En la administración pasada, mediante el Instituto
Nacional de Migración (INM) se instrumentó un registro biométrico de los
migrantes y viajeros que ingresaron a territorio nacional, y esos datos
fueron compartidos con autoridades de Estados Unidos, como parte de la
estrategia regional de seguridad. Parte de los archivos físicos que se
integraron entre septiembre y noviembre de 2018 y los primeros meses de
este año y que se conservaban en la Estación Siglo XXI, en Tapachula,
fueron destruidos recientemente por migrantes, revelaron funcionarios
federales.
Las fuentes entrevistadas señalaron que los datos de ingresos e
identidades de migrantes hondureños, salvadoreños, guatemaltecos,
cubanos, de naciones de Europa del Este y Asia, que se hicieron de
septiembre a noviembre de 2018, así como los que se levantaron en los
primeros meses de este año con la llegada de las caravanas migrantes,
fueron destruidos durante los motines de abril.
La Jornada obtuvo un video y una imagen de la destrucción de
documentos que existían en el archivo de la estación Migratoria Siglo
XXI; sin embargo, no se obtuvo la confirmación respecto de si existen
respaldos electrónicos de los archivos en otras instalaciones del INM.
El programa de registro biométrico iniciado en la administración de
Enrique Peña Nieto se suspendió al término de su administración y por
esa razón en enero de este año el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador anunció mediante la Secretaría de Gobernación la puesta en
marcha de un nuevo banco de datos con la finalidad de asegurar el
ingreso legal y coordinado de las caravanas de migrantes
centroamericanos.
Los registros realizados en el gobierno de Enrique Peña Nieto, de
acuerdo con las autoridades entrevistadas, formó parte de los acuerdos
de la Iniciativa Mérida, y el gobierno estadunidense aportó vía una
empresa elegida por esa nación, equipo y software que fue instalado en
los principales puntos de ingreso a territorio nacional para detectar la
posible presencia de integrantes de grupos delictivos internacionales.
Uno de los objetivos era la identificación y repatriación de miembros
de los grupos de los Mara Salvatrucha para prevenir su ingreso a
Estados Unidos.
Por esa razón los primeros equipos que se instalaron fue en la zona
de Chiapas, donde en los últimos meses han ingresado miles de migrantes y
a muchos de los cuales no se les pudo realizar el registro biométrico.
En abril de 2018 el INM señaló que la plataforma biométrica es un
"insumo básico, necesario en la gestión migratoria de México y en
diversos países del mundo". Aseguró que en este proceso se garantiza la
protección de datos.
Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
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