y dijo que el campesinado podía asumir el rol de una clase revolucionaria siempre y cuando estuviera ligado a las ciudades y a los obreros.
Por eso fue el primero que planteó en el país y en América Latina la alianza obrero/campesina.
Sin ir más lejos, porque fundó la central obrera y otra cosa más importante y que tiene que ver con el llamado populismo en América Latina en este momento, polemizó con Haya de la Torre en cómo veían la realidad latinoamericana. Mariátegui decía que la revolución tenía que ser socialista y anticapitalista en Perú y que esa revolución tenía que ser sui géneris porque teníamos sujetos particulares y una realidad particular.
Y se enfrentó a de la Torre que sostenía un frente de clases con hegemonía de una pequeña burguesía y después de la burguesía, un frente de clases donde los elementos burgueses serían los dirigentes porque de la Torre consideraba a la clase obrera numéricamente minoritaria. Y esa discusión que se hizo en 1928/30 es clásica en América Latina y todos aquellos que de alguna forma revisan la historia, saben que esa discusión es fundamental y ha sentado hitos importantes respecto al rol del nacionalismo y las resistencias populares en América Latina.
Otras cosas que son sutiles pero muy importantes, por ejemplo, Mariátegui decía que el socialismo en América Latina no es “ni calco ni copia” con lo que quería decir que nuestra realidad iba a producir un socialismo propio, sin dejar de ser marxista. Eso lo enfrentó a las corrientes que se reclamaban marxistas, estalinistas, trotskistas. Lo rechazaron, lo negaron y lo pusieron como un pequeño burgués retrógrado y campesinista.
Hay elementos culturales importantes, Mariátegui hurgaba la realidad tratando de comprender el comportamiento de la clase adversaria de los oprimidos. En toda la producción cultural suya le daba lugar a los representantes de esa clase, no solo por el hecho de que los trabajadores y aquellos que se reclamaban progresistas, socialistas y antiimperialistas conocieran sus orígenes, sino con la idea de que una sociedad que se fundamenta en relaciones de clases, todas las clases tienen que ser sujetos de conocimiento mutuo. Por lo tanto, los trabajadores debían conocer a la clase que los oprimía y sus fundamentos de dominio económico y cultural.
Por último, Mariátegui es el primero que trabaja sobre la idea de que los trabajadores y el pueblo necesitan un mito y ese mito puede ser el mito revolucionario. Hay una antípoda entre Alan García y los representantes burgueses de todo tipo con este hombre que está en el origen del pensamiento propio y universal de América Latina.
M.H.: Estamos recordando también la gesta de Malvinas y creo que tenés algo que comentarnos al respecto.
R.N.: Ese algo es bastante. De alguna forma intervine porque siendo Senador de la República del Perú y habiendo sido ex aviador militar, el Comandante general de las FF AA era mi compañero y amigo, el General Arias Graziani. Él me dijo que los militares habían decidido acompañar a sus compañeros de armas argentinos, no la reivindicación nacional de rescate de las islas, sino a sus compañeros de armas por esa relación histórica que tiene Perú, sobre todo de las FF AA por razones políticas desde la Independencia hasta ahora.
Me dijo también que el Presidente Belaúnde Terry se negaba porque tenía temores y que él quería que hubiera una gran movilización junto con el resto de sus compañeros de armas para presionarlo y que yo era libre de tomar todas las medidas que quisiera. Por eso las movilizaciones en Perú fueron muy amplias y Perú por vía de las FF AA proveyó a la Argentina de Exocet Mirage y sobre todo, lo que no se conoce, el apoyo económico para burlar el bloqueo de las cuentas argentinas por parte de Europa y EE UU. De tal manera que Perú fue muy importante.
