Diario ¡Por esto! (Mérida)
Citado por Strategic Culture, Zhang Jiadong, investigador y profesor en
el Centro de Estudios Americanos de la Universidad china de Fudan,
considera que Estados Unidos está aprendiendo a lidiar con su nuevo
estatus mediante un cambio de políticas. Luego que Donald Trump
asumiera la presidencia, la política interior y exterior de Estados
Unidos ha experimentado un dramático giro.
En primer lugar,
Washington ha comenzado a mirar más hacia sus asuntos internos
promoviendo el lema “América Primero” en detrimento de su política
anterior y una agenda hegemónica propia con hincapié en la soberanía,
la reciprocidad y el nacionalismo.
En segundo lugar, su
apertura y su inclusión están cambiando gradualmente hacia la cercanía y
la estrechez. (Respecto a su trato con China, el comportamiento de
EEUU se ha hecho más estrecho en materia de inmigración y del
tratamiento con expatriados chinos). En tercer lugar, Washington ha
pasado de ser promotor de su versión de la justicia en abstracto a la
defensa de sus intereses.
Hay quienes creen que EEUU ha sido
así siempre y lo que ha marcado la diferencia es la franqueza de su
nuevo presidente. Otros piensan que se trata de un ajuste gradual y
Washington regresará a su nivel de apertura e inclusión de siempre.
Cuando terminó la II Guerra Mundial, EEUU era un líder integral. Su
PIB representaba más del 50 % del total mundial, y la producción
manufacturera era de entre el 60 y el 70 % de ésta. Militarmente, era
más fuerte que todos los demás países juntos. A medida que las élites
científicas y educativas huyeron a Estados Unidos para buscar asilo
durante la guerra, el país se convirtió, y sigue siendo, el centro
científico y educativo del mundo. Desde el punto de vista financiero,
los principales recursos financieros del mundo se encontraban, en su
mayoría, en manos de los Estados Unidos. Estados Unidos fue considerado
líder y liberador del mundo libre, pese a que fue el último país
importante en incorporarse a la Segunda Guerra Mundial con las fuerzas
aliadas para derrotar al fascismo.
Debido a esto, EEUU pudo
establecer un enorme sistema hegemónico. Aunque la Unión Soviética
tenía capacidad para desafiar a EEUU en algunos campos, como el
militar, Washington emergió como el país más poderoso del mundo en
términos de fuerza nacional integral. En el mundo posterior a la
Guerra Fría, el poder político de Estados Unidos alcanzó su punto
máximo tras ganar la primera Guerra del Golfo. Estados Unidos dominó
casi por completo el mundo en las condiciones de un orden mundial
unipolar.
Sin embargo, todo comenzó a declinar luego que EEUU
sufrió graves reveses económicos y de seguridad. Los ataques del 11 de
septiembre del 2001 pusieron de manifiesto que su seguridad no era
absoluta. La crisis hipotecaria de 2007 reveló su vulnerabilidad
económica y la crisis financiera mundial de 2008 demostró que Estados
Unidos también necesitaba de apoyo exterior.
Debido a los
cambios en el orden mundial y su estatura internacional, algunas de las
políticas de Estados Unidos que fueron efectivas en el pasado dejaron
de funcionar. El comercio solía ser una actividad mediante la cual
Washington influía en las políticas internas y externas de muchos
países, por ejemplo. Antes de la entrada de China en la OMC, EEUU
utilizaba el trato unilateral de nación más favorecida como palanca
para influir en algunas de las políticas internas y externas de China.
Ya no puede de hacerlo.
En la reciente disputa comercial entre
China y EEUU, algunos importantes pasos adoptados por EEUU ya no han
sido permitidos por la OMC. La influencia de Estados Unidos en el
comercio de otros países, también ha dado señales de debilitamiento.
Incluso en la defensa, su influencia relativa se ha reducido y cada
vez son más los países que están desarrollando capacidades de defensa
naval y aérea.
Durante un largo período posterior a la II
Guerra Mundial, EEUU había sido un hegemón marítimo. Ahora, las fuerzas
marítimas de países asiáticos como China, Japón e India, se han
fortalecido y más Estados ribereños reclaman derechos sobre sus aguas
en virtud de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Aunque las fuerzas marítimas y aéreas y Estados Unidos no hayan sido
aun expulsadas, su libertad para operar fuera de sus aguas y espacio
aéreo ha disminuido. Con su liderazgo erosionado, Estados Unidos ha
comenzado a cambiar la naturaleza de sus políticas y trata de compensar
su menor influencia mediante ajustes, acoso e intimidación. Para
evitar la confrontación estratégica directa con Washington algunos
países hacen concesiones. “Pero, a la larga, las relaciones de EEUU con
otros países, China incluida, volverán a la lógica de las relaciones
internacionales”, según vaticinio del investigador y profesor chino
Zhang Jiadong.
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