En mi caso, yo di la batalla popular, que no era solamente mía sino que me sumé a mis compañeros de partido e impulsamos movilizaciones populares que fueron más allá que las partidarias. Di batalla en el Congreso porque se negaba a apoyar lo que consideraban una actitud de una dictadura que descalificaba la acción. Yo di la batalla porque si bien era cierto como había ocurrido en otras partes del mundo con casos parecidos, el problema fundamental era que Argentina era dueña de esas Islas Malvinas que habían sido usurpadas por un país imperialista y que había que aplicar el concepto principista de la cuestión nacional de que una cosa es un país imperialista y otra es un país sometido, de tal manera que era legítimo el rescate y que la historia y la justicia daría cuenta del rol de los militares, pero que el Perú tenía que poner el acento en la reivindicación nacional de Argentina para rescatar las Islas del usurpador inglés.
Dimos la batalla con muchos otros compañeros y logramos por mayoría absoluta una resolución que yo mismo redacté y que me autorizaron a entregarla al gobierno argentino. Por eso vine acá a la Argentina con mi moción y como el Ministro de Relaciones Exteriores estaba de viaje me recibió otro Ministro con su gabinete y les entregué la moción. Ellos me plantearon incluso que yo fuera a las Islas Malvinas a decirles a los soldados que estaban peleando que no estaban solos y que América Latina los acompañaba. Hasta ahí mi intervención.
M.H.: Me gustaría que comentaras cómo sigue, porque vos volvés a la Argentina.
R.N.: Sí. En la transmisión de mando de Alfonsín al año siguiente, en 1983. Vine con el Presidente Belaúnde. Él en tanto Presidente de la República y yo enviado por el Congreso.
M.H.: Tengo entendido que recibiste una condecoración.
R.N.: El gobierno de Alfonsín me felicitó a través de una resolución especial, por toda la lucha que yo había dado, nacional e internacional, en favor de la reivindicación nacional argentina. Es un documento que yo tengo en mi poder.
M.H.: Además aprovechaste en 1982 para darle cobertura a lo que fuera el primer acto público del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) en plena dictadura.
R.N.: Eso es cierto, aprovechamos el hecho de esta posición especial, con el Dr. Enrique Broquen y otros compañeros más, que como tenía contacto con los militares, peleó para que en vista del apoyo peruano y las circunstancias de estar presentes se permitiera un acto público que se realizó en la plaza del Congreso con 800 participantes. Inusitado porque era el primer acto público en plena dictadura. Un hecho inusual. En plena dictadura, el PST tomó todos los recaudos porque había siempre riesgos de que los militares no cumplieran con el compromiso que habían tomado y terminaran reprimiendo. Por eso la periferia del partido practicó dos o tres planes para estar presentes allí.
M.H.: Te quiero traer al presente de tu país porque hay un conflicto que ya lleva casi dos meses en Apurímac en las Bambas.
R.N.: El conflicto es en Las Bambas, entre Apurímac y Cuzco, es un asentamiento de cobre que resultó el más importante del país y dicen que el 3º o 4º a nivel mundial. Curiosamente es propiedad de empresas chinas.
M.H.: Danos una ubicación político social de este conflicto.
R.N.: Eso está en la sierra central del Perú, Arequipa y Cuzco. Desde hace más de 50 días comunidades campesinas bloquearon la ruta. Usada por una empresa minera china para sacar el cobre que produce. Exigen que la empresa les pague por el uso de esa pista de tierra que es de su propiedad y que afecta por el polvo que produce y los ruidos las 24 horas. Se trata de más de 300 camiones que circulan diariamente. Es una agresión total, no sólo al ambiente sino fundamentalmente a las etnias y comunidades campesinas que viven ahí.
Las autoridades acusan a los campesinos de chantajear a la empresa y arrestaron al presidente de la comunidad. Con un diálogo empantanado por la detención, luego fue liberado aunque sigue procesado por chantaje. El diálogo no se ha reanudado. La derecha le exige al gobierno mano dura y el gobierno, que es por supuesto patronal, lo acusa a Gregorio Rojas, el dirigente de la comunidad.
El conflicto tomó rápido alcance nacional y como el Perú está conmovido desde hace mucho tiempo por la decadencia política, los problemas sociales y la depreciación de los partidos políticos, el pueblo ha apoyado abiertamente la reivindicación de las comunidades campesinas. Lograron sacar de la prisión a Rojas y el gobierno está negociando con él la solución al conflicto. Acaban de hacer un primer acuerdo y esperan que las asambleas campesinas decidan si apoyan o no las condiciones que han pactado. Esa es la situación actual del conflicto.
M.H.: Saliendo del conflicto ¿Qué evaluación hacés de la gestión del Presidente Vizcarra?
R.N.: Vizcarra acaba de cumplir un año en el gobierno, reemplazó a Kuczynski, el lobista que fue ministro cuando yo fui Senador y dependía de las comisiones así que lo conozco perfectamente. Se jactaba de ser lobista y tenía doble nacionalidad, como Sánchez de Lozada en Bolivia era más norteamericano que peruano. Pero llegó a ser Presidente de la República. Acusado y probado de recibir dádivas de Odebretch y otras compañías.
Vizcarra era vicepresidente de Kuczynski, así que ocupando ese cargo en un gobierno liberal de derecha no le queda otra cosa que serlo también. Pero la característica personal de Vizcarra, que es un ingeniero de 56 años, de la zona de Cuajone, donde dimos una gran batalla en su momento en la mina del mismo nombre, es un tipo que no está ligado directamente con la patronal.
Cuando cayó Kuczynski él estaba en el extranjero, de alguna forma comprometido en algo con las acusaciones de corrupción, asumió la presidencia de la Nación y ha cumplido un año. Al comienzo intentó gobernar con el APRA y el Fujimorismo que tienen el control del Congreso pero a los tres meses tuvo que romper porque la opinión pública empezó a pesar y las masas salieron a las calles. Porque la corrupción en Perú es en proporción de 6 a 1 respecto de lo que uno asume en Argentina y otros países del cono sur. La plata que se llevaron Fujimori y Montesinos, por ejemplo, se calcula en miles de millones de dólares, no en centenares.
Y la corrupción ha tomado a todas las instituciones y estructuras de poder, las FF AA, los partidos políticos; de tal manera que la gente salió a las calles directamente a rechazar a los partidos y a los presidentes venales.
Vizcarra se encontró en medio de este lío sin tener partido ni apoyo y lo consiguió en una forma imaginativa, porque encabezó un movimiento desde la presidencia contra la corrupción y las instituciones venales y logró un apoyo multitudinario de las masas. Convocó a un referéndum a fines del año pasado con cuatro peticiones fundamentales, entre ellas que estos congresistas corruptos actuales no pudieran ser reelectos.
El apoyo a sus planteamientos fue de un 80%, de tal manera que capitalizó enormemente la situación y es un caso sui generis, porque no teniendo partido ni apoyo y por no ser representante orgánico de ninguna patronal, está colgado en el aire como un presidente débil, su único apoyo posible es el apoyo popular. El problema que tiene es que es un hombre de derecha. No es un representante orgánico pero es un hombre de derecha. Se reclama neoliberal y la prueba está en que trabaja de la mano con Trump y con EE UU, es pro norteamericano, el Grupo de Lima es uno de los portaestandartes de lo mismo y encabeza toda la lucha contra Venezuela.
De tal manera que tenemos un caso particular, una movilización de las masas que todavía lo apoya, en la medida que resulta una especie de Presidente que rejuvenece el ambiente pero que a su vez tiene el problema de la posición política en medio de una sociedad que va desplazándose a la izquierda, como probó este conflicto y muchos otros, a partir de la reivindicaciones postergadas.
Es necesario decir que Perú es un país sui generis, tiene casi 60% de población pobre, pobre orgánica. Las estadísticas engañan porque afirman que creció un 2,5% en 2017 y un 4% en 2018. Pero esas son estadísticas formales, el problema es que la relación entre los ingresos y la distribución indica una cifra horrorosa. Por ejemplo, en Perú la jubilación está congelada hace años, yo que he aportado 19 años a las cajas recibo menos de 100 dólares de jubilación. Las patronales han impuesto un sistema igual o parecido al de las AFJP de Chile.
Tenemos un país con un 20% de empresas que tienen el dominio de todo, un abandono total a las poblaciones marginales sobre todo de las provincias y una clase media pequeña, que a diferencia de la argentina es muy fuerte y que gravita social y políticamente, en Perú no. La parte más importantes de esa movilización de las clases medias, es la clase media baja, que por recibir las presiones de la clase de arriba y de abajo y en la medida que ella misma es arrojada a la miseria, se desplaza hacia la izquierda como ocurrió con nosotros en 1960/80 donde gran parte de la pequeña burguesía apoyó al proletariado en las grandes movilizaciones que intervinieron en un momento fundamental de la historia del Perú.
M.H.: ¿Qué rol juega en este contexto el fujimorismo?
El fujimorismo se ha descompuesto a toda velocidad
R.N.: Se ha descompuesto a toda velocidad. El ex presidente ha vuelto a la cárcel y está enjuiciado. Como era un partido personal, los familiares, su hija y sus dos hijos se han peleado entre sí y como no es nada parecido a un partido sino a un movimiento aluvional, donde suceden cosas como que no estando Fujimori presente tenía un 50% del apoyo popular.
Porque el país es socialmente tan miserable que a pesar de que era un gran ladrón, un gran agente de los proyectos más reaccionarios, hizo algo de asistencialismo en un país donde nadie se preocupaba por los hambrientos y eso le permitió tener una presencia en el agrado de la gente. A nivel electoral eso todavía es importante, tiene un 30/40% de votos. Pero su representación política, que son sus hijos, está involucrada en corrupción también. De ahí que ese movimiento se ha descompuesto rápidamente. Sin embargo, ellos tienen mayoría en el Congreso, que es unicameral, pero están enjuiciados por la población, por los organismos y en este caso por el propio presidente que se pone al frente del movimiento anti corrupción. Es la misma forma que el APRA, que ya no es el de antaño, es corrupto y ha devenido en un grupo de corruptos comenzando por el más corrupto que es Alan García, y que de haber tenido un 30/40/50%, ahora le cuesta sacar un 5%. Esto para hablar también de los procesos y la especificidad de los países donde un Presidente un día puede tener un 60% y al año siguiente estar en un 2 o 3%.
Con estas cifras lo que quiero decir es que cada realidad tiene que ser estudiada en su especificidad, es necesario decir que este particularismo hace que Perú sea uno de los países más contradictorios. Si crece un 4% como Bolivia es porque es un país fuertemente minero donde todos los días se descubren minas. Yo no conocía por ejemplo que esta mina de Bambas ha sido descubierta después del período que yo actué políticamente en el país. Y es sorprendente que sea la 4ª mina más grande del mundo de cobre. Todos los días se descubren minas. El Perú no entra en crisis total porque es un país de economía muy diversificada. Tiene 10 o 15 productos de exportación y aunque sean de menor caudal cuantitativo esa diversificación le permite tener un crecimiento constante. Ahora ha caído el crecimiento pero por el contexto mundial.
La otra contradicción es que el gobierno es pro norteamericano pero hoy China es preponderante en Perú como lo es en Ecuador y en otros países, esta mina es china y los chinos son tan explotadores como los otros. En la época que yo fui Senador tuvimos que combatir contra una mina que era china que producía carbón y que explotaba más que las minas norteamericanas. Porque cuando se trata de la renta y de los intereses particulares o globales actúan como opresores económicos y políticos.
Es importante dejar claro que la especificidad de los países es enormemente importante, en este caso, el Perú de una tradición de amistad con EE UU, liberado por dos libertadores, San Martín y Simón Bolívar, que hoy después del intermedio que significó el gobierno del Gral. Velazco Alvarado que fue un nacionalista revolucionario, ha devenido en uno de los países más corruptos de la tierra y a su vez con gobiernos subordinados totalmente a las imposiciones del imperialismo norteamericano como lo son los gobiernos actuales de Brasil o Argentina.
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